La corriente espiritual que ejerció efectos tan galvánicos en la Convención Internacional Bahá'í el pasado Ridván se ha extendido velozmente a través de toda la comunidad mundial, impulsando a sus miembros, tanto de oriente como de occidente, a hazañas de actividad y éxitos en la enseñanza jamás experimentados en un solo año. El alto nivel de ingresos confirma esto por sí solo, pues ya se han recibido informes de casi medio millón de nuevos creyentes. Los nombres de lugares tan distantes entre sí como lo son India y Liberia, Bolivia y Bangladesh, Taiwán y Perú, Filipinas y Haití, se destacan cuando contemplamos las acumulativas evidencias de la entrada en tropas a que se llamaba en nuestro mensaje de hace un año. Estas evidencias son esperanzadoras señales de la mayor aceleración que aún está por venir y en la que todas las comunidades nacionales estarán finalmente involucradas, cualquiera que sea el estado actual de sus esfuerzos de enseñanza.
Miramos hacia atrás con sentimientos de humilde gratitud e incrementadas esperanzas ante los formidables acontecimientos ocurridos en un período tan breve. Uno de estos acontecimientos ha sido la adopción del diseño arquitectónico concebido por el Sr. Faríburz Shahbá para las Terrazas del Santuario del Báb, lo que inaugura una nueva etapa en la realización de la visión que tenían el Maestro y el Guardián del camino por el cual los reyes y gobernantes ascenderán las laderas del Monte Carmelo para rendir homenaje en el lugar de reposo del Heraldo-Mártir de Bahá'u'lláh. Otros acontecimientos han sido: la aprobación por la autoridades centrales en Moscú de la solicitud presentada por varios bahá'ís en 'Ishqábád para restablecer la Asamblea Espiritual Local de aquella ciudad; el inicio de pasos para abrir un Centro de Información Bahá'í en Budapest, la primera agencia de la Fe de esta índole en el Bloque Oriental; el establecimiento de una sucursal de la Oficina de Información Pública de la Comunidad Internacional Bahá'í en Hong Kong, en previsión del momento en que pueda proclamarse la Fe en la China Continental.
También sobresalen entre estos acontecimientos: el copatrocinio con éxito de la Comunidad Internacional Bahá'í del programa "Las Artes en favor de la Naturaleza", en Londres, realizado en beneficio del trabajo del Fondo Mundial para la Naturaleza; la firma de un acuerdo en Ginebra que establece formales relaciones de trabajo entre la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Comunidad Internacional Bahá'í; la aprobación oficial de un curriculum bahá'í para las escuelas públicas en New South Wales (Australia); el inmenso flujo de visitantes del Templo en Nueva Delhi, que ha llegado a unos cuatro millones desde la inauguración de este edificio en diciembre de 1986, incluyendo a un número excepcional de altos oficiales de gobiernos y otras personas prominentes de muchos países, entre ellos de China, la Unión Soviética y países del Bloque del Este. Estos, además de otros varios destacados éxitos de este año sólo, se unen al registro global de logros hasta la fecha en el Plan de Seis Años, presentando una imagen dinámica de acelerada actividad en todo el mundo bahá'í.
Ninguna referencia a tan maravilloso progreso podría dejar de reconocer el impacto espiritual y social causado por el episodio de una década de persecución infligida con tan crueles excesos a nuestros hermanos creyentes iranís. Sólo en el futuro se sabrá la consecuencia completa de su sacrificio, pero podemos reconocer claramente su influencia en el éxito extraordinario en la proclamación de la Fe y en el establecimiento de buenas relaciones con las autoridades gubernamentales e importantes organizaciones no gubernamentales en todo el mundo. Es por ello que, con profundo agradecimiento y alegría, anunciamos la liberación de la gran mayoría de los prisioneros bahá'ís en Irán. Pero, aun cuando alegres, no podemos olvidar que falta por conseguir la completa emancipación de la comunidad bahá'í iraní y el asegurar el respeto de todos los derechos humanos de sus miembros.
En la alegría del momento, extendemos una calurosa bienvenida a las dos Asambleas Espirituales Nacionales que se formarán este Ridván: una en Macao, en el Sureste de Asia, y la otra en Guinea Bissau, en Africa Occidental.
En medio de la sombra de confusión que perturba a la sociedad hoy día hay una lejana luz trémula, todavía tenue pero discernible, de una aproximación lenta, pero definitiva, hacia la culminación de los tres procesos colaterales concebidos por el amado Guardián, a saber, la aparición de la Paz Menor, la construcción de los edificios en el Arco del Monte Carmelo y la evolución de las Asambleas Nacionales y Locales. Realmente, a través del Plan de Seis Años, durante esta cuarta época de la Edad Formativa, y particularmente durante el año que acaba de finalizar, este vislumbre, aún tan distante, se ha acercado. ¿Quién podría haber imaginado, incluso en el comienzo de este Plan, los cambios repentinos de actitud que han movido a los líderes políticos en algunos de los lugares más agitados del planeta a romper con posiciones que parecían insalvables -cambios que en meses recientes han impulsado a preguntarse a editorialistas: "¿Está estallando la paz?". Para cualquier observador consciente de la fuente divina de tales sucesos, esta evolución debe ser alentadora, a pesar de que las circunstancias precisas que acompañaran al establecimiento de la Paz Menor no las conocemos e incluso su momento exacto está oculto en el Plan Mayor de Dios.
Los otros dos procesos, sin embargo, están influidos directamente por el grado en que los seguidores de Bahá'u'lláh cumplen con sus tareas claramente delineadas. Hay una buena razón para sentirse animados. Pues, ¿no se han adoptado los conceptos arquitectónicos para los restantes edificios en el Arco, y no se han emprendido las detalladas especificaciones con que se realizarán sus espléndidas estructuras monumentales? ¿No hemos atestiguado la creciente fortaleza de las Asambleas Espirituales Nacionales y Locales en su habilidad para concebir y ejecutar planes, en su capacidad para tratar con autoridades gubernamentales y organizaciones sociales, para responder a solicitudes públicas de sus servicios y para colaborar con otros en proyectos de desarrollo social y económico? ¿No están estas Asambleas reforzadas por el apoyo alerta y amoroso del Cuerpo Continental de Consejeros, los miembros del Cuerpo Auxiliar y sus asistentes, las brotantes energías de los cuales están siendo hábilmente coordinadas por el Centro Internacional de Enseñanza, una institución cuya composición aumentada ya ha demostrado un vigor, una visión y una versatilidad que evoca calurosa admiración?
Por tentador que sea el detenernos en los aspectos positivos de nuestro progreso, sería mejor que dejáramos que estos sirvieran para impulsarnos en vez de descansar sobre nuestros logros. Continuemos, por tanto, sin desviarnos y con confianza, para aprovechar las magníficas posibilidades que permiten la mezcla y combinación de estos procesos y acontecimientos continuos para realizar los inmediatos intereses de nuestra sagrada Causa. Estos intereses, con seguridad, están identificados en los objetivos principales del Plan de Seis Años, cuya segunda mitad ya hemos emprendido, totalmente conscientes de la aproximación del no muy lejano Año Santo, 1992-1993, y sus significativas conmemoraciones.
Conjuntamente con el siempre creciente impulso de enseñanza, debemos proseguir por todos los medios posibles con proyectos de la más crítica importancia. Continúa el trabajo de preparación para la publicación en inglés del Kitáb-i-Aqdas, el Libro Madre de la Revelación Bahá'í. Ahora deben hacerse preparativos para una digna conmemoración en Tierra Santa del Centenario de la Ascensión de Bahá'u'lláh. Tienen que seguir avanzando según lo previsto los planes para el Congreso de 1992 en Nueva York. Además, se tiene que dirigir una atención sistemática a la eliminación final del analfabetismo en la comunidad bahá'í, un logro que, más allá de cualquier otra cosa, hará que la Palabra Sagrada sea accesible a todos los amigos y reforzará así sus esfuerzos por vivir la vida bahá'í. De manera similar, la ayuda a los esfuerzos por conservar el medio ambiente con medios que se armonicen con el ritmo de vida de nuestra comunidad debe adquirir más importancia en las actividades bahá'ís.
En cuanto a los proyectos en el Monte Carmelo, se ha establecido la Oficina del Director del Proyecto y se está reuniendo el personal técnico. Están a punto de comenzar las pruebas geológicas en los terrenos designados en el Arco para los edificios, un paso previo para el comienzo de la construcción esperado por todo el mundo bahá'í. De aquí que aprovechemos esta oportunidad para informarles de la urgencia de los fondos que se necesitan, tanto para iniciar la construcción, como para mantener el ritmo de este trabajo una vez que haya comenzado.
Todos estos requerimientos deben cumplirse, y se cumplirán con seguridad, mediante el servicio consagrado de parte de cada miembro consciente de la Comunidad de Bahá y, particularmente, por medio del compromiso personal con el trabajo de enseñanza. Tan fundamentalmente importante es este trabajo para asegurar las bases del éxito en todos los quehaceres bahá'ís y para adelantar el proceso de la entrada en tropas, que nos sentimos impulsados a añadir unas palabras de énfasis para su consideración. No es suficiente el proclamar el mensaje bahá'í, por esencial que esto sea. No es suficiente ampliar las listas de creyentes bahá'ís, por vital que esto sea. Las almas tienen que ser transformadas, las comunidades por ello consolidadas, nuevos modelos de vida así alcanzados. La transformación es el propósito esencial de la Causa de Bahá'u'lláh, pero lograrlo obedeciendo al Convenio depende de la voluntad y del esfuerzo del individuo. Para el progreso de esta transformación, el propósito de nuestras vidas, es necesario el conocimiento de la voluntad y propósito de Dios a través de la lectura y el estudio regular de la Palabra Sagrada.
Amados amigos: El impulso generado por los logros de este pasado año se refleja no sólo en las oportunidades para la señalada expansión de la Causa, sino también en un amplio abanico de desafíos -trascendentales, insistentes y variados- que se han combinado de modo que plantean exigencias más allá de cualquier medida previa en cuanto a nuestros recursos materiales y espirituales. Debemos estar preparados para enfrentarlos. En este punto medio del Plan de Seis Años hemos llegado a un momento histórico cargado de esperanzas y posibilidades, un momento en que significativas tendencias en el mundo se están alineando más estrechamente con los principios y objetivos de la Causa de Dios. La urgencia que recae sobre nuestra comunidad para seguir adelante en el cumplimiento de su misión que abarca a todo el mundo es, por consiguiente, tremenda.
Nuestra respuesta primaria tiene que ser el enseñar, enseñarnos a nosotros mismos y enseñar a otros, en todos los niveles de la sociedad, por todos los medios posibles, y sin más demora. El amado Maestro, en una exhortación sobre la enseñanza, dijo que "no es sino hasta que una vela se enciende que puede esparcir el brillo de su llama; no es sino hasta que la luz resplandece que puede su brillo disipar la penumbra circundante". Salgan pues y sean los "encendedores de velas sin luz".
Nuestro permanente amor, nuestro aliento constante, nuestras oraciones continuas y fervientes les acompañan donde quiera que vayan, en cualquier cosa que hagan en el servicio a nuestro amado Señor.
La Casa Universal de Justicia