*El Ḥuqúqu’lláh es, en verdad, una gran ley. Les incumbe a todos presentar esta ofrenda, porque es la fuente de la gracia, de la abundancia y de todo bien. Es una merced que ha de permanecer junto con toda alma en cada uno de los mundos de Dios, Quien todo lo posee, el Más Munífico.
*Bahá’u’lláhMagnificado seas Tú, oh Señor de la creación entera, Aquel a Quien han de volverse todas las cosas. Con mi lengua interna y externa, doy testimonio de que Tú Te has manifestado y revelado, has hecho descender Tus signos y has proclamado Tus testimonios. Doy fe de Tu autosuficiencia respecto de todo cuanto no seas Tú y de Tu santidad por encima de todas las cosas terrenales. Te suplico, por la trascendente gloria de Tu Causa y la potencia suprema de Tu Palabra, que le concedas la confirmación a quien desee ofrendar lo que Tú le has prescrito en Tu Libro y observar lo que haga difundirse la fragancia de Tu aceptación. Ciertamente, Tú eres el Todopoderoso, el Favorecedor, Quien todo lo perdona, el Generosísimo.
-Bahá'u'lláh¡Glorificado seas, oh mi Señor compasivo! Te suplico, por el agitado océano de Tu santa expresión, y por las múltiples muestras de Tu suprema soberanía, y por las convincentes pruebas de Tu Divinidad, y por los misterios ocultos que se esconden en Tu conocimiento, que me concedas Tu gracia para servirte a Ti y a Tus escogidos y me permitas ofrecer obedientemente Tu Ḥuqúq, el cual has prescrito en Tu Libro.
Soy aquel, oh mi Señor, que ha puesto sus afectos en Tu dominio de gloria, y se ha asido tenazmente de la orla de Tu generosidad. ¡Oh Tú que eres el Señor de todos los seres y el Gobernante del reino de los nombres! Te suplico que no me niegues las cosas que Tú posees ni me prives de lo que Tú has ordenado para Tus escogidos.
Te imploro, oh Señor de todos los nombres y Creador de los cielos, que me ayudes a ser constante en Tu Causa, mediante Tu gracia fortalecedora, de modo que las vanidades del mundo no consigan apartarme de ella como por un velo, ni me detengan las violentas conmociones de los malhechores que se han dispuesto a desviar a Tu pueblo en Tus días. Destina, entonces, para mí, oh Deseo de mi corazón, el bien de este mundo y del mundo venidero. Ciertamente, poderoso eres Tú para hacer Tu voluntad. No hay otro Dios sino Tú, Quien siempre perdona, el Más Generoso.
-Bahá'u'lláh