Conforme el Plan de Cinco Años entra en su tercer año, va cobrando impulso: el historial de logros alcanzados durante el año que acaba de terminar supera con creces el de los doce meses anteriores. La carga de este empuje se debe tanto a la superior coherencia alcanzada en los elementos constitutivos del Plan como al efecto animador del espíritu de desasosiego que invade el planeta.
Las circunstancias que rodean la apertura de este nuevo año administrativo son al mismo tiempo vitales, desafiantes y poseen un significado extraordinario. El curso entero del año anterior se vio agitado por una sucesión de crisis que culminaron en el estallido bélico ocurrido en Oriente Medio. Las repercusiones de todo ello no son menos significativas para el progreso de la comunidad del Más Grande Nombre que para la evolución de una sociedad cada vez más global, sumida en una transición turbulenta. Por necesidad, ni el momento, ni la dimensión, ni las tendencias de esta transición eran predecibles. ¡Cuán rápidamente se ha desencadenado el actual cambio en la marea de condiciones mundiales! En el conflicto resultante, que afecta a los países en los que se conformó la historia temprana de la Causa, nos encontramos con un nuevo recordatorio del aviso de Bahá'u'lláh en el sentido de que "el equilibrio del mundo ha sido trastornado por la vibrante influencia de este muy grande, este nuevo Orden Mundial". El hecho de que los acontecimientos de esta crisis afecten directamente a un territorio con tan rico legado bahá'í como es el de Irak resulta particularmente reseñable.
Las alteraciones causadas por esta situación y otras que acontecen en el mundo sugieren que se está abriendo un nuevo capítulo en la historia de la muy laureada pero sumamente atribulada comunidad bahá'í de un país en el que la Manifestación de Dios para este Día residió durante todo un decenio. Por otro lado, han desbaratado los preparativos de la Novena Convención Internacional en el Centro Mundial de nuestra Fe. No importa cuánta sea la decepción, ello no ha de ser motivo de desfallecimiento. Cuando el Plan Mayor de Dios interfiere con Su Plan Menor, no debería haber dudas de que en su debido momento se dará curso providencialmente a posibilidades insignes para el avance de los intereses de Su gloriosa Causa.
Las congojas, temores y perplejidades suscitadas por este último conflicto en el despliegue de la Paz Menor han intensificado los sentimientos de agravio y rabia ante las crisis recurrentes que agitan al planeta. Las ansiedades de la población de todo un mundo se despliegan públicamente en airadas manifestaciones demasiado arrolladoras como para ser pasadas por alto. Los temas que plantean las protestas y las emociones que suscitan a menudo no hacen sino incrementar el caos y la confusión que aspiran a resolver mediante tales despliegues públicos. Para los amigos de Dios, hay una explicación sin ambages para cuanto está ocurriendo; sólo tienen que recordar la visión y principios ofrecidos por la Fe si han de responder efectivamente a los desafíos planteados por la extensión del desasosiego y zozobra. Que procuren entonces comprender más profundamente las Enseñanzas pertinentes revisando las cartas de Shoghi Effendi publicadas en The World Order of Bahá’u’lláh [El orden mundial de Bahá’u’lláh], particularmente las tituladas “The Goal of a New World Order” [La meta de un nuevo orden mundial], “America and the Most Great Peace” [América y la Más Grande Paz] y “The Unfoldment of World Civilization” [El desenvolvimiento de la civilización mundial].
Mientras el mundo prosigue su marcha tumultuosa, el Plan de Cinco Años ha alcanzado la capacidad operativa que ha de permitir a nuestra comunidad realizar avances gigantescos hacia su meta principal: el avance del proceso de entrada en tropas. Los detalles de tan esperanzador estado de cosas para la Fe en todos los cinco continentes ya se han explicado en nuestra carta del 17 de enero; a ella les remitimos para su estudio renovado. Conviene ahora subrayar tan sólo algunos detalles claves: La subdivisión de países en agrupaciones ya se ha completado en 179 países; son unos 17.000 los semilleros de expansión de este género. Las reuniones de reflexión en el ámbito de la agrupación se han convertido en medios poderosos para lograr unidad de pensamiento y acción entre diferentes instituciones y localidades; estas reuniones han imprimido un potente estímulo a las iniciativas institucionales y personales en un espíritu de apoyo mutuo. El proceso de instituto ha demostrado incluso más destacadamente que antes su influencia como fuerza generadora de expansión y consolidación. Las actividades centrales del Plan han alcanzado una escala que supera con creces la del año pasado. En consecuencia, son cada vez más los amigos que en todo el mundo se están mostrando activos en las labores de enseñanza y administración, haciendo gala del contagioso espíritu de confianza que inspira el entusiasmo de sus esfuerzos. Los jóvenes y los niños se han visto implicados más sistemáticamente en los programas de la comunidad, en tanto que los no bahá'ís han participado de forma más numerosa en los círculos de estudio, reuniones devocionales y clases de niños. Resulta sumamente alentador observar que, en el breve lapso transcurrido desde el comienzo del Plan, en aquellas comunidades donde estas tres actividades centrales eran de carácter esporádico, éstas se han convertido en elementos regulares y se han multiplicado. Hallamos aquí, por tanto, la imagen instantánea de una comunidad mundial más centrada y movilizada que nunca.
Durante el pasado año, conforme esta pauta de crecimiento arraigaba más firmemente en la operación del Plan, otros acontecimientos de importancia han tenido lugar. En el campo de los asuntos externos, los organismos de la Comunidad Internacional Bahá'í han participado en actividades demasiado numerosas y variadas como para describirlas al paso, pero con un resultado colectivo tan impresionante que no podemos dejar de hacer mención de ello. Dentro de estas actividades el hito principal lo constituyó el mensaje que dirigimos el pasado mes de abril a las autoridades religiosas del mundo. Este mensaje imprimió un renovado impulso a las posiciones adoptadas por las comunidades bahá'ís de llamar la atención de los elementos más influyentes de la sociedad hacia temas de importancia fundamental para la consecución de la paz en el mundo. Mediante los esfuerzos coordinados de la Oficina de Información Pública de la Comunidad Internacional Bahá'í y la pronta eficacia de las Asambleas Espirituales Nacionales, el mensaje se distribuyó en breve plazo llegando a los más elevados estamentos y demás escalafones de las comunidades religiosas del globo. El propósito de la iniciativa es el de llamar la atención de todos los afectados hacia la necesidad urgente de un liderazgo religioso que afronte el problema del prejuicio religioso, el cual se está convirtiendo de modo constante en un serio peligro para el bienestar humano. Las reacciones inmediatas de numerosos destinatarios indican que el mensaje sigue siendo objeto de seria atención y que incluso en algunos lugares ha ofrecido una nueva perspectiva a las actividades interreligiosas.
En el ámbito del desarrollo socioeconómico se ha alcanzado un tempo que afianza más hondamente los efectos de los esfuerzos institucionales y personales tanto por lo que respecta al desarrollo interno de la comunidad como a la colaboración de la comunidad con los demás. La Oficina de Desarrollo Social y Económico informa de que durante el segundo año del Plan se han establecido ocho nuevas agencias de desarrollo de inspiración bahá'í, las cuales operan en diversos campos tales como el avance de la mujer, la salud, la agricultura, la educación infantil y la potenciación juvenil.
En Tierra Santa, vio la luz la traducción inglesa de la epístola árabe de Bahá'u'lláh conocida como Javáhiru’l-Asrár bajo el título “Gems of Divine Mysteries” [Gemas de misterios divinos]. Se concluyó la restauración de la Celda de Bahá'u'lláh en la cárcel de 'Akká y se iniciaron las labores correspondientes al resto de la planta superior de dicha celda. En cuanto a la próxima estación de peregrinación, que habrá de comenzar en octubre de 2003, el número de peregrinos de cada grupo se incrementará de 150 a 200.
Además, los esfuerzos por promover el desarrollo de las instituciones que funcionan en el Centro Mundial se hicieron especialmente evidentes en la evolución continua de la institución del Ḥuqúqu'lláh bajo la dirección distinguida del Fiduciario, la Mano de la Causa de Dios, Alí Muḥammad Varqá. Mediante su sabia iniciativa y esfuerzos constantes, el doctor Varqá ha inspirado la educación de los amigos de todas partes en lo relativo a la ley del Ḥuqúqu'lláh. En el decenio transcurrido desde que la ley es de aplicación universal, se ha formado una red de juntas nacionales y regionales de fiduciarios, la cual proporciona coordinación y dirección al servicio de un número creciente de diputados y representantes. El conocimiento de esta gran ley se ha difundido ampliamente, en tanto que los amigos de todos los continentes responden a ella con espíritu de devoción, lo que el Fiduciario confía en que afectará a todos aquellos que todavía no se han beneficiado de las prometidas bendiciones derivadas de la adhesión a esta ley.
Durante los casi dos años transcurridos desde que anunciamos la necesidad especial de apoyo económico para mantener, con un nivel digno, los edificios y jardines del Centro Mundial, se ha establecido el Fondo de Dotación del Centro Mundial. Las aportaciones no han alcanzado todavía un nivel a la altura de las necesidades anuales. Sin embargo, nos hemos visto obligados a dedicar 5 millones de dólares de las aportaciones recibidas como fondos destinados para propósitos específicos a fin de crear una masa de capital que proporcione una fuente de rendimientos por inversión con destino al propósito original. Lo hemos hecho recurriendo al Fondo Internacional Bahá'í, a fin de afrontar los desembolsos necesarios, y suspendiendo actividades en otros campos que en circunstancias normales habrían seguido su curso.
Nos complace informarles de que, en respuesta al llamamiento emitido por la Asamblea Espiritual Nacional de Chile, ya se han recibido 185 diseños conceptuales de arquitectos y diseñadores del mundo para el Templo Madre de Suramérica que ha de construirse en Santiago de Chile. En su debido momento se anunciará la elección definitiva.
Queridos amigos, gratificados por la sólida evidencia del progreso alcanzado por doquier, confiamos en que las continuas confirmaciones de nuestro Supremo Señor se extiendan sobre los esfuerzos dedicados que ustedes ejercen dentro del marco del Plan de Cinco Años, un Plan diseñado para responder a los requisitos de estos tiempos. Quiera que la persistencia que muestren en este empeño libere esas fuerzas represadas que, mediante la gracia y favor de la Belleza de Abhá, puedan hacer que avance, con pasos poderosos, el proceso de entrada en tropas en todos los países.
La Casa Universal de Justicia