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Mensajes de Ridvan : 1991-148BE
La Casa Universal de Justicia
Ridván 1991 / 148BE
A los bahá’ís del mundo
Queridos amigos bahá’ís:

Ninguna lengua terrenal puede expresar el agradecimiento que sentimos por los dones extraordinarios concedidos por la Bendita Belleza a Su comunidad mundial y al Centro Mundial de Su Fe durante el año recién terminado. Inclinamos nuestras cabezas humildemente ante las notables evidencias de Su gracia sostenedora y Su fuerza que todo lo compele.

El agobiante peligro que, como resultado del tumulto en el Oriente Medio envolvió a la Tierra Santa a finales de año, retrocedió sin tan siquiera detener u obstaculizar seriamente el funcionamiento de la administración bahá'í. La situación fue un conmovedor recordatorio del contraste entre el discreto Sistema de Bahá'u'lláh, marcadamente integrador, en continuo desarrollo, y el carácter turbulento de la Edad de Transición, "cuyas tribulaciones", afirma Shoghi Effendi, "son precursoras de aquella Era de dichosa felicidad que ha de encarnar el propósito final de Dios para toda la humanidad". Fue otro de los "presagios ominosos que proclaman simultaneamente las agonías de una civilización en desintegración y los dolores de alumbramiento de aquel Orden Mundial, aquel Arca de salvación humana, que debe alzarse necesariamente sobre sus ruinas".

Las fuerzas que unieron las reacciones reparadoras de tantas naciones en la repentina crisis en esta región demostraron, más allá de cualquier duda, la necesidad del principio de seguridad colectiva, prescrito por Bahá'u'lláh hace más de un siglo como medio, para resolver los conflictos. Aunque el acuerdo internacional visualizado por Él para la completa aplicación de este principio está aún lejos de haber sido adoptado por los gobernantes de la humanidad, se ha dado de esta manera un gran paso hacia el comportamiento delineado para las naciones por el Señor de la Época. Cuán iluminadoras son las palabras de Bahá'u'lláh presagiando la futura reorientación de las naciones: "Sed unidos, oh concurso de los soberanos del mundo", escribió, " pues así la tempestad de la discordia entre vosotros será apaciguada y vuestros pueblos hallarán descanso. Si alguno de vosotros toma armas contra otro, levantaos todos contra él, porque esto no es sino justicia manifiesta".

Verdaderamente, desde cualquier dirección que miremos, vemos que el poder de la Revelación de Bahá'u'lláh está operando visiblemente en el mundo. En el llamamiento en favor de un nuevo orden mundial, que se ha realizado como un estribillo en las declaraciones de líderes políticos y pensadores influyentes, aun cuando ellos mismos fueran incapaces de definir su propio significado, puede discernirse el lento despertar de la humanidad al propósito fundamental de Su Revelación. El que tal llamamiento haya procedido tan insistentemente del jefe de aquella república que está destinada, según las palabras de 'Abdu'l-Bahá, a ser "la primera nación en establecer la base de acuerdo internacional" y de "liderar espiritualmente a todas las naciones", es una indicación de la eficacia y de la aceleración de dos procesos simultáneos, uno funcionando fuera y otro dentro de la Causa, que Shoghi Effendi nos ha dicho están destinados a culminar "en una sola consumación gloriosa".

Dentro de la Causa son abundantes las muestras de logros abrumadores del Plan de Seis Años, aunque no necesariamente según se proyectaron al comienzo. Ejemplos llamativos son evidentes en la estela de los fenomenales cambios que están ocurriendo en la Unión Soviética y sus antiguos países satélites. Justo un año después del restablecimiento de la Asamblea Espiritual Local de Moscú, se va a formar una Asamblea Espiritual Nacional en la Unión Soviética. Similarmente, a poco más de un año de los cambios políticos revolucionarios en Rumanía, el gobierno ha reconocido a la comunidad bahá'í como una asociación religiosa con derecho a difundir las enseñanzas de Bahá'u'lláh; aquí también se ha de formar una Asamblea Espiritual Nacional en este Ridván. La rápida expansión de la Fe en Checoslovaquia movió a adoptar la decisión, hace pocas semanas, de establecer allí también una Asamblea Espiritual Nacional. Al mismo tiempo, en el área del Caribe, se formará la Asamblea Espiritual Nacional de las Islas de Sotavento Occidental como resultado de la división del grupo de las Islas de Sotavento en dos unidades administrativas regionales. Con estas cuatro formaciones muy bienvenidas, el número de asambleas espirituales nacionales ascenderá a 155.

Nos complace indicar que tres Manos de la Causa de Dios representarán a la Casa Universal de Justicia en estos acontecimientos históricos: Amatu'l-Bahá Ruhiyyh Khánum en Rumanía, el Sr. Alí Akbar Furútan en la Unión Soviética, y el Dr. 'Alí-Muhammad Varqá en Checoslovaquia. La Consejera Ruth Pringle será la representante en las Islas de Sotavento Occidental.

Otro ejemplo de la creciente autoridad de la Causa de Bahá'u'lláh en la opinión pública ha surgido en Alemania, donde la Corte Constitucional Federal, la principal autoridad legal del país, pronunció una decisión de capital importancia para el reconocimiento de la Fe. Una serie de tribunales inferiores se había negado a inscribir los estatutos de una Asamblea Espiritual Local, basándose en el hecho de que la autoridad investida a la Asamblea Espiritual Nacional en aquel documento violaba el principio legal que requiere la autonomía de todas las asociaciones legalmente reconocidas. Los aspectos involucrados son efectivamente complejos y no pueden pormenorizarse aquí. Baste con decir que la Corte Constitucional Federal apoyó la apelación de la Asamblea Espiritual Local en una extensa y minuciosamente razonada decisión en la que, entre otras cosas, afirmó el derecho de la comunidad bahá'í a obtener capacidad legal en la forma establecida en las escrituras de la Fe Bahá'í y declaró que su naturaleza como religión reconocida estaba confirmada por su carácter inherente, por conocimiento público y por el testimonio de eruditos en religión comparada. Tan significativo fue el veredicto a juicio de la Corte misma, que adoptó el paso excepcional de emitir una declaración a la prensa explicando su decisión. Este acto sobresaliente tendrá implicaciones para la comunidad bahá'í mucho más allá de las fronteras de una Alemania unida.

Todavía otro ejemplo de la creciente apreciación pública por las perspectivas penetrantes de la Causa concierne a la República de Sudáfrica, donde la Asamblea Espiritual Nacional, aprovechando las iniciativas del Gobierno para resolver el problema de hace décadas del apartheid, decidió proponer sus puntos de vista para la redacción de una nueva constitución para el país. El Presidente de la Comisión de Leyes de Sudáfrica, el juez que actuaba de parte del Gobierno, quien recibió la presentación de la Asamblea Espiritual Nacional de manos de una delegación nombrada por dicha Asamblea, comentó que los bahá'ís eran el único grupo, hasta la fecha, cuyas ideas habían proporcionado una base espiritual y moral para una constitución.

Cualesquiera que sean los efectos individuales de cualquiera de los hechos mencionados anteriormente, (y de otros como la presencia de un representante la Comunidad Internacional Bahá'í como único ponente no budista invitado a dirigirse a una reunión pública realizada conjuntamente con la Conferencia Budista Asiática para la Paz en Mongolia, la mención específica de los bahá'ís por el Papa Juan Pablo II en una recepción durante su reciente visita a Burundi, la inscripción oficial de la Fe Bahá'í como una de las religiones usuales en Tuvalu, la Exposición Internacional sobre la Educación para la Paz patrocinada por la Asamblea Espiritual Nacional de Brasil con la participación de 23 embajadas e instituciones educativas), una cosa es suficientemente clara: el impacto acumulativo en todo el globo corrobora la emergencia de la Fe de la oscuridad. Tales señales de creciente reconocimiento público del verdadero carácter y las ricas potencialidades de la comunidad bahá'í son un aspecto distintivo del progreso de la Fe en la cuarta época de la Edad Formativa.

Al contemplar estas señales y presagios maravillosos, no podemos resistir el impulso de expresar nuestro amor y aprecio profundos por los Consejeros Continentales y por sus Cuerpos Auxiliares, quienes estimulan y apoyan los esfuerzos que hacen posible el logro de hechos tan formidables como los que ya se han citado, y cuyos servicios, muy especialmente, espolean el dinámico empuje del trabajo de la enseñanza, que es lo fundamental para todos los éxitos de la comunidad. Estamos encantados y entusiasmados sobremanera por el comienzo vigoroso que han tenido los Cuerpos de Consejeros al iniciar el nuevo período de sus muy apreciados e indispensables servicios al mundo bahá'í. La nuevas iniciativas hacia las que, con el aliento entusiasta y el espléndido apoyo del Centro Internacional de Enseñanza, dirigen actualmente sus energías, es un buen augurio para una culminación satisfactoria del Plan de Seis Años.

Que sus esfuerzos se vean ampliamente apoyados por el incremento, a partir del Día del Convenio de este año, del número de miembros del Cuerpo Auxiliar a 846, (90 miembros más de los que existen en la actualidad). La comunidad mundial, con seguridad, dará la bienvenida a la fuerza que aportará esta acción al alcance y la calidad de los deberes espirituales asignados a los miembros del Cuerpo Auxiliar y a sus ayudantes, cuyo funcionamiento de base es una garantía de la continua expansión y de la consolidación de nuestra gloriosa Fe.

El magnífico progreso del Plan de Seis Años alegra nuestros espíritus y exalta nuestras esperanzas. Han pasado todos menos uno de los años de este Plan y se ha avanzado poderosamente hacia el logro de sus siete objetivos principales. Nuestra comunidad ha cambiado espectacularmente de lo que era a comienzos del Plan en 1986. Se ha expandido y desarrollado enormemente. Es más diversa, más dinámica, más distintiva. Conforme entramos en el último año del Plan de Seis Años, un horizonte de emocionantes perspectivas se presenta ante nosotros:

Concluirá la esperada preparación de la traducción al inglés, anotada, del Kitáb-i-Aqdas, el Libro de Leyes, el Libro Más Sagrado, el Libro Madre de la Revelación de Bahá'u'lláh; un logro monumental que sólo y de por sí hará entrar en una nueva etapa de la evolución del mundo bahá'í coronando así los logros del Plan de Seis Años.

Comenzará el movimiento de tierras en las Terrazas inferiores del Santuario del Báb y la excavación para el Centro de Estudio de los Textos y el Anexo al Edificio de los Archivos Internacionales, iniciando así una nueva fase de estas poderosas empresas, de significado incalculable, sobre el Monte Sagrado de Dios.

El final del Plan marcará el comienzo del Año Santo, de 1992 a 1993, una pausa consciente de un año de duración, para permitir a Sus seguidores rendir digno tributo al Centenario de la Ascensión de Bahá'u'lláh y de la inauguración de Su Convenio unificador del mundo. Tal como ya se ha anunciado, se están planificando importantes celebraciones para reflejar el carácter distintivo y la importancia mundialmente estremecedora de las dos ocasiones.

Una de ellas, la reunión de representantes del mundo bahá'í, junto con los Caballeros de Bahá'u'lláh, en Bahjí en los recintos de la Mansión, desde donde el Espíritu liberado de Bahá'u'lláh retornó al trono de Su soberanía celestial, y en las cercanías del Santuario Más Sagrado, en donde se depositará la Lista de Honor de los Caballeros de Bahá'u'lláh como muestra indicativa de la respuesta de Sus amantes a Su llamado de difundir Sus enseñanzas en todo el mundo. Allí, en Bahjí, esta concurrencia realizará un acto solemne de alabanza, cuyas sagradas lecturas se compartirán próximamente con las comunidad bahá'ís en todas partes para que puedan usarlas en sus propias conmemoraciones, para unificar así la experiencia devocional de todo el mundo bahá'í durante esta celebración del centenario.

La otra, el Congreso Mundial programado para tener lugar del 23 al 26 de noviembre de 1992 en la ciudad de Nueva York, donde el amado Maestro reveló las implicaciones de Su posición como el designado Centro del Convenio de Bahá'u'lláh, y a la que Él denominó la Ciudad del Convenio. En todo el mundo, las comunidades bahá'ís realizarán actos auxiliares apropiados para magnificar el propósito del Congreso, que es el de celebrar el centenario de la inauguración del Convenio de Bahá'u'lláh y de proclamar sus metas y su poder unificador. Un corolario a estas actividades será la amplia distribución de una declaración sobre Bahá'u'lláh, preparada a petición nuestra por la Oficina de Información Pública, que servirá tanto como fuente de estudio e inspiración para los propios bahá'ís, como para una publicación informativa para presentar al público. De éstas y otras formas la comunidad del Más Grande Nombre se esforzará por proyectar el nombre de Bahá'u'lláh por todo el globo, para hacer de Él una eminencia conocida en la conciencia de los pueblos en todas partes.

Una confluencia tan excepcional de logros inminentes (la publicación del Kitáb-i-Aqdas, el progreso de los proyectos de construcción en el Monte Carmelo, la conclusión del Plan de Seis Años, el comienzo del Año Santo) anima las espectativas del mundo bahá'í, prepara el escenario para esfuerzos más poderosos que los ya intentados, y nos dirige a todos hacia la apertura de una nueva fase en la historia. Parece, pues digno, que la ley sagrada que permite a cada uno expresar su sentido personal de devoción a Dios en un acto de conciencia profundamente privado que promueve el bien común, que conecta directamente al creyente individual con la Institución Central de la Fe, y que, sobre todo, le asegura al obediente y al sincero la gracia inefable y las abundantes bendiciones de la Providencia, que deba, en esta coyuntura propicia, abrazarse por todos aquellos que profesan su creencia en la Manifestación Suprema de Dios. Con humildad ante nuestro soberano Señor, anunciamos en este momento que a partir del Ridván de 1992, el comienzo del Año Santo, la Ley del Huqúqu'lláh, el Derecho de Dios, se hará aplicable universalmente. Se llama amorosamente a todos a cumplirla.

Nuestros muy queridos hermanos y hermanas: Atestigüen cómo el Bienamado ha respondido a nuestras súplicas. Vean cómo Él ha enriquecido nuestras vidas con nuevos hermanos y nuevas instituciones en tierras hasta ahora cerradas a Su Palabra curativa. Consideren con cuánta potencia se están afirmando Sus prescripciones divinas como pautas para el comportamiento de naciones grandes y pequeñas. Con seguridad, tales abundantes bendiciones les han imbuido de valentía indómita y de confianza para enfrentar un futuro desafiante pero brillante. Verdaderamente, ustedes están embarcados en este año propicio preparados para el triunfo definitivo del Plan de Seis Años.

Que continúen, por medio de sus actos abnegados en Su servicio, siendo bendecidos por el tesoro inagotable de Su amor y tierno cuidado.

La Casa Universal de Justicia

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