¡Mi Dios, mi Adorado, mi Rey, mi Deseo! ¿Qué lengua puede expresar mis gracias a Ti? Yo era negligente, Tú me despertaste. Yo me había apartado de Ti, Tú me ayudaste bondadosamente a volverme hacia Ti. Yo era como un muerto, Tú me hiciste revivir con el agua de vida. Yo estaba marchito, Tú me reanimaste con la corriente celestial de Tu Palabra, que ha brotado de la Pluma del Todomisericordioso.
¡Oh divina Providencia! Toda la existencia es engendrada por Tu munificencia; no le niegues las aguas de Tu generosidad ni la prives del océano de Tu misericordia. Te imploro que me ayudes y me asistas en todo momento y en toda condición, y anhelo Tu antiguo favor del cielo de Tu gracia. Tú eres, en verdad, el Señor de la munificencia y el Soberano del reino de la eternidad.
-Bahá'u'lláh¡Glorificado seas, oh Señor mi Dios! Te imploro, por los impetuosos vientos de Tu gracia, y por Aquellos que son las Auroras de Tu propósito y los Puntos de Amanecer de Tu inspiración, que me envíes a mí y a todos los que han buscado Tu semblante aquello que sea propio de Tu generosidad y de Tu munífica gracia y sea digno de Tus dádivas y Tus favores. Estoy necesitado y desolado, oh mi Señor; sumérgeme en el océano de Tu riqueza. Estoy sediento; permíteme beber de las aguas vivas de Tu amorosa bondad.
Te suplico, por Tu propio Ser, y por Aquel a Quien Tú has designado como la Manifestación de Tu propia Esencia y Tu Palabra discernidora para todos los que están en el cielo y en la tierra, que reúnas a Tus siervos a la sombra del árbol de Tu bondadosa providencia. Ayúdalos, pues, a participar de sus frutos, a inclinar el oído al murmullo de sus hojas y a la dulzura de la voz del Ave que canta en sus ramas. Tú eres, verdaderamente, Quien ayuda en el peligro, el Inaccesible, el Todopoderoso, el Munífico.
-Bahá'u'lláh¡Loado sea Tu Nombre, oh Señor nuestro Dios! Tú eres, en verdad, el Conocedor de lo invisible. Ordena para nosotros todo el bien que determine Tu conocimiento que todo lo abarca. Tú eres el supremo Señor, el Todopoderoso, el Bienamado.
¡Toda alabanza sea para Ti, oh Señor! Pediremos Tu gracia en el Día señalado y pondremos toda nuestra confianza en Ti, que eres nuestro Señor. ¡Glorificado eres, oh Dios! Concédenos aquello que sea bueno y apropiado para que podamos prescindir de todo excepto de Ti. Verdaderamente, Tú eres el Señor de todos los mundos.
¡Oh Dios! Recompensa a quienes resisten con paciencia en Tus días, y fortalece sus corazones para que sigan el camino de la Verdad sin desviarse. Otórgales, pues, oh Señor, dádivas tan excelentes que les permitan acceder a Tu gozoso Paraíso. Exaltado eres, oh Señor, Dios. Haz descender Tus bendiciones celestiales sobre hogares cuyos moradores han creído en Ti. En verdad, insuperable eres Tú en conceder bendiciones divinas. Envía, oh Dios, huestes que hagan victoriosos a Tus siervos leales. Tú das forma a las cosas creadas mediante el poder de Tu decreto y conforme a Tu voluntad. Tú eres, en verdad, el Soberano, el Creador, el Omnisapiente.
Di: Dios es, en verdad, el Hacedor de todas las cosas. Él da sustento en abundancia a quien Él desea. Él es el Creador, el Origen de todos los seres, el Artífice, el Todopoderoso, el Hacedor, el Sapientísimo. Él es el Portador de los más excelentes títulos en los cielos y en la tierra y en todo cuanto hay entre ellos. Todos acatan Su mandato, y todos los moradores de la tierra y del cielo celebran Su alabanza, y a Él todos han de regresar.
-El Báb¡Oh mi Dios, mi Amo y mi Señor! Me he desligado de mis familiares y, a través de Ti, he procurado ser independiente de todos los que habitan en la tierra y estar siempre dispuesto a recibir lo que es loable ante Tu vista. Concédeme todo bien que me haga independiente de todo cuanto no seas Tú, y otórgame una porción más amplia de Tus ilimitados favores. Verdaderamente, Tú eres el Señor de abundante gracia.
-El Báb¡Oh Dios! Concede Tu favor y Tu bendición. Otorga Tu gracia y una porción de Tu generosidad. Permite a estas almas atestiguar este año el cumplimiento de sus esperanzas.
Haz descender Tu lluvia celestial con copiosa abundancia. Tú eres el Poderoso, el Fuerte.
-`Abdu'l-Bahá¡Oh bondadoso Señor! Somos siervos de Tu Umbral, resguardados en Tu sagrada Puerta. No buscamos otro refugio más que este firme pilar; no recurrimos a otro amparo más que Tu custodia. Protégenos, bendícenos, apóyanos; haz que no amemos sino Tu complacencia, que no expresemos sino Tu ala-banza, que solo sigamos el camino de la verdad, que lleguemos a ser lo suficientemente ricos para prescindir de todo salvo de Ti, y recibir nuestros dones del mar de Tu beneficencia, que nos esforcemos siempre por exaltar Tu Causa y difundir Tus dulces fragancias por doquier, que nos olvidemos de nosotros mismos y nos ocupemos tan solo de Ti, y reneguemos de todo lo demás y quedemos cautivados por Ti.
¡Oh Proveedor! ¡Oh Perdonador! Concédenos Tu gracia y Tu bondad, Tus dones y Tus dádivas, y apóyanos para que podamos lograr nuestro objetivo. Tú eres el Poderoso, el Capaz, el Conocedor, el que ve; verdaderamente, Tú eres el Generoso; verdaderamente, Tú eres el Todomisericordioso; y, verdaderamente, Tú eres Quien siempre perdona, Aquel a Quien Se Le debe arrepentimiento, Aquel que perdona hasta el más grave de los pecados.
-`Abdu'l-BaháNo retires, oh Señor, la mesa festiva que ha sido puesta en Tu Nombre, y no apagues la llama ardiente prendida por Tu fuego inextinguible. No impidas que fluya esa agua de vida Tuya que susurra la melodía de Tu gloria y Tu recuerdo, y no prives a Tus siervos de la fragancia de Tus delicados aromas que exhalan el perfume de Tu amor.
¡Señor! Convierte las penosas inquietudes de Tus seres santos en tranquilidad, sus fatigas en sosiego, su humillación en gloria, su tristeza en dichosa alegría, oh Tú que sujetas con Tu mano las riendas de toda la humanidad.
Tú eres, verdaderamente, el Único, el Indiviso, el Fuerte, el Omnisciente, el Sapientísimo.
-`Abdu'l-Bahá¡Señor! Dignos de lástima somos, concédenos Tu favor; somos pobres, confiérenos una porción del océano de Tu riqueza; estamos necesitados, satisfácenos; estamos humillados, danos Tu gloria. Las aves del aire y las bestias del campo reciben cada día su alimento de Ti, y todos los seres participan de Tu cuidado y amorosa bondad.
No prives a este débil ser de Tu maravillosa gracia y, por medio de Tu poder, otorga Tu generosidad a esta alma desamparada.
Danos nuestro pan de cada día y confiérenos Tu abundancia en las necesidades de la vida, para que no dependamos de nadie excepto de Ti, tengamos comunión plena contigo, transitemos por Tus caminos y declaremos Tus misterios. Tú eres el Omnipotente, el Amoroso y el Proveedor de toda la humanidad.
-`Abdu'l-Bahá