¡Oh Señor, mi Dios! Esta es una criatura que ha nacido del vientre de una de Tus siervas a la que has conferido una posición distinguida en las Tablas de Tu irrevocable decreto contenidas en los Libros de Tu mandato.
Te imploro, por Tu nombre, el cual permite a todos alcanzar el objeto de su deseo, que concedas que esta criatura llegue a ser un alma más madura entre Tus siervos; haz que brille mediante el poder de Tu nombre, permítele expresar Tu alabanza, volver el rostro hacia Ti y acercarse a Ti. Verdaderamente, Tú eres Quien, desde siempre, has sido potente para hacer Tu voluntad y por siempre seguirás siendo poderoso para hacer lo que desees. No hay otro Dios más que Tú, el Excelso, el Augusto, el Sometedor, el Poderoso, el Imponente.
-Bahá'u'lláh¡Oh mi Dios! ¡Oh mi Dios! Tú ves a estos niños, que son los retoños del árbol de la vida, las aves de las praderas de la salvación, las perlas del océano de Tu gracia, las rosas del jardín de Tu guía. ¡Oh Dios, nuestro Señor! Entonamos Tu alabanza, damos testimonio de Tu santidad e imploramos fervientemente al cielo de Tu misericordia que hagas de nosotros luces de guía, estrellas que brillan sobre los horizontes de gloria eterna entre la humanidad, y que nos instruyas en un conocimiento que proviene de Ti. ¡Yá Bahá’u’l-Abhá!
-`Abdu'l-Bahá¡Oh Señor! Soy una criatura; permite que crezca al amparo de Tu amorosa bondad. Soy una tierna planta; haz que me alimente con las lluvias de las nubes de Tu misericordia. Soy un retoño del jardín del amor; haz que llegue a ser un árbol fructífero. Tú eres el Poderoso y el Potente, y Tú eres el Amoroso, el Sapientísimo, Quien todo lo ve.
-`Abdu'l-Bahá¡Él es Dios! ¡Oh Dios, mi Dios! Concédeme un corazón puro como una perla.
-`Abdu'l-Bahá¡Oh Dios! Educa a estos niños. Ellos son las plantas de Tu huerto, las flores de Tu prado, las rosas de Tu jardín. Haz que Tu lluvia descienda sobre ellos. Haz que el Sol de la Realidad brille con Tu amor sobre ellos. Haz que Tu brisa les refresque para que se eduquen, crezcan y se desarrollen, y se manifiesten con la máxima belleza. Tú eres el Donador. Tú eres el Compasivo.
-`Abdu'l-Bahá¡Oh Dios! Guíame, protégeme, haz de mí una lámpara brillante y una estrella resplandeciente. Tú eres el Fuerte y el Poderoso.
-`Abdu'l-Bahá¡Oh mi Señor! ¡Oh mi Señor! Soy una criatura de tierna edad. Nútreme del pecho de Tu misericordia, instrúyeme en el seno de Tu amor, edúcame en la escuela de Tu guía y haz que me desarrolle al amparo de Tu munificencia. Líbrame de la oscuridad; haz de mí una luz brillante; libérame de la desdicha; haz de mí una flor del rosedal; permite que me convierta en un siervo de Tu umbral y confiéreme el carácter y la naturaleza de los justos; haz de mí una fuente de generosidad para el mundo humano y corona mi cabeza con la diadema de la vida eterna.
Verdaderamente, Tú eres el Fuerte, el Poderoso, Quien ve y Quien oye.
-`Abdu'l-Bahá¡Oh Señor incomparable! Sé Tú un refugio para esta pobre criatura y un Maestro bondadoso y clemente para esta alma errante e infeliz. ¡Oh Señor! Aunque no seamos más que plantas sin provecho, pertenecemos a Tu jardín de rosas. Aunque arbolitos sin hojas ni flores, somos parte de Tu huerto. Nutre esta planta, pues, con las lluvias de las nubes de Tu tierna misericordia y vivifica y refresca este arbolito con el hálito reanimador de Tu primavera espiritual. Haz que llegue a ser atento, juicioso y noble, y permite que obtenga vida eterna y habite por siempre en Tu Reino.
-`Abdu'l-Bahá¡Oh Señor! Haz de estos niños plantas excelentes. Permite que crezcan y se desarrollen en el Jardín de Tu Alianza, y otórgales lozanía y belleza mediante las efusiones de las nubes del Reino de Abhá.
¡Oh Dios bondadoso! Soy una criatura pequeña, enaltéceme admitiéndome en el reino. Soy terrenal, hazme celestial; pertenezco al mundo inferior, deja que pertenezca al reino superior; estoy apagado, haz que me vuelva radiante; soy material, hazme espiritual, y permite que pueda manifestar Tus infinitas bondades.
Tú eres el Poderoso, el Más Amoroso.¡Oh bondadoso Señor! Estos niños adorables son obra de los dedos de Tu poder y señales maravillosas de Tu grandeza. ¡Oh Dios! Protégelos, ayúdalos bondadosamente a educarse y permite que puedan prestar servicio al mundo de la humanidad. ¡Oh Dios! Estos niños son perlas; haz que se cultiven dentro de la concha de Tu amorosa bondad.
Tú eres el Munífico, el Más Amoroso.¡Oh Señor! Cultiva este pequeño retoño en el jardín de Tus múltiples dádivas, riégalo con las fuentes de Tu bondadoso afecto y permite que llegue a ser una hermosa planta mediante las efusiones de Tu favor y gracia.
Tú eres el Fuerte y el Poderoso.¡Oh mi Señor misericordioso! Este es un jacinto que ha crecido en el jardín de Tu agrado y un retoño que ha aparecido en el vergel del conocimiento verdadero. ¡Oh Señor de munificencia! Haz que sea refrescado continuamente con Tus brisas vivificantes y que reverdezca, lozano y floreciente, mediante las efusiones de las nubes de Tus favores, oh Tú Señor bondadoso.
Verdaderamente, Tú eres el Todoglorioso.¡Oh bondadoso Señor! Somos pobres niños, pequeños y necesitados, y, aun así, somos plantas que han brotado junto a Tu arroyo celestial y retoños cubiertos de flores en Tu primavera divina. Haz que nos volvamos verdes y lozanos mediante las efusiones de las nubes de Tu misericordia; ayúdanos a crecer y desarrollarnos con los rayos del sol de Tus generosas dádivas, y haz que nos refresque la brisa vivificadora que sopla desde las praderas de la Verdad. Permítenos llegar a ser árboles florecientes cargados de frutos en el vergel del conocimiento, estrellas resplandecientes que brillen en el horizonte de la felicidad eterna, y lámparas radiantes que iluminen al conjunto de la humanidad.
¡Oh Señor! Si nos fuera brindado Tu tierno cuidado, cada uno de nosotros se remontaría, como un águila, al pináculo del conocimiento; mas si nos abandonaran a nuestra suerte, nos consumiríamos y caeríamos en la carencia y la frustración. Seamos lo que seamos, de Ti procedemos y ante Tu umbral buscamos refugio.
Tú eres el Otorgador, el Munífico, el Más Amoroso.
-`Abdu'l-Bahá¡Oh Dios puro! Permite que estos retoños, que han brotado junto al torrente de Tu guía, se vuelvan verdes y lozanos mediante las efusiones de las nubes de Tu tierna misericordia; haz que se mezan con las suaves brisas que soplan desde las praderas de Tu unicidad, y permite que sean revividos por los rayos del Sol de la Realidad, para que continuamente crezcan y florezcan y se cubran de flores y frutos.
¡Oh Señor, Dios! Otórgale entendimiento a cada uno de ellos, dales poder y fuerza y haz que reflejen Tu divina ayuda y confirmación de modo que se conviertan en las más distinguidas de las gentes.
Tú eres el Fuerte y el Poderoso.¡Oh Dios, mi Dios! Somos niños que hemos sido nutridos con la leche del conocimiento divino del seno de Tu amor y admitidos en Tu Reino a muy corta edad. De día y de noche Te imploramos diciendo: ¡Oh Señor! Haz firmes nuestros pasos en Tu Fe, resguárdanos en la fortaleza de Tu protección, aliméntanos de Tu mesa celestial, permítenos llegar a ser señales de guía divina y lámparas que resplandecen con una conducta recta, y ayúdanos con el poder de los ángeles de Tu reino, oh Tú que eres el Señor de gloria y majestad.
En verdad, Tú eres el Otorgador, el Misericordioso, el Compasivo.
-`Abdu'l-BaháConcédenos nuevas bendiciones. Confiérenos el frescor de la primavera. Somos retoños plantados por los dedos de Tu munificencia y hemos sido creados del agua y la arcilla de Tu tierno afecto. Tenemos sed de las aguas vivas de Tus favores y dependemos de las efusiones de las nubes de Tu generosidad. No abandones a su suerte esta arboleda donde se albergan nuestras esperanzas ni la prives de las lluvias de tu bondadoso afecto. Permite que de las nubes de Tu misericordia caiga una lluvia copiosa para que los árboles de nuestra vida den fruto y alcancemos el más caro deseo de nuestro corazón.
-`Abdu'l-Bahá¡Oh Tú, Dios puro! Soy una criatura pequeña; permite que el pecho de Tu bondadoso afecto sea el que yo anhele; concede que me alimente con la leche y la miel de Tu amor; hazme crecer en el seno de Tu conocimiento, y confiéreme nobleza y sabiduría desde la infancia.
¡Oh Tú, el Dios que subsiste por Sí mismo! Haz que sea leal al Reino de lo Invisible.
Verdaderamente, Tú eres el Fuerte, el Poderoso.¡Oh Señor! Protege a los niños que nacen en Tu día, que se nutren del pecho de Tu amor y se crían en el seno de Tu gracia.
¡Oh Señor! En verdad, son ramas jóvenes que crecen en los jardines de Tu conocimiento, tallos que brotan en Tus vergeles de gracia. Permite que participen de Tus generosos dones, que prosperen y florezcan bajo la lluvia que cae de las nubes de Tu munificencia.
¡Verdaderamente, Tú eres el Generoso, el Clemente, el Compasivo!
-`Abdu'l-Bahá¡Oh Dios Compasivo! ¡Oh Señor de las Huestes! Alabado seas por cuanto has preferido a estos pequeños niños por sobre los mayores y adultos, y les has concedido Tus especiales favores. Tú los has guiado. Tú has sido bondadoso con ellos. Les has conferido iluminación y espiritualidad. Confírmanos de modo que, cuando hayamos crecido, nos ocupemos en el servicio a Tu Reino, nos convirtamos en causa de la educación de otros, ardamos como cirios resplandecientes y reluzcamos como brillantes estrellas. Tú eres el Munificente, el Conferidor, el Compasivo.
-`Abdu'l-BaháDesde Estados Unidos, ese distante país, viajamos a la Tierra Santa y nos dirigimos a este santo Lugar. Llegamos a los dos benditos y sagrados Umbrales, y obtuvimos de ellos gracia ilimitada. Hemos venido ahora al Monte Carmelo, que es Tu sagrado jardín. La mayoría de los Profetas se dirigieron a Ti en oración en esta santa montaña, y estuvieron en comunión contigo, con la mayor humildad, a la hora de la medianoche.
¡Oh Señor! Estamos ahora en este bendito lugar. Suplicamos Tus infinitas dádivas y anhelamos una conciencia dichosa y tranquila. Deseamos firmeza en la Alianza y buscamos Tu complacencia hasta nuestro último suspiro.
¡Oh Señor! Perdona nuestros pecados y concédenos Tus múltiples favores. Ampáranos en el refugio de Tu protección. Resguarda y protege a estos dos niños pequeños, y críalos en el regazo de Tu Amor.
Tú eres el Perdonador, el Resplandeciente, el Amoroso.
-`Abdu'l-Bahá¡Oh gloriosísimo Señor! Bendice y haz feliz a esta pequeña sierva Tuya; cuídala tiernamente en el umbral de Tu unicidad y permite que beba en abundancia de la copa de Tu amor, para que se llene de arrobamiento y de éxtasis y difunda delicadas fragancias. Tú eres el Fuerte y el Poderoso, y Tú eres el Omnisciente, Quien todo lo ve.
-`Abdu'l-Bahá