y protección de la Integridad en las Instituciones Públicas:
Una Perspectiva Bahá'íPreparado por la Comunidad Internacional Bahá'í y presentado en el
Forum Global intergubernamental de Lucha contra la Corrupción II.
La Haya, HolandaA medida que la humanidad emerge de un siglo de tumulto y cambios atemorizantes, sus necesidades de renovación moral y espiritual se hacen cada vez más evidentes. Que el siglo veinte fue un siglo tanto de oscuridad como de luz –revelando la capacidad de depravación así como de logros humanos- subyace en la confusión que acapara nuestra era. Una profunda desorientación moral amenaza las instituciones morales y los lazos fundamentales que tejen las relaciones humanas. Desde el punto de vista bahá'í, el desplazamiento de una comprensión trascendente de la vida por un materialismo ascendente es el responsable del escepticismo, alineación y anomalía que caracterizan nuestra existencia contemporánea.
Hace más de un siglo, Bahá'u'lláh, el Fundador de la Fe Bahá'í, advirtió contra la inevitable aridez espiritual y moral que emergería de la marginalización de la religión. “En verdad,” Él escribió, “la religión es una luz radiante y una fortaleza inexpugnable para la protección y el bienestar de los pueblos del mundo [...] Si la lámpara de la religión se oscureciera, el caos y la confusión le seguirían, y las luces de la equidad y la justicia, de la tranquilidad y la paz dejarían de brillar.” 1
Sabemos que el avance social es el resultado de los ideales y creencias compartidos que unen las sociedades entre sí. Los cambios sociales significativos resultan tanto del desarrollo de cualidades y actitudes que fomentan modelos constructivos de interacción humana como de la adquisición de capacidades técnicas. La verdadera prosperidad, un bienestar fundado en la paz, la cooperación, el altruismo, la dignidad, la rectitud de conducta y la justicia, surge de la luz de la conciencia y virtud espirituales así como también del descubrimiento y progreso materiales.
Distinguir entre las características vitales de la religión y las distorsiones que falsamente le han colgado es desafiante. Sin embargo, la religión es una fuente indispensable de conocimiento y motivación, un manantial de valores, revelación y energía, sin los cuales la cohesión social y la actitud colectiva son difíciles de lograr, por no decir imposibles. Mediante las enseñanzas y la guía moral de la religión, grandes segmentos de la humanidad han aprendido a disciplinar sus más bajas tendencias y a desarrollar cualidades que conducen al orden social y avance cultural. Tales cualidades de confiabilidad, compasión, paciencia, fidelidad, generosidad, humildad, coraje y deseo de sacrificarse por el bien común han constituido los invisibles pero esenciales fundamentos de la vida comunitaria progresiva. La religión provee los ladrillos y el mortero de la sociedad, los preceptos éticos y la visión que unen a las personas en comunidades y que da dirección y significado tangibles a la existencia individual y colectiva.
Claramente, el conjunto de capacidades necesarias para la construcción del tejido social, económico y moral de la sociedad depende de los recursos tanto de la mente como del espíritu. Las virtudes civilizadoras de honestidad, deber y lealtad tan esenciales para el progreso humano son cultivadas por el lenguaje del corazón y la voz de la conciencia. Los imperativos y castigos legales, aunque esenciales, son, sin embargo, limitados en su eficacia. Emerger las raíces espirituales de la motivación que descansa en el corazón de la identidad y propósito humanos es explotar el impulso individual que puede asegurar la genuina transformación social. Así pues, desde la perspectiva bahá'í, la aparición de instituciones públicas que generen confianza pública y que carezcan de corrupción está íntimamente relacionada con el proceso del desarrollo moral y espiritual. Tal como Bahá'u'lláh confirma: “Mientras la naturaleza individual ceda ante pasiones diabólicas, el crimen y la trasgresión prevalecerán."2
Los Bahá'ís observan toda la empresa de la civilización como un proceso espiritual que implica la progresiva concienciación de las capacidades morales y creativas de la humanidad. Por consiguiente, la creación de un medio público “libre de corrupción” depende del desarrollo de la capacidad moral en los individuos, las comunidades e instituciones sociales.
¿Cómo es posible construir capacidad moral? ¿Cuáles son las estrategias prácticas que las sociedades pueden adoptar para que de entre sus poblaciones se levanten agentes sociales positivos que prefieran llevar vidas de servicio e integridad? La educación es un instrumento indispensable. El hecho de que la comunidad mundial es de carácter plural no debe disuadir a los gobiernos y agencias internacionales para prestar atención seria a la cuestión del desarrollo moral. La colaboración creciente entre las comunidades religiosas, Organizaciones No Gubernamentales e instituciones publicas al atender desafíos sociales primordiales provee las suficientes pruebas de la posibilidad de acción efectiva.
La comunidad Bahá'í ha emprendido un número de iniciativas, aunque modestas en su alcance, en el área del liderazgo ético y la educación moral. Estos programas desarrollan los recursos científicos y religiosos para cultivar los conceptos, valores, actitudes y destrezas necesarios para crear caracteres distintivos de rectitud e integridad. La formulación de enfoques y métodos pedagógicos que de modo sistemático promuevan el desarrollo moral ha sido un foco constante de los esfuerzos Bahá'ís. La Universidad Núr, la segunda institución privada de enseñanza superior de Bolivia, integra conocimiento académico con experiencia práctica y entrenamiento ético, poniendo énfasis particular en el servicio a la comunidad, justicia social y respeto por la diversidad humana. Núr se fundó, mayormente, para ayudar a desarrollar líderes que comprendan el nexo entre la transformación individual y la social. Su filosofía educativa se basa en los conceptos y principios emanados de las enseñanzas Bahá'ís. El programa de liderazgo moral de Núr enseña a los participantes que tienen la obligación de buscar, adoptar y vivir según preceptos morales. El liderazgo se muestra como la responsabilidad ejercida por todos los miembros de la sociedad y requiere el desarrollo de capacidades morales específicas. Reforzar tales capacidades es un cometido por lograr y aplicar de verdad en todas las áreas de actividad humana. Este programa ha llegado a unas 400 comunidades rurales en Bolivia y más de una docena de países latinoamericanos.
A través de su Programa de Gobernación Justa, Núr está proveyendo formación a oficiales públicos, personal gubernamental técnico y miembros de organizaciones comunitarias de base. Busca promover la buena gobernación explorando diferentes dimensiones de liderazgo moral, fortaleciendo capacidades administrativas para la toma de decisiones en el sector público y promoviendo el diálogo sobre el desarrollo futuro de la sociedad Boliviana. Muchos departamentos de gobiernos regionales y de municipios locales han tomado parte en el programa. Una iniciativa afín abarca a unos 5.000 estudiantes de segunda enseñanza (bachillerato) en la promoción del liderazgo juvenil. El programa trabaja para limitar la implicación de los jóvenes en el crimen, la violencia y el consumo de alcohol y drogas preparando a gente joven para el servicio activo en la comunidad. Núr asimismo ha trabajado para entrenar a profesores de escuelas como agentes de desarrollo comunitario. Hasta la fecha, más de 2000 profesores de Bolivia, Argentina, y Ecuador han participado en dicho programa, que ha recibido muchísima retroalimentación (feedback) de sus participantes. Uno de los estudiantes escribió:
El estudio de este curso me ha ayudado, por encima de todo, a comprender la importancia de guiar mi vida según principios. Ahora procuro servir a los necesitados sin esperar reconocimiento, a perdonar a aquellos que hayan podido ofenderme sin guardar rencor y a compartir con otros aquello que he aprendido, y de este modo contribuir a mi propia alegría y la de ellos.
El proyecto “Justicia en la Educación” habiéndose llevado a cabo por el Programa de Plenitud Humana en Brasil es otro esfuerzo Bahá’í que está enfocado en la promoción de liderazgo ético en el gobierno. El Ministerio de Educación Brasileño, en colaboración con la Asociación Nacional de Jueces y Fiscales, ha aprobado un programa de entrenamiento desarrollado por el Personal de Plenitud Humana que llega aproximadamente a 6000 profesionales de la judicatura que están trabajando directamente con jóvenes y prejóvenes que están implicados en el sistema judicial Brasileño. El módulo inicial de esta iniciativa de entrenamiento se compone de materiales que tratan la ética y los valores afines con la protección de niños y jóvenes.
Bajo los auspicios del Proceso Reino (Royaumont ) de la Unión Europea, la Comunidad Internacional Bahá’í ha emprendido una iniciativa de educación moral multi-año dirigido a la promoción de armonía ética y cohesión social en varios países del Sudeste Europeo. Con la adaptación del espectáculo del “Alegre Hipo” un programa de radio y televisión interactivo único, basado en el drama ideado para explorar temas ético y morales, la Comunidad Internacional Bahá’í ha dirigido seminarios de preparación para educadores, representantes de los medios de comunicación, periodistas y organizaciones no gubernamentales. El programa ha logrado bastante popularidad tanto entre oficiales gubernamentales como públicos facilitando ejemplos de cómo enfocar los problemas de vida cotidiana mediante hallazgo de soluciones positivas. El desarrollo de vías constructivas de superación de conflictos y prejuicios entre grupos ha estado un tema principal y constante de la iniciativa. El éxito de seminarios de preparación en Albania, Bosnia-Herzegovina, Bulgaria, Macedonia, Croacia, Hungría, Rumania y Eslovenia ha conducido a varios proyectos de seguimiento. Los programas de Televisión y Radio en Croacia y Bulgaria, así como plan de estudios de educación primaria en Rumania están usando las técnicas del programa espectáculo (show) para demostrar cómo la moralidad es esencial para la cuestión de estabilidad y prosperidad sociales.
Recientemente, El administrador y Representante especial del Secretario General de la ONU para Kosovo expresó su deseo de que un proyecto del Show de “Hipo Alegre” (Happy Hippo Show) comenzara en Kosovo. El formato del Happy Hippo se ha adaptado para su uso en educación en valores en Finlandia, Italia, Rusia, Suecia, Moldavia, Noruega y Malasia.
En colaboración con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el Foro Empresarial Bahá'í Europeo, recientemente ha emitido un documento de trabajo conjunto titulado ” Reestructurando la Empresa Socialmente Responsable.” El informe ha servido como base para varias sesiones de trabajo organizadas por la OIT y ha sido distribuido a gobiernos, asociaciones de empleados y organizaciones de trabajadores a través del mundo. Asimismo, el Foro Empresarial Bahá'í Europeo ha dirigido una serie de seminarios sobre la ética empresarial en Europa oriental y ha formado una sociedad conjunta con AIESEC, una de las mayores organizaciones de estudiantes empresariales del mundo.
Como paso práctico contribuyendo al dialogo acerca del desarrollo y transformación social que explícitamente toma en consideración los valores y las perspectivas espirituales, unas 100 organizaciones influyentes de desarrollo, agencias internacionales y gubernamentales, representaciones religiosas, y académicos recientemente se han reunido en Nueva Delhi para participar en un coloquio con el temario de Ciencia, Religión y Desarrollo. El objetivo principal del evento fue explorar cómo una interacción unificada entre métodos científicos y revelación religiosa puede promover la construcción de la capacidad humana, particularmente en áreas de gobernación, educación, tecnología y actividad económica. El evento fue organizado por la Comunidad Bahá'í de la India y el Instituto para Estudios de Prosperidad Global, una agencia de investigación de la Comunidad Internacional Bahá'í. A escala global, los Bahá'ís han estado involucrados en Dialogo de Religiones Mundiales para el Desarrollo, entre el Banco Mundial y las religiones principales.
Aunque se abstiene estrictamente de participar en política partidista, la comunidad Bahá'í busca contribuir al discurso publico acerca de lo que considera como temas fundamentales por principio. Durante los últimos años, por ejemplo, la comunidad Bahá'í, mediante sus 180 consejos de gobierno nacionales elegidos, ha procurado estimular a los gobiernos a lo largo del mundo para que adopten programas comprehensivos de educación sobre derechos humanos. En algunos casos, los consejos nacionales Bahá'ís han hecho recomendaciones especificas para la promoción de planes de estudios sobre derechos humanos en colegios, en otros, han intentado crear la concienciación en los responsables gubernamentales acerca del papel crucial de la educación en derechos humanos en el fomento de una cultura de justicia en sus sociedades. Una vez que dicha cultura comience a emerger, temas prácticos tales como el entrenamiento en la administración y el fortalecimiento de la justicia, la distribución equitativa de los recursos de la comunidad, y el alzamiento de personas y grupos históricamente excluidos de beneficios y oportunidades ofrecidas por la sociedad, podrán ser tratados de manera efectiva.
Finalmente, los Bahá'ís creen que la emergencia de un orden social pacifico y justo animado por los principios morales se supedita a una redefinición fundamental de todas las relaciones humanas- entre los mismos individuos, entre la sociedad humana y el mundo natural, entre los individuos y la comunidad, y entre los ciudadanos individuales y sus instituciones de gobierno. En particular, las nociones arcaicas de poder y autoridad necesitan remodelarse. Una reconceptualización básica de la realidad social debe visualizarse, una realidad que en espíritu y en práctica refleje el principio de la unidad de la humanidad. Aceptar que “El cuerpo de la humanidad es uno e indivisible” es el reconocimiento de que cada ser humano “nace en el mundo como encomienda a todos.” 3
Al Gobierno se refiere en los escritos Bahá'ís como una expresión de fideicomiso, como los administradores de una fiduciaria. Bahá'u'lláh habla de los gobernantes y administradores de la sociedad como los “fideicomisarios” de Dios. Él asimismo amonesta a los lideres que los vulnerables y los pobres “son mi encomienda entre vosotros.”4 El concepto de fideicomiso implica, de algún modo, un convenio entre quienes están en posesión de la autoridad y los miembros de la administración social que éstos están obligados a proteger y servir. Por consiguiente, la confiabilidad es una característica vital de la gobernación; es la fuente de la verdadera responsabilidad. Bahá'u'lláh describe la confiabilidad como “el más gran portal que conduce a la tranquilidad y seguridad de la gente,” y “ el supremo instrumento para la prosperidad del mundo.” 5 “Todos los dominios del poder,” Él asevera, “... están iluminados por su luz.” 6
Aunque la gobernación es a menudo igualada con el gobierno, de hecho implica mucho más. La gobernación ocurre a todos los niveles y abarca las maneras en las que los gobiernos, los grupos no gubernamentales, las organizaciones comunitarias y el sector privado manejan sus recursos y cometidos. Tres sistemas que determinan principalmente la eficacia de cualquier sistema de gobernación, son la cualidad de liderazgo, las características de los gobernados, y la naturaleza de las estructuras y los procesos empleados para ejercer autoridad y satisfacer necesidades humanas.
Al respecto, la comunidad Bahá'í ofrece su propio sistema administrativo como un modelo para ser analizado. Los Bahá'ís otorgan gran importancia a la toma de decisiones cooperativas y asignan la responsabilidad organizativa por temas comunitarios a consejos gobernantes libremente elegidos a nivel local, nacional e internacional. Esta jerarquía devuelve la toma de decisiones al nivel más bajo y práctico – así instruyendo un vehículo único para la participación a nivel del pueblo en la gobernación- mientras que al mismo tiempo provee con un nivel de coordinación y autoridad que hace posible la colaboración a escala global. Una característica única del proceso electoral Bahá'í es la máxima libertad de elección dada al electorado mediante la prohibición de nominaciones, candidaturas y petición de votos. La elección para los cuerpos administrativos Bahá'ís está basada no en la ambición personal sino más bien en la habilidad reconocida, experiencia madura, y el compromiso con el servicio. Debido a que el sistema administrativo Bahá'í no permite la imposición de la voluntad arbitraria o liderazgo de individuos, no puede usarse como un trampolín para acceder al poder. La autoridad para la toma de decisiones descansa en cuerpos corporativos. Todos los miembros de la comunidad Bahá'í, no importa qué posición ocupen temporalmente en la estructura administrativa, se espera que se miren a ellos mismos como involucrados en un proceso de aprendizaje, a medida que procuran comprender e implementar las leyes y los principios de su Fe. De modo significativo, en muchas partes del mundo, los primeros ejercicios en la actividad democrática han tenido lugar dentro de la comunidad Bahá'í.
La capacidad de cualquier institución para efectuar y manejar cambios, y para responder creativamente a los desafíos que se le presentan, supone el desarrollo de una serie de destrezas cruciales. Éstas incluyen la habilidad de mantener una percepción clara de la realidad social y las fuerzas que operan en ella; de valorar apropiadamente los recursos de la comunidad; de consultar libre y armoniosamente como si de un solo cuerpo se tratara con su distrito electoral; de comprender que cualquier decisión tiene tanto dimensión material como espiritual; de alcanzar decisiones de manera que preserve y promueva la unidad institucional; de ganar la confianza, el respeto y el apoyo de aquellos afectados por dichas decisiones; de usar de modo efectivo las energías y los diversos talentos de los miembros de la comunidad a la que sirven; de integrar la diversidad de las iniciativas individuales y colectivas en un movimiento vanguardista que beneficie a todos; de mantener los estandartes de equidad y justicia; y de implementar decisiones con tal apertura y flexibilidad que evite todo rastro del comportamiento dictatorial. Esta constelación de destrezas debe, obviamente, acercar los recursos intelectuales y morales.
En los escritos Bahá'ís, aquellos individuos que tienen la tarea del servicio en gobernación están exhortados a “ ocuparse de sus deberes con total desprendimiento, integridad e independencia del espíritu, y con completa consagración y santidad de propósito. "7 Su satisfacción personal no les viene de recompensas materiales sino de “ establecimiento de métodos que aseguren el progreso del pueblo, “ de la experimentación de “deleites por impartir justicia,” y bebiendo de “ los manantiales de una conciencia clara y una sincera intención."8 Finalmente, la “ alegría y la grandeza, el rango y la posición, el deleite y la paz” del servidor público no consiste en “ su riqueza personal, sino más bien en su carácter excelente, su elevada resolución, la amplitud de su saber, y su habilidad por resolver problemas difíciles."9
El desafío de la superación de la corrupción en la vida publica es multidimensional en su naturaleza. La adopción de procedimientos administrativos y salvaguardas legales, por más importantes que fuesen éstos, no conllevará cambios perdurables en el comportamiento individual ni institucional. Ya que la gobernación, en su esencia, es una práctica moral y espiritual cuya brújula se encuentra en el interior del ser humano. Por tanto, sólo a medida que las vidas interiores de los seres humanos se transformen, la visión de una “ genuina civilización del carácter “ se materializará .10
1. Bahá'u'lláh, Tablas de Bahá'u'lláh Reveladas después del Kitáb-i-Aqdas (Wilmette: Bahá'í Publishing Trust, 1978), p. 125.
2. Ibid., p. 70.3. La Prosperidad de la Humanidad, una declaración de la Comunidad Internacional Bahá'í, 1995.
4. Bahá'u'lláh, Pasajes de los Escritos de Bahá'u'lláh (Wilmette: Bahá'í Publishing Trust, 1983), p. 251.
5. Bahá'u'lláh, Tablas de Bahá'u'lláh, pp. 37-38.7. 'Abdu'l-Bahá, citado en la Honradez: Una Virtud Cardenal Bahá'í, Compilado por el Departamento de Investigación de la Casa Universal de Justicia, Enero 1987.
8. 'Abdu'l-Bahá, El Secreto de la Civilización Divina (Wilmette: Bahá'í Publishing Trust, 1970), p. 19, 21.
9. Ibid., pp. 23-24.