¡Oh Dios, Quien eres el Autor de todas las Manifestaciones, el Origen de todos los Orígenes, la Fuente de todas las Revelaciones y el Manantial de todas las Luces! Atestiguo que, mediante Tu Nombre, el cielo de la comprensión ha sido adornado, y se ha encrespado el océano de la expresión, y las dispensaciones de Tu providencia han sido promulgadas a los seguidores de todas las religiones.
Te imploro que me enriquezcas de tal modo que prescinda de todo salvo de Ti y me desligue de cualquiera que no seas Tú. Haz descender, pues, sobre mí, de las nubes de Tu munificencia, aquello que me beneficie en cada mundo de Tus mundos. Ayúdame, entonces, mediante Tu gracia fortalece-dora, a servir de tal modo a Tu Causa entre Tus siervos que pueda manifestar aquello que me haga ser recordado tanto tiempo como dure Tu propio reino y perdure Tu dominio.
Oh mi Señor, este es Tu siervo que se ha vuelto con todo su ser hacia el horizonte de Tu munificencia, y el océano de Tu gracia, y el cielo de Tus dádivas. Procede conmigo, pues, como corresponda a Tu majestad y a Tu gloria y a Tu generosidad y a Tu gracia.
Tú eres, en verdad, el Dios de fuerza y poder, y estás dispuesto a responder a las oraciones de aquellos que Te ofrecen súplicas. No hay Dios sino Tú, el Omnisciente, el Sapientísimo.
-Bahá'u'lláhGloria sea a Ti, oh Señor del mundo y Deseo de las naciones; oh Tú que Te has hecho manifiesto en el Más Grande Nombre, por medio del cual las perlas de la sabiduría y de la expresión han aparecido en las conchas del gran mar de Tu conocimiento, y los cielos de la revelación divina han sido adornados con la luz de la aparición del Sol de Tu semblante.
Te suplico, por esa Palabra, mediante la cual fue perfeccionada Tu prueba entre Tus criaturas y se cumplió Tu testimonio entre Tus siervos, que fortalezcas a Tu pueblo en aquello que haga irradiar la faz de la Causa en Tu reino, enarbolar las enseñas de Tu poder entre Tus siervos y alzar los estandartes de Tu guía en Tus dominios.
¡Oh mi Señor! Tú los ves asidos de la cuerda de Tu gracia y aferrados al borde del manto de Tu beneficencia. Ordena para ellos aquello que los acerque más a Ti, y apártalos de todo salvo de Ti. Te ruego, oh Rey de la existencia y Protector de lo visible y lo invisible, que hagas de todo el que se disponga a servir a Tu Causa un mar movido por Tu deseo, un ser encendido con el fuego de Tu Árbol Santo, brillando en el horizonte del cielo de Tu Voluntad. Verdaderamente, Tú eres el Poderoso, a Quien no pueden debilitar ni el poder del mundo entero ni la fuerza de las naciones. No hay Dios sino Tú, el Único, el Incomparable, el Protector, Quien subsiste por Sí mismo.
-Bahá'u'lláhMagnificado sea Tu nombre, oh mi Dios, por cuanto has manifestado el Día que es el Rey de los Días, el Día anunciado a Tus Elegidos y a Tus Profetas en Tus muy excelsas Tablas, el Día en que derramaste el esplendor de la gloria de todos Tus Nombres sobre todas las cosas creadas. Grande es la bendición de quienquiera que se haya dirigido hacia Ti, haya alcanzado Tu presencia y haya percibido los acentos de Tu voz.
Te imploro, oh mi Señor, por el nombre de Aquel alrededor de Quien circunda en adoración el reino de Tus nombres, que ayudes bondadosamente a quienes Te son queridos a glorificar Tu palabra entre Tus siervos y a difundir Tu alabanza entre Tus criaturas, de modo que los éxtasis de Tu Revelación colmen el alma de todos los moradores de Tu tierra.
Oh mi Señor, ya que los has guiado hasta las aguas vivas de Tu gracia, permite, por Tu generosidad, que no permanezcan apartados de Ti; y ya que los has convocado a la morada de Tu trono, no los expulses de Tu presencia, por Tu amorosa bondad. Haz descender sobre ellos aquello que los desligue por completo de todo excepto de Ti y les permita remontarse a la atmósfera de Tu cercanía, de modo que ni el ascendiente de los opresores ni las insinuaciones de quienes no han creído en Tu muy augusto y poderosísimo Ser puedan mantenerlos separados de Ti.
-Bahá'u'lláhDi: ¡Magnificado sea Tu Nombre, oh Señor mi Dios! Te ruego, por Tu Nombre, mediante el cual brilló resplandeciente la luz de la sabiduría cuando los cielos de la expresión divina se pusieron en movimiento entre la humanidad, que me ayudes generosamente con Tus confirmaciones celestiales y me permitas exaltar Tu Nombre entre Tus siervos.
¡Oh Señor! Hacia Ti he vuelto el rostro, desprendido de todo excepto de Ti y asiéndome firmemente del borde del manto de Tus múltiples bendiciones. Desata, por tanto, mi lengua para que proclame aquello que cautive las mentes y regocije las almas y los espíritus. Fortaléceme, pues, en Tu Causa, de modo tal que no me inhiba el predominio de los opresores entre Tus criaturas ni me detenga el ataque de los incrédulos entre los que moran en Tu reino. Haz de mí una lámpara que relumbre en todas Tus tierras, para que con su resplandor sean guiados aquellos en cuyos corazones brilla la luz de Tu conocimiento y perdura el anhelo por Tu amor.
Verdaderamente, potente eres Tú para hacer cuanto Te place y en Tu mano sostienes el reino de la creación. No hay otro Dios más que Tú, el Todopoderoso, el Sapientísimo.
-Bahá'u'lláh¡Oh Tú que sostienes en Tu puño el Reino de los nombres y el Dominio de todas las cosas! Tú ves cómo me he vuelto un extraño fuera de mi país a causa de mi amor por Ti. Te suplico, por la belleza de Tu rostro, que hagas de la lejanía de mi tierra un medio para que Tus siervos se aproximen al Manantial de Tu Causa y al Amanecer de Tu Revelación. ¡Oh Dios! Te invoco con una lengua que no ha expresado una sola palabra de desobediencia a Ti, implorándote que, por Tu soberanía y poder, me mantengas a salvo en el refugio de Tu misericordia y me concedas fuerza para servirte a Ti y para servir a mi padre y a mi madre. Tú eres, en verdad, el Todopoderoso, Quien ayuda en el peligro, Quien subsiste por Sí mismo.
-Bahá'u'lláhAlabado seas, oh Señor mi Dios, por guiarme al horizonte de Tu Revelación y hacer que sea mencionado por Tu Nombre. Te suplico, por los rayos que difunde el Sol de Tu providencia y por las olas ondulantes del Océano de Tu misericordia, que permitas que mis palabras contengan un vestigio de la influencia de Tu propia excelsa Palabra, para que atraigan así las realidades de todas las cosas creadas. Potente eres para hacer Tu voluntad por medio de Tu maravillosa e incomparable Palabra.
-Bahá'u'lláhTú sabes, oh Dios, y eres mi testigo de que no albergo otro deseo en mi corazón salvo obtener Tu complacencia, ser confirmado en mi servidumbre hacia Ti, consagrarme a Tu servicio, laborar en Tu gran viñedo y sacrificarlo todo en Tu camino.
Tú eres Quien todo lo sabe y todo lo ve. En mi amor por Ti, no tengo deseo alguno más que encaminar mis pasos hacia las montañas y los desiertos para proclamar en alto el advenimiento de Tu Reino y elevar Tu llamamiento entre todas las gentes. ¡Oh Dios! Ábrele el camino a este desvalido, dispensa el remedio para este doliente y otorga Tu curación a este afligido. Con el corazón ardiente y lágrimas en los ojos, Te suplico ante Tu Umbral.
¡Oh Dios! Estoy dispuesto a soportar cualquier tormento en Tu camino, y deseo con todo mi corazón y mi alma enfrentarme a cualquier dificultad.
¡Oh Dios! Protégeme de las pruebas. Tú bien sabes que me he alejado de todas las cosas y me he librado de todos los pensamientos. No tengo otra ocupación salvo la mención de Ti, y ninguna aspiración salvo la de servirte.
-`Abdu'l-Bahá¡Oh Dios, mi Dios! Ayuda a Tus siervos leales a tener corazones tiernos y amorosos. Asísteles para que difundan entre todas las naciones de la tierra la luz de guía que proviene del Concurso de lo alto. En verdad, Tú eres el Fuerte, el Potente, el Poderoso, Quien todo lo subyuga, el Eterno Donador. Ver-daderamente, Tú eres el Generoso, el Amable, el Tierno, el Más Bondadoso.
-`Abdu'l-BaháOh mi Dios, ayuda a Tu siervo a ensalzar la Palabra y a refutar lo que es ilusorio y falso, a establecer la verdad, a difundir los sagrados versículos, revelar los esplendores y hacer que alboree la luz de la mañana en los corazones de los justos.
Tú eres, verdaderamente, el Generoso, el Perdonador.
-`Abdu'l-BaháTú me ves, oh mi Dios, inclinado en sumisión, humilde ante Tus mandamientos, sometido a Tu soberanía, temblando ante el poder de Tu dominio, huyendo de Tu ira, implorando Tu gracia, confiando en Tu perdón, estremecido de temor ante Tu furia. Te imploro con corazón palpitante, con un torrente de lágrimas y con el alma llena de anhelo, y completamente desprendido de todas las cosas, que hagas de Tus amantes rayos de luz que atraviesen Tus dominios, y que ayudes a Tus siervos escogidos a exaltar Tu Palabra, de modo que sus rostros se vuelvan hermosos y radiantes de esplendor, sus corazones se llenen con los misterios, y cada alma deponga su carga de pecados. Protégelos, pues, del agresor, de aquel que se ha convertido en un desvergonzado y blasfemo malhechor.
En verdad, Tus amantes están sedientos, oh mi Señor; condúcelos al manantial de munificencia y gracia. En verdad, están hambrientos; hazles llegar Tu mesa celestial. En verdad, están desnudos; atavíalos con las prendas del saber y del conocimiento.
Son héroes, oh mi Señor; condúcelos al campo de batalla. Son guías; haz que se expresen con argumentos y pruebas. Son sirvientes; haz que repartan la copa que rebosa con el vino de la certeza. Haz de ellos, oh mi Dios, aves cantoras que gorjean en hermosos jardines, leones emboscados en las espesuras, ballenas que se sumergen en las vastas profundidades.
En verdad, Tú estás dotado de abundante gracia. No hay otro Dios más que Tú, el Fuerte, el Poderoso, el Eterno Conferidor.
-`Abdu'l-Bahá