La aceleración que durante la pasada década se ha podido observar en los procesos descritos por nuestro amado Guardián: la desintegración del viejo orden y el progreso y consolidación del nuevo Orden Mundial de Bahá'u'lláh, bien podría llegar a ser considerada por futuros historiadores como una de las características más notables de ese período. El reciente aumento que ha experimentado esta misma aceleración es aun más notable. Tanto dentro de la Causa de Dios, coma fuera de ella, están actuando poderosas fuerzas para llevar a su culminación las tendencias gemelas de este portentoso siglo. Entre las numerosas evidencias que revelan este proceso puede citarse, por una parte, el continuo crecimiento de la ilegalidad, el terrorismo, la confusión económica, la inmoralidad y el peligro cada vez mayor debido a la proliferación de armas destructivas, y por otro lado, la global y divinamente propulsada expansión, consolidación y aparición rápida en el foco de atención de los asuntos mundiales, de la Causa misma, proceso que ha sido coronado por la maravillosa floración del Monte Carmelo, la montaña de Dios, cuya divina primavera florece ahora tan magníficamente.
Desastre, triunfo y proclamaciónDurante los últimos cinco años, la dialéctica histórica de triunfo y desastre ha operado simultáneamente dentro de la Causa de Dios. El Ejército de la Luz ha sufrido la pérdida de seis Manos de la Causa y olas de persecución cruel que de nuevo han sumido a la paciente comunidad en Irán, y que han resultado en la demolición de la Casa del Báb y de la histórica casa de la familia de Bahá'u'lláh en Tákur, y en el martirio de veintenas de valientes almas. Sin embargo, estos desastres han despertado nuevas energías en los corazones de los amigos, han alimentado las raíces profundas de la Causa, y han dado origen a una gran cosecha de victorias sobresalientes. De éstas, las principales son: la conclusión exitosa del Plan de Cinco Años; el lanzamiento del Plan de Siete Años, que ahora está en el último año de su segunda fase; y la proclamación de la Fe, sin precedentes, a Jefes de Estado, parlamentos y parlamentarios, ministros y oficiales del gobierno, líderes del pensamiento y personas prominentes en las profesiones, lo que ha resultado en un cambio de actitud de parte de los medios de comunicación, que ahora, cada vez más, se acercan a nosotros en busca de información sobre la Causa.
A estos movimientos deben agregarse las conmemoraciones mundiales del quincuagésimo aniversario del fallecimiento de la Hoja Más Sagrada; la terminación de la restauración del piso superior de la Casa de 'AbduIláh Páshá, y su apertura, en estos mismos días, a las primeras visitas; la ocupación por la Casa Universal de Justicia de su Sede permanente, siguiendo en el cumplimiento de la gran profecía de la Tabla del Carmelo; progreso constante en la construcción del primer Mashriqu'I-Adhkár de las Islas del pacífico en Samoa y del Templo Madre del Subcontinente de la India en Nueva Delhi.
Trabajo de la enseñanzaEntre los rasgos sobresalientes del trabajo de la enseñanza y consolidación figuran los continuos resultados de la participación de más de dieciséis mil creyentes de todas partes del rnundo en las cinco Conferencias Internacionales; campañas intensivas de enseñanza realizadas con el apoyo activo de todos los niveles de la comunidad y haciendo uso del entusiasmo y la capacidad de la juventud bahá'í; el establecimiento de la segunda emisora de radio en América del Sur; el restablecimiento de las asambleas espirituales nacionales de Uganda y Nepal, y la formación de otras nueve asambleas espirituales nacionales, dos de las cuales serán elegidas en el mes de mayo de este año, elevando el total de estas casas secundarias de justicia a 135.
Unidad de acciónPor encima y más allá de todo esto, se halla la unidad de acción lograda por la comunidad mundial bahá'í en sus esfuerzos por ganar el apoyo público para los muy amados y admirados creyentes iraníes, que están siendo cruelmente asediados, unidad que se manifiesta aun más por una efusión de fondos para reemplazar las generosas contribuciones anteriores de los creyentes iraníes, y un resurgimiento de dedicación personal rara vez visto en escala tan universal, y que promete muchísimo para el futuro.
Extendiendo su alcance hacia la vida social y económica de su país
La creciente madurez de esta comunidad religiosa mundial, señalada por todos estos procesos, se evidencia además en el hecho de que varías comunidades nacionales están extendiendo su alcance hacia la vida social y económica de su país, lo que es ejemplificado por la fundación de escuelas tutelares, la aparición de emisoras de radio, la promoción de programas de desarrollo rural y la operación de proyectos médicos y agrícolas. A estos primeros comienzos debe agregarse la indudable pericia que se ha adquirido, como resultado de la crisis iraní, al tratar con las organizaciones internacionales, gobiernos nacionales y los medios noticieros: los elementos mismos de la sociedad con la que ella ha de colaborar cada vez más hacia la realización de la paz mundial.
Desarrollo espiritual interiorUn horizonte más amplio se abre ante nosotros, iluminado por una manifestación creciente y universal de las potencialidades inherentes a la Causa para ordenar los asuntos humanos. A esta luz pueden percibirse no sólo nuestras tareas inmediatas sino que, con menor claridad, nuevas tareas y empresas que pronto tendremos que abordar. Actualmente debemos completar los objetivos del Plan de Siete Años, prestando gran atención a los aspectos del desarrollo espiritual interior que se manifestarán en mayor unidad entre los amigos y en el funcionamiento «armonioso, vigoroso y eficiente,, de asambleas espirituales nacionales y locales, tal como lo desea el Guardián.
Colaborar con las fuerzas que conducen al establecimiento del orden en el mundo
No tenemos duda de que la comunidad mundial bahá'í llevará a cabo todas estas tareas y avanzará hacia nuevos logros. Los poderes liberados por Bahá'u'iláh son acordes con las necesidades del tiempo. Podemos, por tanto, tener plena confianza en que la nueva pulsación de energía que vibra ahora por toda la Causa la hará capaz de afrontar los desafíos venideros de ayudar, en la medida que lo permitan la madurez y los recursos, al desarrollo de la vida económica y social de los pueblos; de colaborar con las fuerzas que conducen al establecimiento del orden en el mundo; de influir en la explotación y los usos constructivos de la tecnología moderna, y por todos estos medios, aumentar el prestigio y el progreso de la Fe y elevar las condiciones de la humanidad en general.
Es el momento de regocijarse. El Sol de Bahá'u'lláh asciende por los cielos, poniendo en luz cada vez más clara el contraste existente entre la lobreguez, la desesperación, las frustraciones y el aturdimiento del mundo, y la radiancia, la confianza, la alegría y la certeza de Sus amantes.
Alegrad vuestros corazones. Ha llegado el Día de Dios.
La Casa Universal de Justicia