Announcing: BahaiPrayers.net


More Books by Libros Baha'is

Baha'u'llah y la Nueva Era JE Esslemont
Ciudadania Mundial CIB
El Nuevo Jardín
El Servicio Recopilacion para el año de servicio
El Trono del Espiritu Recopilacion
Fuego Arrasador - Las Artes Escenicas en los circulos de estudio
Hora Decisiva para todas las Naciones
La Naturalea y el Medio Ambiente
Las Artes en la Fe - Fe en las Artes
Luces de guía
Oraciones Baha'is
Free Interfaith Software

Web - Windows - iPhone








Libros Baha'is : Oraciones Baha'is
ORACIONES Bahá'ís
Selección de Oraciones Reveladas
por
Bahá'u'lláh, El Báb y 'Abdu'l-Bahá.

"Entona, oh mi siervo, los versos de Dios que tú has recibido, como fueron entonados por aquellos que se han acercado a Él, para que la dulzura de tu melodía pueda encender tu propia alma y atraer los corazones de todos los hombres. Quienquiera que recite en lo íntimo de su cámara los versos revelados por Dios, los ángeles diseminadores del Todopoderoso esparcirán por doquier la fragancia de las palabras pronunciadas por su boca y harán que palpite el corazón de todo hombre recto. Aunque al principio permanezca inconsciente de su efecto, sin embargo, la virtud de la gracia que se le concede debe necesariamente ejercer tarde o temprano influencia sobre su alma. Así han sido decretados los misterios de la Revelación de Dios en virtud de la voluntad de Aquel quien es la Fuente de poder y sabiduría".

Bahá'u'lláh
ÍNDICE
ORACIONES
Agradecimiento
Alabanza
Alegría y Paz
Amanecer
Amor a Dios
Asamblea Espiritual
Ayuda
Ayuno
Convenio
Creyentes
Curación
Desprendimiento
Días Intercalares
Difuntos
Enseñanza
Oraciones de las Tablas del Plan Divino
Firmeza
Humanidad
Iluminación
Mañana
Matrimonio
Mujer embarazada
Naw-Rúz
Niños
Noche
Obediencia
Oración Obligatoria Corta
Oración Obligatoria Mediana
Oración Obligatoria Larga
Oración por los Padres
Perdón
Protección
Proyectos
Pruebas y Dificultades
Reuniones
Tabla de Ahmad
Tabla del Fuego
Tabla de Visitación -I-
Tabla de Visitación -II-
Unidad
"Bendito es el sitio y la casa
y el lugar y la ciudad
y el corazón y la montaña
y el refugio y la cueva
y el valle y la tierra
y el mar y la isla y la pradera
donde se ha hecho mención de Dios
y se ha glorificado su alabanza".
Bahá'u'lláh
AGRADECIMIENTO

¡Mi Dios, mi adorado, mi rey, mi deseo! ¿Qué lengua puede expresar mis gracias a Ti? Yo era negligente, Tú me despertaste. Yo me había alejado de Ti, Tú me ayudaste bondadosamente a volver hacia Ti. Yo era como un muerto, Tú me vivificaste con el agua de vida. Yo estaba marchito, Tú me reanimaste con la corriente celestial de tu Palabra que ha fluido de la pluma del Todo Misericordioso.

¡Oh Divina Providencia! Toda la existencia es engendrada por tu munificencia; no la prives de las aguas de tu generosidad ni del océano de tu misericordia. Te imploro que me ayudes y me asistas en todo momento y en todas condiciones. Y anhelo tu antiguo favor del cielo de tu gracia.

Tú eres, en verdad, el Señor de bondad y el Soberano del reino de la eternidad.

Bahá'u'lláh

¡Glorificado seas Tú, oh Señor mi Dios! Te doy gracias por haberme permitido reconocer la Manifestación de tu Ser; por haberme separado de tus enemigos y exponer ante mis ojos sus maldades y perversas acciones en tus días; por haberme librado de todo apego a ellos y hacerme volver completamente hacia tu gracia y generosos favores. También te doy gracias por haberme enviado, desde las nubes de tu voluntad, aquello que me ha santificado de las insinuaciones de los infieles y de las sugerencias de los incrédulos, de tal modo que he fijado mi corazón firmemente en Ti y he huido de aquellos que han negado la luz de tu semblante. Te agradezco, además, el haberme capacitado para ser firme en tu amor, para conmemorar tu alabanza y ensalzar tus virtudes. Y te agradezco haberme dado a beber del cáliz de tu merced, que sobrepasa lo visible y lo invisible.

Tú eres el Todopoderoso, el Más Exaltado, el Todo Glorioso, el que todo lo ama.

Bahá'u'lláh

Cualquiera que te haya amado no puede sentirse apegado a sí mismo, excepto en aquello que sirva para promulgar tu Causa. Y cualquiera que te haya reconocido no puede ver a nadie sino a Ti, ni volverse hacia nadie salvo hacia Ti.

Haz posible, oh mi Dios, que descubran las cosas que Tú deseas para ellos en tu reino.

Limpia Tú sus corazones y sus ojos, oh mi Señor, para que puedan ver con sus ojos y comprender con sus corazones. Puedan ser atraídos por tus palabras hacia el manantial de tu inspiración y acercarse hacia la suave corriente de tu conocimiento.

Atestiguo que todo lo que no seas Tú no es más que tu propia creación y está contenido en el hueco de tu mano. El aceptar cualquier acción o alabanza de tus criaturas es sólo evidencia de las maravillas de tu gracia y de

tus bondadosos favores y una manifestación de tu generosidad y providencia.

Tus manifestaciones anteriores culminan en Aquél que Tú has designado como el Señor de todo lo que está en el cielo de la Revelación y en el Reino de la Creación.

Te ofrezco mi agradecimiento, oh mi Dios, por haberme permitido ser sacrificado en tu sendero y ser el blanco de los dardos de la aflicción, como señal de tu amor a tus siervos, y por haberme señalado como albergue de toda suerte de tribulaciones en pro de la regeneración de tu pueblo.

¡Qué dulce, a mi gusto, es el sabor de las penas enviadas por Ti y cuán amadas por mi corazón son las disposiciones de tu providencia!

¡Perezca el alma que huya de las amenazas de los reyes procurando salvarse en tus días!

¡Juro por tu gloria! Cualquiera que haya bebido de las aguas de tus favores es incapaz de sentir temor al afrontar las dificultades en tu camino, ni pueden las tribulaciones

impedirle recordarte o celebrar tus alabanzas.
Bahá'u'lláh
ALABANZA

¡Gloria sea a Ti, oh Dios! ¿Cómo puedo yo hacer mención de Ti cuando Tú estás por encima de la alabanza de toda la humanidad? ¡Magnificado sea tu Nombre, oh Dios! Tú eres el Rey, la Verdad Eterna. Tú conoces lo que está en los cielos y en la tierra y a Ti todos regresaremos. Tú has enviado tu Revelación divinamente ordenada, de acuerdo con una clara medida. ¡Alabado seas Tú, oh Señor! Según tu deseo, Tú haces victorioso a quienquiera Te place, mediante las huestes del cielo y de la tierra y de todo lo que existe entre ambos. Tú eres el Soberano, la Verdad Eterna, el Señor de poder invencible.

¡Glorificado seas Tú, oh Señor! Tú perdonas en todo momento los pecados de aquellos de tus siervos que imploran tu perdón. Elimina mis pecados y los pecados de aquellos que anhelan tu perdón al amanecer, quienes Te oran durante el día y la noche, quienes no tienen otro deseo salvo Dios, quienes ofrecen todo lo que Dios generosamente les ha otorgado, quienes celebran tu alabanza a la salida del sol y al atardecer y quienes no olvidan sus deberes.

Báb

¡Gloria sea a Ti, oh Señor! Tú eres el Dios que ha existido antes de todas las cosas, quien existirá después de todas las cosas y perdurará más allá de todas las cosas. Tú eres el Dios que conoce todas las cosas y es superior a todas las cosas. Tú eres el Dios que trata con misericordia a todas las cosas, quien juzga entre todas las cosas y cuya visión abarca a todas las cosas. Tú eres Dios mi Señor, Tú eres consciente de mi posición, Tú eres testigo de mi ser interior y exterior.

Concédeme tu perdón, así como a todos los creyentes que respondieron a Tu Llamamiento. Sé Tú quien me apoye suficientemente ante las maldades de quienquiera desee inflingir sobre mí algún castigo o me desee algún mal. Verdaderamente Tú eres el Señor de todas las cosas creadas. Tú satisfaces a todos, mientras que nadie puede considerarse autosuficiente sin Ti.

Báb

Toda alabanza sea para Ti, oh mi Dios, quien eres la fuente de toda gloria y majestad, de grandeza y honor, de soberanía y dominio, de sublimidad y gracia, de asombro y fuerza. De acuerdo con tu voluntad, Tú haces acercarse al Océano Más Grande a quien Tú deseas y le confieres el honor de reconocer tu Muy Antiguo Nombre. De todos los que están en el cielo y en la tierra, nadie puede resistir la tentación de tu soberana voluntad. Desde toda la eternidad Tú registe la creación entera y continuarás siempre ejerciendo tu dominio sobre todo lo creado. No hay otro Dios más que Tú, el Omnipotente, el Exaltadísimo, el Todopoderoso, el Sapientísimo.

Ilumina, oh Señor, los rostros de tus siervos para que puedan verte; purifica sus corazones para que puedan volverse hacia la corte de tus divinos favores y reconocer a Aquel que es la Manifestación de tu Ser y la Aurora de tu Esencia. Verdaderamente Tú eres el Señor de todos los mundos. No hay Dios sino Tú, el Libre, el que todo lo domina.

Bahá'u'lláh

¡Gloria sea a Ti, oh mi Dios! ¡Que la fuerza de tu poder atestigüe en mí! Yo no puedo tener ninguna duda de que si cesara de respirar el santo hálito de tu amor y la generosa brisa de tu favor sobre todas las cosas creadas, en un abrir y cerrar de ojos la creación entera se acabaría y todo lo que hay en el cielo y en la tierra se reduciría a la nada absoluta. Glorificadas sean entonces las maravillosas pruebas de tu trascendental poder. Gloriosa sea la potencia de tu poder exaltado. Glorificada sea la majestad de tu grandeza que todo lo abarca y la influencia vital de tu voluntad.

Bahá'u'lláh

Dios atestigua la unidad de su divinidad y la singularidad de su propio Ser. Sobre el trono de la eternidad, desde las alturas inaccesibles de su posición, su lengua proclama que no hay otro Dios sino Él. Él mismo, independiente de todo, ha sido testigo siempre de su propia unicidad; revelador de su propia naturaleza; glorificador de su propia esencia. Él es en verdad el Todopoderoso, el Omnipotente, el Bellísimo.

Soberano sobre sus siervos, reina por encima de sus criaturas. En su mano está el origen de la autoridad y de la verdad. Él, con sus signos, da vida a los hombres; con su ira, les hace morir. Sobre sus hechos no ha de ser inquirido. Él es el Potente, el que todo lo subyuga. En su puño está el dominio de todo y en su mano derecha está el reino de su Revelación. Su poder en verdad abarca la creación entera. Suyas son la victoria y la soberanía; suyos toda fuerza y dominio; toda gloria y grandeza. Él es, de hecho, el Todo Glorioso, el Poderosísimo, el Incondicionado.

Bahá'u'lláh

Damos testimonio, oh mi Dios, de que Tú eres Dios y de que no hay otro Dios más que Tú. Desde toda la eternidad Tú existes sin que nadie pueda igualarte ni rivalizar contigo y siempre serás Tú lo mismo. Yo te suplico, por los ojos que te contemplan sentado sobre el trono de la unidad y en el asiento de la singularidad, que socorras por la mediación del Nombre Más Grande a todos los que te aman y los eleves tan alto que puedan por sí mismos y por sus propias lenguas testimoniar que Tú eres el Solo Dios, el Incomparable, el õnico, el Eterno.

Nunca has tenido semejante ni igual. Tú en verdad eres el Glorioso, el Todopoderoso, Aquel cuya ayuda todos los hombres imploran.

Bahá'u'lláh

Tú eres Aquel, ¡oh mi Dios!, por cuyo Nombre se curan los enfermos, se restablecen los desvalidos y los sedientos reciben bebida; los angustiados, tranquilidad; los extraviados, guía; los humillados, exaltación; los pobres, riqueza; los ignorantes, luz; los melancólicos, iluminación; los tristes, alegría; los fríos reciben calor y los oprimidos son liberados. Por tu Nombre, oh Dios, se movieron todas las cosas creadas y se extendieron los cielos, la tierra fue restablecida y las nubes fueron hechas para traer lluvia a la tierra. Esto es en verdad una prueba de tu gracia para con todas tus criaturas.

Bahá'u'lláh

¡Magnificado sea tu Nombre, oh Señor mi Dios! Tú eres Aquel a quien todo adora y no adora a nadie; quien es el Señor de todo y no es vasallo de nadie; quien todo lo conoce y no es conocido de nadie. Tú quisiste que los hombres te conocieran; por lo tanto, mediante una palabra de tu boca hiciste la creación y modelaste el universo. No hay Dios sino Tú, el Modelador, el Creador, el Todopoderoso, el Omnipotente.

Te imploro, por esta misma palabra que ha brillado sobre el horizonte de tu voluntad, que me permitas beber abundantemente de las aguas de vida con las que Tú has vivificado los corazones de tus elegidos y has hecho revivir las almas de aquellos que te aman, para que pueda, en todo momento y en toda condición, volver mi rostro completamente hacia Ti.

Tú eres el Dios de poder, de gloria y de munificencia. No hay Dios sino Tú, el Gobernante Supremo, el Todo Glorioso, el Omnisciente.

Bahá'u'lláh

¡Oh mi Dios, Dios de munificencia y misericordia! Tú eres aquel Rey cuya palabra imperativa ha hecho surgir toda la creación; Tú eres aquel Ser Todo Generoso a quien las acciones de sus siervos nunca han impedido demostrar su gracia ni han frustrado las revelaciones de su munificencia.

Te suplico que permitas a este siervo alcanzar lo que es la causa de su salvación en cada mundo de tus mundos. Tú eres verdade

ramente el Todopoderoso, el Omnipotente, el Sapientísimo.

Bahá'u'lláh

¡Alabado sea tu Nombre, oh mi Dios y el Dios de todas las cosas, mi gloria y la Gloria de todas las cosas, mi deseo y el Deseo de todas las cosas, mi fuerza y la Fuerza de todas las cosas, mi rey y el Rey de todas las cosas, mi objetivo y el Objetivo de todas las cosas, quien me mueve y mueve todas las cosas! No permitas, te lo imploro, que me aparte del océano de tus tiernas mercedes, ni que permanezca alejado de las orillas de tu cercanía.

Nada fuera de Ti, oh mi Señor, me es provechoso, ni me beneficia la proximidad de otro ser que no seas Tú. Te ruego, por tus abundantes riquezas que te permiten prescindir de todo excepto de Ti mismo, que me cuentes entre aquellos que han vuelto su rostro hacia Ti y se han levantado para servirte.

Perdona entonces, oh mi Señor, a tus siervos y a tus siervas. Tú eres en verdad el que siempre perdona, el Más Compasivo.

Bahá'u'lláh

Di: Gloria sea a Ti, quien has hecho que todos los seres santos confiesen su incapacidad ante las múltiples revelaciones de tu poder y que cada profeta reconozca su insignificancia ante la efulgencia de tu perdurable gloria. Te imploro por tu Nombre, que ha abierto las puertas del cielo y llenado de éxtasis al Concurso de lo Alto, que me capacites para que te sirva en este día y me fortalezcas para que observe lo que Tú prescribiste en tu Libro. Tú sabes, oh mi Señor, lo que hay en mí, pero yo no sé lo que hay en Ti. Tú eres el Omnisciente, el Informado de todo.

Bahá'u'lláh

Las más elevadas facultades con que han sido dotados los sabios, todas las verdades que éstos hayan descubierto en su búsqueda de la ciencia; las más brillantes realidades que ellos -en su empeño por llegar al fondo de los misterios de tu saber- hayan descubierto, todas han sido creadas por la fuerza del Espíritu, imbuido en la pluma que tus manos han forjado.

¿Cómo es posible, pues, que lo ideado por tu Pluma sea capaz de comprender aquellos tesoros de tu Fe con que, según tu decreto, tal Pluma ha sido investida?

¿Cómo la Pluma puede conocer los Dedos que la manejan y tus misericordiosos favores con los que están dotados?

¿Cómo puede percibir plenamente la existencia de tu Mano que controla los Dedos de tu Potencia, estando ella sin capacidad para lograr este objetivo?

¿Cómo puede ella lograr la comprensión de la naturaleza de tu Voluntad que anima el movimiento de tu Mano?

¡Glorificado seas, oh mi Dios!

¿Cómo puedo yo, entonces, ascender hasta el cielo de tu más sagrada Voluntad o conseguir entrar en el tabernáculo de tu divina Ciencia, sabiendo, como sé, que las mentes de los sabios y de los entendidos son impotentes en sus empeños por descubrir los secretos de tus obras; artesanía que en sí misma es una mera creación de tu Voluntad?

¡Alabanza hacia Ti, oh Señor mi Dios, mi Maestro!...

Bahá'u'lláh

¡En el nombre de Dios, el Altísimo! ¡Alabado y glorificado seas Tú, Señor Dios Omnipotente! Tú, ante cuya sabiduría el sabio se incapacita y fracasa; ante cuyo conocimiento el erudito confiesa su ignorancia; ante cuyo poder el fuerte se debilita; ante cuya riqueza el rico atestigua su pobreza; ante cuya luz el iluminado está perdido en la oscuridad, hacia el altar de cuyo conocimiento se vuelve la esencia de todo entendimiento y alrededor del santuario de cuya presencia circulan las almas de toda la humanidad.

¿Cómo puedo entonces cantar y dar a conocer tu Esencia, que la sabiduría del sabio y el conocimiento de los eruditos no han comprendido, puesto que ningún hombre puede cantar aquello que no comprende, ni referir lo que no puede alcanzar, mientras que Tú has sido desde siempre el Inaccesible, el Inescrutable? Siendo impotente para ascender a los cielos de tu gloria y volar por los reinos de tu conocimiento, no puedo sino referir tus pruebas, que hablan de tu gloriosa obra.

¡Por tu gloria, oh Amado de todos los corazones! Tú, el único que puede aquietar las angustias e inquietudes por Ti. Aunque todos los habitantes del cielo y de la tierra se unieran para glorificar el menor de tus signos, en los cuales y por los cuales te has revelado a Ti mismo, ellos no podrían hacerlo, cuánto menos aún alabar tu Sagrada Palabra, creadora de todos tus signos.

Toda alabanza y gloria sean para Ti, acerca de quien todas las cosas han atestiguado que Tú eres Uno y no hay Dios sino Tú, que desde siempre has sido exaltado sobre todo igual o semejante y eternamente permanecerás el mismo. Todos los reyes no son sino tus siervos y nada son ante Ti todos los seres, visibles e invisibles. No hay Dios

sino Tú, el Dispensador de Gracia, el Poderoso, el Altísimo.

Bahá'u'lláh

¡Oh Dios, mi Dios! La alabanza sea para Ti, pues has encendido el fuego del divino amor en el Sagrado Órbol que está en la cima del más encumbrado monte: ese Órbol que "no es del este ni del oeste", ese fuego que ardió hasta que su llama se remontó hacia el Concurso de lo Alto y de ella esas realidades recibieron la luz de guía y clamaron: "Verdaderamente hemos percibido un fuego en la ladera del Monte Sinaí".

¡Oh Dios, mi Dios! Acrecienta este fuego, con cada día que pasa, hasta que su calor ponga en movimiento toda la tierra. ¡Oh Tú, mi Señor! Enciende la luz de tu amor en cada corazón, inspira en las almas de los hombres el espíritu de tu conocimiento, alegra sus pechos con los versículos de tu unicidad. Resucita a aquellos que moran en sus tumbas, amonesta a los orgullosos, haz que la felicidad abarque al mundo entero, haz descender tus aguas cristalinas y haz circular en la asamblea de los esplendores manifiestos aquella copa que es "templada en la fuente del alcanfor".

Verdaderamente Tú eres el Dador, el Perdonador, el Siempre Conferidor. Verdaderamente Tú eres el Misericordioso, el Compasivo.

'Abdu'l-Bahá
ALEGRÍA Y PAZ

Crea en mí un corazón puro, oh mi Dios, y renueva una conciencia tranquila dentro de mí, oh mi esperanza. Por medio del espíritu del poder, confírmame en tu Causa, oh mi Bienamado, y por la luz de tu gloria revélame tu sendero, oh Tú, el objeto de mi deseo. Mediante la fuerza de tu transcendente poder elévame hacia el cielo de tu santidad, oh fuente de mi ser, y por las brisas de tu eternidad alégrame, oh tú que eres mi Dios.

Haz que tus eternas melodías me inspiren tranquilidad, oh mi compañero, y que las riquezas de tu antiguo semblante me libren de todo excepto de Ti, oh mi Maestro, y que las nuevas de la revelación de tu incorruptible Esencia me traigan alegría, oh Tú quien eres lo más manifiesto de lo manifiesto y lo más oculto de lo oculto.

Bahá'u'lláh

¡Oh Dios! Refresca y alegra mi espíritu. Purifica mi corazón. Ilumina mis poderes. Dejo todos mis asuntos en tus manos. Tú eres mi guía y mi refugio. Ya no estaré triste ni afligido; seré un ser feliz y alegre. ¡Oh Dios! Ya no estaré lleno de ansiedad, ni dejaré que las aflicciones me fatiguen, ni que me absorban las cosas desagradables de la vida.

¡Oh Dios! Tú eres más amigo mío que yo lo soy de mí mismo. A Ti me consagro, oh Señor.

'Abdu'l-Bahá

No retires, oh Señor, la mesa festiva que ha sido puesta en tu Nombre y no apagues la llama ardiente que ha sido encendida por tu inextinguible fuego. No detengas el flujo de tu agua viviente que susurra con la melodía de tu gloria y tu recuerdo. Y no prives a tus siervos de la fragancia de tus dulces aromas, exhalada por el perfume de tu amor.

¡Señor! Convierte las penosas inquietudes de tus seres santos en tranquilidad; sus fatigas en sosiego; su humillación en gloria; su tristeza en dichosa alegría. ¡Oh Tú que mantienes en tu mano las riendas de toda la humanidad!

Tú eres verdaderamente el Uno, el õnico, el Fuerte, el Omnisciente, el Sapientísimo.

'Abdu'l-Bahá

¡Oh Tú, buen Dios! Tú eres para mí más amable que yo mismo y tu amor es más abundante y antiguo. Siempre que me acuerdo de tus dones, me siento feliz y con esperanzas. Si he estado agitado, consigo paz y tranquilidad de alma y corazón. Si soy desleal, me vuelvo leal. Si he estado sin esperanza, vuelvo a sentirla.

¡Oh Tú, Señor del Reino! Haz que mi corazón se regocije, dale fuerzas a mi espíritu débil y fortalece mis nervios desgarrados. Ilumina mis ojos, permite que mis oídos oigan, para que pueda escuchar la música del reino y obtener la alegría y la felicidad eterna. En verdad Tú eres el Generoso, el que todo lo da y el Amable.

'Abdu'l-Bahá
AMANECER

¡Oh mi Dios y mi Maestro! Soy tu siervo y el hijo de tu siervo. Me he levantado de mi lecho en este amanecer en que el sol de tu unicidad ha brillado desde la aurora de tu voluntad y ha derramado su resplandor sobre todo el mundo de acuerdo con lo que ha sido ordenado en los libros de tus leyes.

Alabado seas Tú, oh mi Señor, por habernos despertado a los resplandores de la luz de tu sabiduría. Envíanos pues, oh mi Señor, lo que nos capacite para prescindir de todos excepto de Ti y nos libre de todo apego a alguien que no seas Tú. Además, decreta para mí, para quienes me son queridos y para mis parientes, hombres y mujeres, el bien de este mundo y el venidero. Resguárdanos entonces, mediante tu infalible protección, oh Tú el Bienamado de la creación entera y el Deseo de todo el universo, de aquellos a quienes has hecho manifestaciones del malvado, que susurran en el pecho de los hombres. Potente eres Tú para hacer lo que te place. Tú eres verdaderamente el Omnipotente, el que ayuda en el peligro, el que subsiste por Sí mismo.

Bendice, oh Señor mi Dios, a Aquel que has establecido sobre tus más excelentes títulos y mediante el cual Tú has separado a los justos de los perversos. Ayúdanos con tu gracia a realizar aquello que Tú amas y deseas. Bendice además, oh mi Dios, a quienes son tus Palabras y tus Letras y a quienes han dirigido sus rostros hacia Ti, se han vuelto hacia tu semblante y han escuchado tu llamamiento.

Tú eres en verdad el Señor y Rey de todos los hombres y eres poderoso sobre todas las cosas.

Bahá'u'lláh
AMOR A DIOS

¡Oh mi Señor! Haz de tu belleza mi alimento y de tu presencia mi bebida; de tu agrado mi esperanza y de tu alabanza mi acción; de tu recuerdo mi compañero y del poder de tu soberanía mi socorro; de tu morada mi hogar y de mi vivienda la sede que Tú has santificado de las limitaciones impuestas a quienes están separados de Ti como por un velo.

Tú eres verdaderamente el Todopoderoso, el Todo Glorioso, el Omnipotente.

Bahá'u'lláh

Glorificado seas Tú, oh Señor mi Dios. Haz caer, te lo suplico, desde las nubes de tu superabundante gracia, la lluvia que purifique los corazones de tus servidores de todo aquello que pueda impedirles contemplar tu faz o volverse hacia Ti, para que puedan reconocer a Aquel que es Hacedor y Creador. Ayúdales, oh Dios, en sus esfuerzos para alcanzar, por la fuerza de tu soberana potencia, una condición que les permita distinguir fácilmente entre los malos olores y los deliciosos perfumes del vestido de Aquel que es el depositario de tu más celebrado y exaltado Nombre; para que puedan dirigir hacia Ti todos sus afectos y puedan celebrar contigo una comunión tan íntima que, si les fuera ofrecido todo lo que hay en el cielo y en la tierra, lo tendrían por indigno de su atención y rehusarían cesar de acordarse de Ti y de exaltar tus virtudes.

Bahá'u'lláh

De las perfumadas corrientes de tu eternidad dame de beber, oh mi Dios, y de los frutos del árbol de tu Ser permíteme gustar, oh mi esperanza. De los manantiales cristalinos de tu amor déjame tomar, oh mi gloria, y bajo la sombra de tu eterna providencia permíteme habitar, oh mi luz. Dentro de las praderas de tu proximidad, ante tu presencia, haz posible que pueda vagar, oh mi amado, y a la diestra del trono de tu merced hazme sentar, oh mi deseo. De las fragantes brisas de tu alegría deja que un soplo llegue hasta mí, oh mi objetivo, y en las alturas del paraíso de tu realidad permíteme entrar, oh mi adorado. Las melodías de la paloma de tu unidad permíteme escuchar, oh Tú el Resplandeciente, y mediante el espíritu de tu fuerza y tu poder vivifícame, oh mi proveedor. En el espíritu de tu amor mantenme firme, oh mi auxiliador, y en el sendero de tu complacencia afirma mis pasos, oh mi hacedor. Dentro del jardín de tu inmortalidad, ante tu semblante, permíteme eternamente habitar, oh Tú que eres misericordioso conmigo, y sobre la sede de tu gloria establéceme, oh Tú que eres mi poseedor. Hacia el cielo de tu cariñosa bondad elévame, oh mi vivificador, y hacia el sol de tu guía condúceme, oh Tú mi atraedor. Ante las revelaciones de tu invisible espíritu llámame a estar presente, Tú que eres mi origen y mi elevadísimo deseo, y hacia la esencia de la fragancia de tu belleza que Tú has de manifestar hazme volver, oh Tú que eres mi Dios.

Potente eres Tú para hacer lo que te place. Tú eres en verdad el Más Exaltado, el Todo Glorioso, el Altísimo.

Bahá'u'lláh

¡Oh mi Bienamado, deseo de mi corazón! Protege, te lo ruego, al siervo que ha buscado tu rostro, de los dardos de aquellos que han renegado de Ti y de las flechas de aquellos que han repudiado tu verdad.

Haz por consiguiente que te desee, que te sea totalmente devoto, que proclame tu Nombre y que dirija sus miradas hacia el santuario de tu Revelación.

Tú eres en verdad Aquel que jamás ha rechazado del umbral de su misericordia a los que habían puesto en Ti su esperanza, ni impedido a los que te han buscado llegar a la corte de tu gracia. No hay otro Dios más que Tú, el Todopoderoso, el Altísimo, el que ayuda en el peligro, el Todo Glorioso.

Bahá'u'lláh

Te suplico, oh mi Señor, por tu memoria, mediante la cual todas las cosas han tomado vida y todos los rostros se tornaron radiantes que no frustres las ilusiones que abrigo hacia las cosas que Tú posees.

Haz posible, por tu Misericordia, que me cobije bajo la sombra que protege todas las cosas.

¡Oh mi Señor! Sé Tú mi único deseo, mi finalidad, mi única esperanza, mi objetivo constante, mi morada y mi santuario.

Haz que el objetivo de mi ardiente búsqueda sea tu más resplandeciente, adorable y siempre bendita hermosura.

Te imploro, oh mi Dios, por cualquier cosa que sea tuya que mandes con la diestra de tu poder aquello que exalte a tus amados y confunda a tus enemigos.

No existe otro Dios más que Tú. Tú eres mi único amado en este mundo y en el mundo venidero. Tú eres el único deseado por todos los que te han reconocido.

¡Alabado sea Dios, Señor de los mundos!
Bahá'u'lláh

Permíteme, oh mi Dios, acercarme a Ti y habitar dentro de los recintos de tu corte, porque el alejamiento de Ti casi me ha consumido. Haz que pueda reposar bajo la sombra de las alas de tu gracia, porque la llama de mi separación de Ti ha fundido mi corazón dentro de mí. Acércame al río que es en verdad la vida, porque mi alma se consume de sed en su incesante búsqueda de Ti. Mis suspiros, oh mi Dios, proclaman la amargura de mi angustia y las lágrimas que derramo atestiguan mi amor a Ti.

Te imploro, por la alabanza con que te alabas a Ti mismo y la gloria con que glorificas tu propia Esencia, que nos permitas ser contados entre aquellos que te han reconocido y han confesado tu soberanía en tus días. Ayúdanos entonces, oh mi Dios, a beber de los dedos de la misericordia las aguas vivientes de tu amorosa bondad, para que podamos olvidar todo excepto a Ti y ocuparnos solamente de Ti. Poderoso eres para hacer lo que Tú quieres. No hay Dios sino Tú, el Poderoso, el que ayuda en el peligro, el que subsiste por Sí mismo.

¡Glorificado sea tu Nombre, oh Tú que eres el Rey de Reyes!

Bahá'u'lláh

¡Oh mi Dios, oh mi Dios! Este tu siervo ha avanzado hacia Ti, vaga apasionado por el desierto de tu amor, camina por el sendero de tu servicio, esperando tus favores, esperanzado en tu munificencia, confiando en tu reino y regocijándose con el vino de tu dádiva. ¡Oh mi Dios! Aumenta el fervor de su cariño hacia Ti, la constancia en su alabanza de Ti y el ardor de su amor a Ti.

Verdaderamente Tú eres el más Generoso, el Señor de munífica gracia.

'Abdu'l-Bahá

¡Oh mi Dios! ¡Oh mi Dios! Soy un siervo que, atraído hacia Ti, se acerca humildemente a la puerta de tu unidad, suplicándote me dejes entrar en el reino de tu merced.

¡Oh mi Dios! Permíteme que esté completamente entregado a Ti, ocupado solamente en pensar en Ti, prendido por las llamas de tu amor y separado de todo cuanto no se refiera a Ti, para que pueda trabajar en tu Causa, difundir tu sabiduría, transmitir tu conocimiento, compartiendo con los demás la dicha de saber de Ti.

¡Oh Dios mío! Soy una llama encendida por las manos de tu poder. Permite que esa llama no se extinga por los vientos de las pruebas. Haz que mi amor por Ti aumente, así como mi fervor hacia la hermosura de tu unidad. Aviva el fuego que arde en mí, en el Sinaí de tu unidad, y mediante tu bondad y tu gracia despierta la vida eterna que está en mí latente.

Tú eres el Protector, el que vigila, el Bendito y el Misericordioso.

'Abdu'l-Bahá

¡Oh mi Señor! ¡Oh mi Señor! Ésta es una lámpara encendida con el fuego de tu amor, que arde con la llama que está encendida en el árbol de tu misericordia. ¡Oh mi Señor! Aviva su luz, calor y llama con el fuego que arde en el Sinaí de tu Manifestación.

Verdaderamente Tú eres el que confirma, el que ayuda, el Poderoso, el Generoso, el que ama.

'Abdu'l-Bahá
ASAMBLEA ESPIRITUAL

Cuando entréis en la sala de reunión recitad esta oración con el corazón palpitante de amor a Dios y la lengua purificada de todo lo que no sea su recuerdo, para que el Todopoderoso os ayude bondadosamente a lograr la victoria suprema.

¡Oh Dios, mi Dios! Somos siervos tuyos que nos hemos vuelto con devoción hacia tu sagrado rostro, habiéndonos apartado de todo menos de Ti en este glorioso Día. Henos aquí, reunidos en esta asamblea espiritual, unidos en nuestras miras y pensamientos, con nuestros propósitos armonizados para exaltar tu Palabra entre la humanidad.

¡Oh Señor, nuestro Dios! Haz de nosotros los signos de tu guía divina, estandartes de tu exaltada Fe entre los hombres, siervos de tu poderoso Convenio, oh Tú, nuestro altísimo Señor, manifestaciones de tu divina unidad en tu reino de Abhá y estrellas resplandecientes que brillan sobre todas las regiones.

¡Señor! Ayúdanos a ser como los mares que se levantan por el oleaje de tu maravillosa gracia; como corrientes que fluyen desde tus alturas todo gloriosas; como hermosos frutos en el árbol de tu divina Causa; como árboles que se mecen en tu viña celestial por las brisas de tu munificencia.

¡Oh Dios! Haz que nuestras almas dependan de los versos de tu divina unidad, que nuestros corazones se regocijen por las efusiones de tu gracia, que nos unamos como las olas de un solo mar y lleguemos a fundirnos como los rayos de tu luz refulgente; para que nuestros pensamientos, nuestras miras y nuestros sentimientos se conviertan en una sola realidad, manifestando el espíritu de unión por todo el mundo.

Tú eres el Munífico, el Generoso, el Obsequioso, el Todopoderoso, el Misericordioso, el Compasivo.

'Abdu'l-Bahá

¡Oh Tú Dios misericordioso! ¡Oh Tú que eres fuerte y poderoso! ¡Oh tú bondadosísimo Padre! Estos siervos se han reunido volviéndose hacia Ti, implorando ante tu umbral, deseando los dones infinitos procedentes de tu gran seguridad. Ellos no tienen otro propósito sino tu agrado. No tienen otra intención sino servir al mundo de la humanidad.

¡Oh Dios! Haz radiante a esta asamblea. Haz misericordiosos los corazones. Confiéreles los dones del Espíritu Santo. Dótalos con un poder del cielo. Bendícelos con entendimiento celestial. Aumenta su sinceridad, para que con toda humildad y contrición puedan volverse hacia tu reino y ocuparse en servir al mundo de la humanidad. Que cada uno llegue a ser una lámpara radiante. Que cada uno adquiera hermoso color y exhale fragancia en el reino de Dios.

¡Oh bondadoso Padre! Confiérenos tus bendiciones. No consideres nuestras faltas. Cobíjanos bajo tu protección. No recuerdes nuestros pecados. Cúranos con tu misericordia. Somos débiles; Tú eres poderoso. Somos pobres; Tú eres rico. Estamos enfermos; Tú eres el que cura. Estamos necesitados; Tú eres muy generoso.

¡Oh Dios! Concédenos tu providencia. Tú eres el Poderoso. Tú eres el Donador. Tú eres el Benéfico.

'Abdu'l-Bahá

Oración para ser recitada al terminar la reunión de la asamblea espiritual.

¡Oh Dios! ¡Oh Dios! Desde el invisible reino de tu unidad Tú nos ves reunidos en esta asamblea espiritual, creyendo en Ti, confiando en tus signos, firmes en tu Convenio y Testamento, atraídos hacia Ti, encendidos con el fuego de tu amor y sinceros en tu Causa. Somos siervos en tu viña, esparcidores de tu religión, adoradores de tu semblante, humildes ante tus bienamados, sumisos ante tu puerta e implorándote que nos confirmes en el servicio de tus elegidos, nos sostengas con tus huestes invisibles, nos fortalezcas en tu servidumbre y nos hagas sier

vos sumisos y adoradores, en comunión contigo.

¡Oh Señor nuestro! Somos débiles y Tú eres el Fuerte, el Poderoso. Somos mortales y Tú eres el Gran Espíritu Vivificador. Estamos necesitados y Tú eres el Sustentador, el Poderoso.

¡Oh Señor nuestro! Vuelve nuestros rostros hacia tu rostro misericordioso; aliméntanos, por tu divina gracia, de tu mesa celestial; ayúdanos con las huestes de tus ángeles supremos y confírmanos mediante los seres santos del Reino de Abhá.

Verdaderamente Tú eres el Generoso, el Misericordioso. Tú eres el Poseedor de gran munificencia y en verdad Tú eres el Clemente y el Bondadoso.

'Abdu'l-Bahá
AYUDA

Yo te imploro por el esplendor de la luz de tu gloriosa faz, la majestad de tu antigua grandeza y el poder de tu trascendente soberanía, que ordenes para nosotros, en este momento, todo lo que es bueno y deseable y destines para nosotros cada porción de las efusiones de tu gracia. Pues tus dádivas no Te causan pérdida alguna, ni disminuyen tu riqueza los favores que nos otorgas.

¡Glorificado seas Tú, oh Señor! En verdad yo soy pobre, mientras que Tú eres rico. Verdaderamente yo soy débil, mientras que Tú eres el poderoso. En verdad yo soy impotente y Tú eres el potente. En verdad yo estoy humillado y Tú eres el más exaltado. En verdad yo me encuentro apenado, mientras que Tú eres el Señor de poder.

Báb

¡Oh Tú, cuyo rostro es el objeto de mi adoración, cuya belleza es mi santuario, cuya morada es mi objetivo, cuya alabanza es mi esperanza, cuya providencia es mi compañera, cuyo amor es la causa de mi existencia, cuya mención es mi consuelo, cuya proximidad es mi deseo, cuya presencia es mi más caro anhelo y elevadísima aspiración!, te suplico que no me niegues aquello que Tú ordenaste para los elegidos entre tus siervos. Provéeme, entonces, con el bien de este mundo y el venidero.

Tú verdaderamente eres el Rey de todos los hombres. No hay Dios sino Tú, el que siempre perdona, el Más Generoso.

Bahá'u'lláh
¡Alabado sea tu Nombre, oh Señor mi Dios!

Soy tu siervo que se ha asido al cordón de tu tierna misericordia y aferrado al borde de tu benevolencia. Te suplico por tu Nombre, mediante el cual Tú has sometido a todas las cosas creadas, visibles e invisibles, y por el cual se ha difundido en toda la creación el hálito que es verdadera vida, que me fortalezcas con tu poder, que envuelve los cielos y la tierra, y me libres de toda enfermedad y tribulación. Atestiguo que tú eres el Señor de todos los nombres y ordenas todo lo que te place. No hay otro Dios sino Tú, el Todopoderoso, el Omnisciente, el Sapientísimo.

Ordena para mí, oh mi Señor, lo que me beneficie en cada mundo de tus mundos. Provéeme, pues, con lo que Tú has destinado para los elegidos entre tus criaturas, a quienes ni la censura del crítico, ni el clamor del infiel, ni el distanciamiento de aquellos que se han alejado de Ti les ha impedido volverse hacia Ti.

Tú verdaderamente eres el que ayuda en el peligro mediante el poder de tu soberanía. No hay Dios sino Tú, el Todopoderoso, el Omnipotente.

Bahá'u'lláh

¡Él es el Dios que escucha y contesta las oraciones!

¡Por tu gloria, oh Bienamado! ¡Tú que das luz al mundo! Las llamas de la separación me han consumido y mi perversidad ha fundido mi corazón dentro de mí. Yo te pido por tu Nombre Más Grande, oh Tú el Deseo del mundo y el Bienamado de la humanidad, permitas que la brisa de tu inspiración mantenga mi alma; que tu voz maravillosa alcance mi oído; que mis ojos contemplen tus signos y tu luz, revelados en las manifestaciones de tus nombres y atributos, oh Tú, en cuyas manos están todas las cosas.

Tú ves, oh Señor mi Dios, las lágrimas que tus favorecidos han derramado por su separación de Ti y los temores de aquellos que están dedicados a Ti en su lejanía de tu Sagrada Corte. ¡Por tu poder que rige todas las cosas visibles e invisibles! Incumbe a tus amados derramar lágrimas de sangre por lo que aconteció a los fieles en manos de los malvados y opresores de la tierra. Tú ves, oh mi Dios, cómo los impíos han cercado tus ciudades y tus dominios. Te pido, por tus Mensajeros y por tus elegidos y por Aquel por cuyo medio el estandarte de tu divina unidad ha sido implantado entre tus siervos, que los protejas con tu munificencia. Tú eres verdaderamente el Bondadoso, el Más Generoso.

Te pido además, por las dulces lluvias de tu gracia y las olas del océano de tu favor, que ordenes para tus santos aquello que dé solaz a sus ojos y consuelo a sus corazones. ¡Señor! Tú ves al que se arrodilla anhelando levantarse para servirte; al muerto pidiendo vida eterna del océano de tu favor y añorando remontarse hacia los cielos de tu riqueza; al forastero anhelando su hogar de gloria bajo el dosel de tu gracia; al buscador apresurándose por tu merced hacia la puerta de tu munificencia; al pecador volviéndose hacia el océano de clemencia y perdón.

Por tu soberanía, oh Tú que eres glorificado en los corazones de los hombres, Me he vuelto hacia Ti abandonando mi propia voluntad y deseo, para que tu santa voluntad y agrado puedan reinar dentro de mí y dirigirme de acuerdo con lo que la pluma de tu eterno decreto ha destinado para mí. Este siervo, oh Señor, aunque impotente, se vuelve hacia el Sol de tu Poder; aunque humillado, se apresura hacia la Aurora de tu Gloria; aunque indigente, anhela el Océano de tu Gracia. Yo te imploro por tu favor y munificencia que no lo abandones.

Tú eres verdaderamente el Todopoderoso, el Perdonador, el Compasivo.

Bahá'u'lláh

¡Alabado seas Tú, oh Señor mi Dios! Soy tu siervo y el hijo de tu siervo. He vuelto mi rostro hacia tu Causa, creyendo en tu unicidad, tu soberanía y la fuerza de tu poder, y confesando la grandeza de tu majestad y gloria. Te pido por tu Nombre, por el cual fue hendido el cielo, la tierra fue partida y las montañas aplastadas, que no me prives de las brisas de tu misericordia que han soplado en tus días, ni permitas que esté lejos de las orillas de tu cercanía y munificencia.

Soy aquel que está sediento, oh mi Señor. Dame de beber de las aguas vivientes de tu gracia. Soy sólo una pobre criatura; revélame las evidencias de tus riquezas. ¿Es propio de Ti arrojar de la puerta de tu gracia y munificencia a quienes han puesto sus esperanzas en Ti y es digno de tu soberanía impedir que aquellos que te anhelan alcancen el adorado santuario de tu presencia y contemplen tu rostro? ¡Por tu gloria!, no es esta la creencia que tengo de Ti, porque estoy persuadido de que Tú eres el Dios de generosidad, cuya gracia lo ha circundado todo.

Te imploro, oh mi Señor, por tu misericordia que ha superado la creación entera y por tu generosidad que ha abarcado todo lo creado, que me hagas volver el rostro completamente hacia Ti, buscar tu amparo y ser firme en mi amor a Ti. Decreta, entonces, para mí lo que Tú ordenaste para aquellos que te aman. Potente eres Tú para hacer lo que te place. No hay Dios sino Tú el que siempre perdona, el Todo Generoso.

¡Alabado sea Dios, Señor de todos los mundos!
Bahá'u'lláh

¡Oh mi Señor! Me he acercado a Ti, en las profundidades de esta noche oscura, confiando en Ti con la lengua de mi corazón, estremecido de alegría por las dulces fragancias que soplan desde tu dominio, el Todo Glorioso, llamándote y diciendo:

¡Oh mi Señor! No encuentro palabras para glorificarte; no veo manera de que el pájaro de mi mente se remonte hasta tu Reino de Santidad; pues Tú, en tu misma esencia, estás santificado por encima de esos atributos y en tu propio ser estás más allá del alcance de esas alabanzas que Te son ofrendadas por la gente que Tú has creado. En la santidad de tu propio ser has sido exaltado por encima de la comprensión de los doctos del Concurso de lo Alto y por siempre permanecerás envuelto en la beatitud de tu propia realidad, sin ser alcanzado por el conocimiento de aquellos habitantes de tu exaltado Reino que glorifican tu Nombre.

¡Oh Dios, mi Dios! Cómo puedo glorificarte o describirte, inaccesible como eres; inmensamente elevado y santificado eres Tú por encima de toda descripción y alabanza.

¡Oh Dios, mi Dios! Ten misericordia, entonces, de mi desamparo, de mi pobreza, de mi miseria, de mi humillación. Dame de beber del generoso cáliz de tu gracia y tu perdón, anímame con las dulces fragancias de tu amor, regocija mi pecho con la luz de tu conocimiento, purifica mi alma con los misterios de tu unicidad, vivifícame con la suave brisa que proviene de los jardines de tu misericordia hasta llegar a apartarme de todo salvo de Ti, adherirme al borde de tu vestidura de grandeza, relegar al olvido todo lo que no seas Tú, ser acompañado por los perfumados aromas que se esparcen durante estos días tuyos y alcanzar la fidelidad en tu Umbral de Santidad, levantarme para servir a tu Causa, ser humilde ante tus amados y llegar a ser la misma nada en la presencia de tus favorecidos.

Verdaderamente Tú eres el Auxiliador, el Sostenedor, el Exaltado, el Más Generoso.

¡Oh Dios, mi Dios! Te ruego, por el amanecer de la luz de tu Belleza que ha iluminado toda la tierra, por la mirada del ojo de tu divina compasión que examina todas las cosas, por el agitado mar de tus dádivas en el cual están inmersas todas las cosas, por tus fluyentes nubes de generosidad que derraman sus dones sobre la esencia de todas las cosas creadas y por los esplendores de tu misericordia, la cual ya existía antes de que el mundo fuese, que ayudes a tus escogidos a ser fieles, que asistas a tus amados para que sirvan en tu exaltado Umbral, les hagas alcanzar la victoria mediante los batallones de tu poder que subyuga todas las cosas y les fortalezcas con una gran hueste de combate procedente del Concurso de lo Alto.

¡Oh mi Señor! Son almas débiles de pie ante tu puerta; son indigentes en tu atrio que desesperan por tu gracia, en extrema necesidad de tu socorro, que dirigen sus rostros hacia el reino de tu unicidad, anhelantes de la munificencia de tus dádivas. ¡Oh mi Señor! Inunda sus mentes con tu santa luz; purifica sus corazones con la gracia de tu ayuda; regocija sus pechos con la fragancia de las alegrías, la que sopla desde tu Concurso de lo Alto; ilumina sus ojos con la contemplación de los signos y señales de tu poder; haz que sean emblemas de pureza, banderas de santidad flameando muy por encima de todas las criaturas en las cumbres de la tierra; haz que sus palabras conmuevan los corazones de piedra. Que se levanten para servirte, se consagren al reino de tu divinidad y dirijan sus rostros hacia el dominio de tu autosuficiencia, difundan tus signos por doquier, sean iluminados por tus torrentes de luz y descubran tus misterios ocultos. Que guíen a tus siervos hacia las aguas tranquilas y a la fuente de tu misericordia que mana y brinca en el íntimo corazón del Cielo de tu unicidad. Que icen la vela del desprendimiento en el Arca de Salvación y naveguen en los mares de tu conocimiento; que desplieguen las alas de tu unidad y con su ayuda se remonten hacia el Reino de tu singularidad, para llegar a ser los siervos a quienes la Compañía Suprema habrá de aclamar y cuyas alabanzas habrán de proferir los moradores de tu dominio todo glorioso; que escuchen a los heraldos del mundo invisible pregonar la Buena Nueva Más Grande; que ellos, en su anhelo por encontrarte, te invoquen y oren entonando maravillosas plegarias al amanecer de la luz -¡oh mi Señor, Tú que dispones todas las cosas!- vertiendo sus lágrimas al alba y al atardecer, ansiando albergarse a la sombra de tu infinita misericordia.

Ayúdales, oh mi Señor, en todas las condiciones, sostenles en todo momento con tus ángeles de santidad, a ellos que son tus huestes invisibles, tus batallones celestiales, quienes provocan la derrota de los ejércitos concentrados de este mundo inferior.

En verdad Tú eres el Poderoso, el Fuerte, el Todo Abarcador, quien ejerce dominio sobre todo lo que existe.

¡Oh sacrosanto Señor! ¡Oh Señor de amorosa bondad! Deambulamos alrededor de tu morada, ansiando contemplar tu Belleza y amando todos tus modos de obrar. Somos desventurados, humildes y de poca importancia. Somos indigentes, muéstranos misericordia; concédenos munificencia; no veas nuestras flaquezas; esconde nuestros pecados sin fin. Seamos lo que seamos, aún somos tuyos; y lo que decimos y lo que oímos es alabanza a Ti; es tu rostro el que buscamos y tu sendero el que seguimos. Tú eres el Señor de amorosa bondad; nosotros somos los pecadores extraviados y lejos de nuestro hogar. Por tanto, oh Nube de Misericordia, concédenos algunas gotas de lluvia. Oh Florido Jardín de gracia, exhala una fragante brisa. Oh Mar de todas las dádivas, haz rodar hacia nosotros una gran ola. Oh Sol de Munificencia, envíanos un haz de luz. Concédenos piedad, concédenos gracia. ¡Por tu belleza! No traemos más provisión que nuestros pecados, sin buenas acciones de las que hablar, tan sólo con esperanzas. A menos que nos cubra tu velo ocultador, nos escude y envuelva tu protección, ¿qué poder tienen estas almas desvalidas para levantarse y servirte? ¿Qué hacienda tienen estos seres miserables para hacer tan gallardo despliegue? Tú que eres el Poderoso, el Omnipotente, ayúdanos, favorécenos. Aunque estemos marchitos, vivifícanos con las lluvias de tus nubes de gracia; aunque humildes, ilumínanos con los brillantes rayos del sol de tu unicidad. Arroja a estos peces sedientos al océano de tu misericordia, guía a esta extraviada caravana al refugio de tu singularidad; conduce a la fuente de guía a quienes se han extraviado tanto y a aquellos que han errado el camino concédeles un amparo dentro de los recintos de tu poder. Alza hasta los labios que se abrasan las generosas y fluyentes aguas celestiales; resucita a estos muertos a la vida sempiterna. Concede al ciego ojos que vean. Haz que el sordo oiga, que el mudo hable. Anima al abatido, vuelve atento al negligente, advierte al orgulloso, despierta a quienes duermen.

Tú eres el Fuerte, Tú eres el Donador, Tú eres el Amoroso. Verdaderamente Tú eres el Benéfico, el Más Exaltado.

'Abdu'l-Bahá

¡Oh Tú, divina Providencia! Somos dignos de lástima, concédenos tu favor; vagabundos sin hogar, danos tu amparo; estamos dispersos, únenos; extraviados, congréganos en tu rebaño; desposeídos, confiérenos una porción; sedientos, condúcenos al manantial de Vida; somos débiles, fortalécenos para que nos levantemos a ayudar a tu Causa y nos ofrez

camos como un sacrificio viviente en el sendero de guía.

'Abdu'l-Bahá

¡Oh Dios, mi Dios! Estos son tus débiles siervos; tus esclavos leales y tus siervas, que se han inclinado ante tu exaltada Palabra, se han humillado ante tu umbral de luz y han dado testimonio de tu unicidad, mediante la cual se ha hecho brillar el Sol en su esplendor meridiano. Ellos han escuchado el llamamiento que Tú elevaste desde tu oculto Reino y con sus corazones vibrando de amor y embeleso han respondido a tu llamada.

Oh Señor, derrama sobre ellos todas las efusiones de tu misericordia, haz llover sobre ellos todas las aguas de tu gracia. Hazles crecer como hermosas plantas en el jardín del cielo y, con las plenas y desbordantes nubes de tus dádivas y los profundos remansos de tu abundante gracia, haz que este jardín florezca y se mantenga siempre verde y brillante, siempre fresco, reluciente y hermoso.

Tú eres verdaderamente el Fuerte, el Exaltado, el Poderoso, Aquel que en los cielos y en la tierra es el único que permanece inmutable. No existe otro Dios fuera de Ti, el Señor de las señales y los signos manifiestos.

'Abdu'l-Bahá

¡Señor! Dignos de lástima somos, concédenos tu favor; somos pobres, confiérenos una porción del océano de tu riqueza; estamos necesitados, satisfácenos; estamos humillados, danos tu gloria. Las aves del aire y las bestias del campo reciben diariamente su alimento de Ti y todos los seres participan de tu cuidado y amorosa bondad.

No prives a este débil ser de tu maravillosa gracia y otorga tu generosidad, por medio de tu poder a esta alma desamparada.

Danos nuestro pan de cada día y concédenos tu aumento para las necesidades de la vida a fin de que no dependamos de otro más que de Ti, que tengamos comunión plena contigo, podamos caminar por tus caminos y declarar tus misterios. Tú eres el Omnipotente, el que ama y el Proveedor de toda la humanidad.

'Abdu'l-Bahá

Haz descender sobre tus siervos aquello que reconfortará sus corazones, tranquilizará sus almas, renovará sus espíritus y aliviará sus cuerpos.

Tú eres en verdad el Señor de los mundos.
'Abdu'l-Bahá
AYUNO

El Kitáb-i-Aqdas establece: "Os hemos prescrito orar y ayunar a partir del comienzo de la madurez (quince años). Esto es ordenado por Dios, vuestro Señor y el Señor de vuestros antepasados... El viajero, el enfermo, las embarazadas o las que amamanten no están obligados a ayunar... Absteneos de comer y beber desde la salida hasta la puesta del Sol. Y cuidaos no sea que el deseo os prive de esta gracia designada en el Libro".

El período de ayuno abarca desde el 2 de Mirza hasta el 20 de Mirza inclusive.

Te imploro, oh mi Dios, por tu poderoso signo y por la revelación de tu gracia entre los hombres, que no me alejes de la puerta de la ciudad de tu presencia, ni frustres las esperanzas que he puesto en las manifestaciones de tu gracia entre tus criaturas. Tú me ves, oh mi Dios, asiéndome a tu Nombre, el Más Santo, el Más Luminoso, el Más Fuerte, el Más Grande, el Más Exaltado, el Más Glorioso, y adhiriéndome al borde del manto al cual se han adherido todos, en este mundo y en el venidero.

Te imploro, oh mi Dios, por tu muy dulce voz y por tu muy exaltada Palabra, que me acerques cada vez más al umbral de tu puerta y no permitas que sea alejado de la sombra de tu misericordia y del dosel de tu generosidad. Tú me ves, oh mi Dios, asiéndome a tu Nombre, el Más Santo, el Más Luminoso, el Más Fuerte, el Más Grande, el Más Exaltado, el Más Glorioso, y adhiriéndome al borde del manto al cual se han adherido todos, en este mundo y en el venidero.

Te imploro, oh mi Dios, por el esplendor de tu frente luminosa y por el resplandor de la luz de tu semblante que brilla en el más Alto horizonte, que me atraigas con la fragancia de tu vestidura y me hagas beber del vino escogido de tu expresión. Tú me ves, oh mi Dios, asiéndome a tu Nombre, el Más Santo, el Más Luminoso, el Más Fuerte, el Más Grande, el Más Exaltado, el Más Glorioso, y adhiriéndome al borde del manto al cual se han adherido todos, en este mundo y en el venidero.

Te imploro, oh mi Dios, por tu cabello que se mueve sobre tu rostro, así como tu muy exaltada Pluma corre a través de las páginas de tus Tablas derramando el almizcle de significados ocultos sobre el reino de tu creación, que me eleves para servir a tu Causa de modo tal que no retroceda ni sea estorbado por las insinuaciones de quienes han puesto reparos a tus signos y se han apartado de tu rostro. Tú me ves, oh mi Dios, asiéndome a tu Nombre, el Más Santo, el Más Luminoso, el Más Fuerte, el Más Grande, el Más Exaltado, el Más Glorioso, y adhiriéndome al borde del manto al cual se han adherido todos, en este mundo y en el venidero.

Te imploro, oh mi Dios, por tu Nombre que Tú has hecho el rey de los nombres y mediante el cual se extasiaron todos los que están en el cielo y en la tierra, que me permitas contemplar el sol de tu belleza y que me proveas con el vino de tu Palabra. Tú me ves, oh mi Dios, asiéndome a tu Nombre, el Más Santo, el Más Luminoso, el Más Fuerte, el Más Grande, el Más Exaltado, el Más Glorioso, y adhiriéndome al borde del manto al cual se han adherido todos, en este mundo y en el venidero.

Te imploro, oh mi Dios, por el Tabernáculo de tu majestad sobre las más altas cumbres y por el dosel de tu Revelación en las más elevadas montañas, que me ayudes bondadosamente a hacer lo que tu voluntad ha deseado y tu propósito ha manifestado. Tú me ves, oh mi Dios, asiéndome a tu Nombre, el Más Santo, el Más Luminoso, el Más Fuerte, el Más Grande, el Más Exaltado, el Más Glorioso, y adhiriéndome al borde del manto al cual se han adherido todos, en este mundo y en el venidero.

Te imploro, oh mi Dios, por tu Belleza que brilla sobre el horizonte de la eternidad, Belleza ante la cual se inclina en adoración el reino de la belleza, magnificándola con tonos resonantes, tan pronto como ella se revela, que me permitas morir a todo lo que poseo y vivir para todo lo que a Ti te pertenece. Tú me ves, oh mi Dios, asiéndome a tu Nombre, el Más Santo, el Más Luminoso, el Más Fuerte, el Más Grande, el Más Exaltado, el Más Glorioso, y adhiriéndome al borde del manto al cual se han adherido todos, en este mundo y en el venidero.

Te imploro, oh mi Dios, por la Manifestación de tu Nombre, el Bienamado, por quien fueron consumidos los corazones de los que te aman y se remontaron a lo alto las almas de todos los que habitan en la tierra, que me ayudes a recordarte entre tus criaturas y a ensalzarte entre tu pueblo. Tú me ves, oh mi Dios, asiéndome a tu Nombre, el Más Santo, el Más Luminoso, el Más Fuerte, el Más Grande, el Más Exaltado, el Más Glorioso, y adhiriéndome al borde del manto al cual se han adherido todos, en este mundo y en el venidero.

Te imploro, oh mi Dios, por el susurro del divino Órbol del Loto y por el murmullo de las brisas de tu Palabra en el reino de tus nombres, que me alejes de todo cuanto tu voluntad detesta y me acerques al lugar donde resplandece quien es la Aurora de tus signos. Tú me ves, oh mi Dios, asiéndome a tu Nombre, el Más Santo, el Más Luminoso, el Más Fuerte, el Más Grande, el Más Exaltado, el Más Glorioso, y adhiriéndome al borde del manto al cual se han adherido todos, en este mundo y en el venidero.

Te imploro, oh mi Dios, por aquella Letra que, al salir de la boca de tu voluntad, ha hecho agitarse los océanos, soplar los vientos, aparecer los frutos, brotar los árboles, desaparecer todos los vestigios del pasado, rasgarse los velos y apresurarse hacia la luz del semblante de su Señor, el Libre, a los que están dedicados a Ti, que me des a conocer lo que estaba oculto en los tesoros de tu conocimiento y guardado en los depósitos de tu sabiduría. Tú me ves, oh mi Dios, asiéndome a tu Nombre, el Más Santo, el Más Luminoso, el Más Fuerte, el Más Grande, el Más Exaltado, el Más Glorioso, y adhiriéndome al borde del manto al cual se han adherido todos, en este mundo y en el venidero.

Te imploro, oh mi Dios, por el fuego de tu amor que quitó el sueño de los ojos de tus elegidos y amados, y por el recuerdo y alabanza que te hacen al amanecer, que me cuentes entre aquellos que han alcanzado lo que Tú has enviado en tu Libro y manifestado por tu voluntad. Tú me ves, oh mi Dios, asiéndome a tu Nombre, el Más Santo, el Más Luminoso, el Más Fuerte, el Más Grande, el Más Exaltado, el Más Glorioso, y adhiriéndome al borde del manto al cual se han adherido todos, en este mundo y en el venidero.

Te imploro, oh mi Dios, por la luz de tu semblante que ha impulsado a quienes están cerca de Ti a recibir los dardos de tu decreto y a quienes están consagrados a Ti a enfrentarse a las espadas de tus enemigos en tu sendero, que decretes para mí, mediante tu muy exaltada pluma, aquello que Tú has decretado para tus depositarios y tus elegidos. Tú me ves, oh mi Dios, asiéndome a tu Nombre, el Más Santo, el Más Luminoso, el Más Fuerte, el Más Grande, el Más Exaltado, el Más Glorioso, y adhiriéndome al borde del manto al cual se han adherido todos, en este mundo y en el venidero.

Te imploro, oh mi Dios, por tu Nombre, mediante el cual has escuchado la invocación de quienes te aman, los suspiros de quienes te anhelan, el llanto de quienes gozan de tu cercanía, el gemido de quienes están dedicados a Ti y mediante el cual has cumplido los deseos de quienes han puesto sus esperanzas en Ti, realizado sus anhelos por medio de tu gracia y favores, y por tu Nombre mediante el cual el océano del perdón se agitó ante tu rostro, la lluvia de las nubes de tu generosidad se vertió sobre tus siervos, que decretes para todo el que se haya vuelto hacia Ti y haya observado el ayuno que Tú has prescrito, la recompensa decretada para quienes no hablan sino con tu permiso y quienes han abandonado en tu sendero y por amor a Ti todo lo que poseían.

Te imploro, oh mi Señor, por Ti mismo, por tus signos, por tus claras señales, por la refulgente luz del sol de tu Belleza y por tus Ramas, que absuelvas las faltas de quienes se han mantenido firmes en tus leyes y han observado aquello que Tú les has prescrito en tu Libro. Tú me ves, oh mi Dios, asiéndome a tu Nombre, el Más Santo, el Más Luminoso, el Más Fuerte, el Más Grande, el Más Exaltado, el Más Glorioso, y adhiriéndome al borde del manto al cual se han adherido todos, en este mundo y en el venidero.

Bahá'u'lláh

¡Alabado seas, oh Señor, mi Dios! Te imploro por esta Revelación -mediante la cual la oscuridad ha sido convertida en luz, se ha erigido el frecuentado Templo, se ha revelado la Tabla escrita y se ha descubierto el rollo desplegado- que hagas descender sobre mí y sobre quienes me acompañan aquello que nos permita remontarnos a los cielos de tu trascendente gloria y nos lave la mancha de las dudas que impidieron a los sospechosos entrar en el tabernáculo de tu unidad.

Soy aquel, oh mi Señor, que se ha sostenido firmemente del cordón de tu cariñosa bondad y se ha aferrado al borde de tu misericordia y favores.

Ordena para mí y para mis amados el bien de este mundo y del venidero. Provéeles, pues, con la dádiva oculta que Tú ordenaste para los elegidos entre tus criaturas.

Estos son, oh mi Señor, los días en que Tú ordenaste a tus siervos observar el ayuno. Bendito aquel que observa el ayuno enteramente por tu Causa y con absoluto desprendimiento de todas las cosas excepto de Ti. Ayúdame y ayúdales, oh mi Señor, a obedecerte y a guardar tus preceptos. Tú verdaderamente tienes poder para hacer lo que desees.

No hay Dios sino Tú, el Omnisciente, el Sapientísimo. Toda alabanza sea para Dios, Señor de todos los mundos.

Bahá'u'lláh
Al amanecer

Estos son, oh mi Dios, los días en que Tú ordenaste a tus siervos observar el ayuno. Con él adornaste el preámbulo del Libro de tus Leyes revelado a tus criaturas y engalanaste las tablas de tus mandamientos a la vista de todos los que están en tu cielo y todos los que están en tu tierra. Tú has dotado cada hora de estos días con una virtud especial, inescrutable a cualquier otro que no seas Tú, cuya sabiduría abarca todo lo creado. Tú también has asignado a cada alma una porción de esta virtud de acuerdo con la tabla de tu decreto y las escrituras de tu juicio irrevocable. Tú, además, has asignado todas las páginas de estos libros y de estas escrituras a cada uno de los pueblos y razas de la tierra.

Según tu decreto, has reservado en cada amanecer el cáliz de tu recuerdo para aquellos que te aman ardientemente, oh Tú que eres el Soberano de los soberanos. Son ellos quienes han sido tan embriagados por el vino de tu múltiple sabiduría, que abandonan sus lechos anhelando celebrar tu alabanza y ensalzar tus virtudes, escapan al sueño ansiando acercarse a tu presencia y participar de tu generosidad. Sus ojos han estado en todo tiempo dirigidos hacia la aurora de tu cariñosa bondad y sus rostros vueltos hacia el manantial de tu inspiración. Vierte, entonces, sobre nosotros y sobre ellos, de las nubes de tu misericordia, lo que sea digno de tu generosidad y gracia.

¡Alabado sea tu nombre, oh mi Dios! Esta es la hora en que Tú has abierto las puertas de tu generosidad ante los rostros de tus criaturas y los portales de tu tierna merced a todos los habitantes de tu tierra. Te imploro -por todos aquellos cuya sangre fue derramada en tu sendero, quienes en su anhelo por Ti se libraron de todo apego a cualquiera de tus criaturas y quienes fueron tan extasiados por los dulces perfumes de tu inspiración que cada uno de los miembros de su cuerpo entonaba tu alabanza y vibraba con tu recuerdo- que no nos niegues las cosas que Tú has ordenado irrevocablemente en esta Revelación, Revelación cuya potencia ha hecho exclamar a cada árbol lo que la Zarza Ardiente proclamó antes a Moisés, el que conversó contigo. Revelación que ha permitido al más pequeño pedrusco resonar nuevamente con tu alabanza tal como te glorificaron las piedras en los días de Mahoma, tu amigo.

¡Oh mi Dios!, éstos son aquellos a quienes Tú has ayudado con tu gracia a ser tus compañeros y a tener comunión con Aquel que es el Revelador de Ti mismo. Los vientos de tu voluntad se han esparcido por doquier hasta que Tú los reuniste bajo tu sombra y les hiciste entrar en los recintos de tu corte. Por cuanto Tú los has cobijado a la sombra del dosel de tu misericordia, ayúdales a alcanzar lo que es digno de tan augusta posición. No permitas, oh mi Señor, que sean contados entre aquellos a los que, a pesar de gozar de tu proximidad, les fue impedido reconocer tu rostro y, aunque te encontraron, fueron privados de tu presencia.

Estos son tus siervos, oh mi Señor, que han entrado contigo en esta la Mayor Prisión, que han observado el ayuno dentro de sus muros, de acuerdo con lo que Tú les has ordenado en las tablas de tu decreto y los libros de tu mandato. Haz descender, entonces, sobre ellos lo que los purifique completamente de todo lo que Tú detestas, para que puedan dedicarse completamente a Ti y desprenderse enteramente de todo excepto de Ti.

Por tanto, vierte sobre nosotros, oh mi Dios, aquello que es propio de tu gracia y digno de tu generosidad. Capacítanos entonces, oh mi Dios, para que vivamos en tu recuerdo y perezcamos en tu amor. Y provéenos con la dádiva de tu presencia en tus mundos venideros; mundos que son inescrutables para todos menos para Ti. Tú eres nuestro Señor y el Señor de todos los mundos y el Dios de todos los que están en el cielo y de todos los que están en la tierra.

Tú ves, oh mi Dios, lo que ha sucedido a tus amados en tus días. ¡Tu gloria me lo atestigua! El clamor de los lamentos de tus elegidos se ha elevado por todo tu reino. Algunos fueron atrapados por los infieles de tu tierra, quienes les impidieron acercarse a Ti y alcanzar la corte de tu gloria. Otros pudieron acercarse a Ti pero no les fue permitido contemplar tu rostro. Aún más, a otros que anhelaban verte les fue permitido entrar en los recintos de tu corte, pero dejaron que los velos de la imaginación de tus criaturas y los males infligidos por los opresores entre tu pueblo se interpusieran entre ellos y Tú.

Esta es la hora, oh mi Señor, que Tú has hecho que sobresalga entre todas las horas y que Tú has destinado para las más escogidas de tus criaturas. Te imploro, oh mi Dios, por Ti mismo y por ellas, que ordenes en el curso de este año lo que enaltezca a tus amados. Decreta además, en este año, lo que permita al sol de tu poder resplandecer sobre el horizonte de tu gloria e iluminar por tu soberano poder al mundo entero.

Haz victoriosa a tu Causa, oh mi Señor, y humilla a tus enemigos. Decreta entonces para nosotros el bien de esta vida y la próxima. Tú eres la Verdad, quien conoce las cosas secretas. No hay Dios sino Tú, el que siempre perdona, el Todo Generoso.

Bahá'u'lláh

¡Gloria sea a Ti, oh Señor mi Dios! Estos son los días en que Tú has ordenado a todos los hombres observar el ayuno, para que por él purifiquen sus almas y se libren de todo apego a otro que no seas Tú y ascienda de sus corazones lo que es digno de la corte de tu majestad y propio de la sede de la revelación de tu unicidad. Permite, oh mi Señor, que este ayuno llegue a ser un río de aguas vivificantes y otorgue la virtud con que Tú lo dotaste. Purifica con él los corazones de tus siervos, a quienes los males del mundo no impidieron volverse hacia tu Nombre todo glorioso y permanecieron inmutables ante el clamor y tumulto de los que han repudiado¡ tus muy resplandecientes signos, que acompañaron el advenimiento de tu Manifestación, la cual has investido con tu soberanía, tu poder, tu majestad y gloria. Estos son los siervos que, tan pronto oyeron tu llamada, se apresuraron hacia tu merced y no fueron apartados de Ti por los cambios y azares de este mundo, ni por ninguna limitación humana.

Soy aquel, oh mi Dios, que atestigua tu unidad, declara tu unicidad, se inclina humildemente ante las revelaciones de tu majestad y reconoce con semblante sumiso los resplandores de la luz de tu trascendente gloria. He creído en Ti después de que Tú me permitieras conocer tu Ser, el que revelaste a los ojos de los hombres mediante la fuerza de tu soberanía y poder. Me he vuelto hacia Él completamente desprendido de todo y sosteniéndome firmemente del cordón de tus dádivas y favores. He abrazado su verdad y la verdad de todas las maravillosas leyes y preceptos que le fueron enviados. He ayunado por amor a Ti y en cumplimiento de tu mandato y he terminado mi ayuno con tu alabanza en mi lengua y en conformidad con tu agrado. No permitas, oh mi Señor, que me cuente entre quienes han ayunado durante el día y se han postrado de noche ante tu rostro, y han repudiado tu verdad, no han creído en tus signos, han negado tu testimonio y pervertido tus palabras.

Abre mis ojos, oh mi Señor, y los ojos de todos los que te han buscado, para que te reconozcamos con tus propios ojos. Esto nos lo ordenaste en el Libro enviado por Ti a Aquel a quien has elegido por tu orden, le has distinguido con tu favor por encima de todas tus criaturas, le has querido investir con tu soberanía, le has favorecido especialmente y le has confiado tu Mensaje para tu pueblo.

Alabado seas por tanto, oh mi Dios, puesto que Tú bondadosamente nos has capacitado para reconocerle y aceptar todo lo que le ha sido enviado y nos has conferido el honor de alcanzar la presencia de Aquel a quien Tú prometiste en tu Libro y en tus Tablas.

Tú me ves entonces, oh mi Dios, con el rostro vuelto hacia Ti, aferrándome al cordón de tu bondadosa providencia y generosidad y asiéndome al borde de tus amables mercedes y generosos favores. Te imploro que no destruyas mis esperanzas de lograr lo que Tú ordenaste para tus siervos que se han vuelto hacia los recintos de tu corte y el santuario de tu presencia y han observado el ayuno por amor a Ti. Confieso, oh mi Dios, que todo lo que procede de mí es completamente indigno de tu soberanía y no corresponde a tu majestad. No obstante, te suplico por tu Nombre, mediante el cual has revelado tu Ser en la gloria de tus muy excelentes títulos a todas las cosas creadas en esta Revelación, con la que Tú has manifestado tu belleza por medio de tu muy resplandeciente Nombre, que me des a beber del vino de tu merced y de la bebida pura de tu favor, que ha manado de la diestra de tu voluntad, para que fije en Ti mi mirada y me desprenda de todo salvo de Ti, a tal punto que el mundo y todo lo que ha sido creado en él me parezca como un día efímero que Tú no te has dignado crear.

Te imploro además, oh mi Dios, que hagas llover del cielo de tu voluntad y las nubes de tu misericordia aquello que nos purifique del apestoso olor de nuestras transgresiones, oh Tú que te has llamado el Dios de misericordia. Tú eres verdaderamente el Más Poderoso, el Todo Glorioso, el Benéfico.

No deseches, oh mi Señor, a aquel que se ha vuelto hacia Ti, ni permitas que aquel que se ha acercado a Ti sea alejado de tu corte. No frustres las esperanzas del suplicante que ha extendido anhelante sus manos solicitando tu gracia y favores, y no prives a tus siervos sinceros de las maravillas de tu tierna misericordia y cariñosa bondad. Tú eres Perdonador y Generosísimo, oh mi Señor. Tienes poder para hacer lo que te place. Todos fuera de Ti son impotentes ante las revelaciones de tu potencia, están perdidos ante las evidencias de tu riqueza, no son nada comparados con las manifestaciones de tu trascendente soberanía y están desprovistos de toda fuerza frente a los signos y pruebas de tu poder. ¿Qué refugio hay fuera Ti, oh mi Señor, al que pueda yo huir y dónde hay un cobijo al que pueda apresurarme? ¡No, el poder de tu fuerza me lo atestigua! No hay protector sino Tú, ni lugar donde huir excepto Tú, ni refugio que buscar fuera de Ti. Hazme probar, oh mi Señor, la divina dulzura de tu recuerdo y alabanza ¡Juro por tu poder! Quienquiera que pruebe su dulzura se librará de todo apego al mundo y a lo que hay en él y volverá su rostro ha Ti, purificado del recuerdo de cualquiera que no seas Tú.

Inspira, pues, mi alma, oh mi Dios, con tu maravilloso recuerdo, para que glorifique tu Nombre. No me cuentes entre aquellos que leen tus palabras y no encuentran tu dádiva oculta que por tu decreto está contenida en ellas y que vivifica las almas de tus criaturas y los corazones de tus siervos. ¡Oh mi Señor!, haz que me cuente entre los que han sido tan conmovidos por las dulces fragancias esparcidas en tus días, que han dado sus vidas por Ti y se han apresurado al lugar de su muerte en su ansía de contemplar tu belleza y en su anhelo de alcanzar tu presencia. Y si en el camino alguien les preguntase: "¿A dónde vais?", dirían: "¡Hacia Dios! el que todo lo posee, el que ayuda en el peligro, el que subsiste por Sí mismo".

Las transgresiones cometidas por los que se alejaron de Ti y se mostraron arrogantes ante Ti no han podido impedirles que te amen y fijen su rostro en Ti y se vuelvan hacia tu misericordia. Estos son los bendecidos por el Concurso de lo Alto, los que son glorificados por los moradores de las ciudades eternas y, más allá de ellos, por aquellos en cuyas frentes tu muy exaltada pluma ha escrito: "¡Estos son el pueblo de Bahá! Mediante ellos se han derramado los resplandores de la luz de guía". Así ha sido ordenado por tu mandato y por tu voluntad en la tabla de tu irrevocable decreto.

Proclama por tanto, oh mi Dios, su grandeza y la grandeza de aquellos que en vida o después de la muerte han circulado a su alrededor. Provéelos con lo que Tú has ordenado para los justos entre tus criaturas. Potente eres Tú para hacer todas las cosas. No hay Dios sino Tú, el Todopoderoso, el que ayuda en el peligro, el Omnipotente, el Más Generoso.

No hagas terminar nuestros ayunos con este ayuno, oh mi Señor, ni los Convenios que Tú has hecho con este Convenio. Acepta todo lo que hemos realizado por amor a Ti y en aras de tu complacencia y todo lo que hemos dejado de hacer, como resultado de la sujeción a nuestros males y corruptos deseos. Permítenos, pues, asirnos firmemente a tu amor y beneplácito. Y presérvanos contra la maldad de quienes te han negado y han repudiado tus muy resplandecientes signos. Tú eres en verdad el Señor de este mundo y del venidero. No hay Dios sino Tú, el Exaltado, el Altísimo.

Magnifica, oh Señor mi Dios, a Aquel que es el Punto Primordial, el Misterio Divino, la Esencia Invisible, la Aurora de Divinidad y la Manifestación de tu Señorío; mediante el cual fue esclarecido todo el conocimiento del pasado y todo el conocimiento del futuro; mediante el cual fueron descubiertas las perlas de tu sabiduría oculta y revelado el misterio de tu atesorado Nombre; a quien has designado el Anunciador de Aquel por cuyo nombre han sido unidas y enlazadas las letras de SÉ; mediante el cual se hizo conocer tu majestad, tu soberanía y tu poder; mediante el cual fueron enviadas tus palabras, expuestas tus leyes con claridad, esparcidos tus signos y establecida tu Palabra; mediante el cual fueron puestos al descubierto los corazones de tus elegidos y reunidos todos los que estaban en el cielo y todos los que estaban en la tierra; a quien Tú has llamado 'Alí-Muhammad en el reino de tus nombres y Espíritu de Espíritus en las tablas de tu decreto irrevocable; a quien has investido con tu propio título; a cuyo nombre se ha hecho regresar a todos los demás nombres, según tu mandato y por la fuerza de tu poder; y en quien Tú has hecho que todos tus atributos y títulos alcancen su consumación final. A Él también pertenecen los nombres que estaban ocultos en tus inmaculados tabernáculos, en tu mundo invisible y en tus santificadas ciudades.

Magnifica además a quienes han creído Él y en sus signos y se han vuelto hacia Él entre aquellos que han reconocido tu unidad en su última Manifestación, Manifestación que Él ha mencionado en sus Libros y en sus Escrituras y en todos los maravillosos versos y preciosas palabras que han descendido sobre Él. Esta es la manifestación cuyo Convenio le ordenaste establecer antes de que hubiera establecido su propio Convenio. Él es Aquel cuya alabanza ha celebrado el Bayán. En Él ha sido glorificada su excelsitud y establecida su verdad, proclamada su soberanía y perfeccionada su Causa. Bendito el hombre que se ha vuelto hacia Él y ha cumplido lo que Él ha ordenado. ¡Oh Tú que eres el Señor de los mundos y el Deseo de todos los que te han conocido!

Alabado seas, oh mí Dios, ya que nos has ayudado a reconocerle y amarle. Por tanto te suplico, por Él y por quienes son las Auroras de tu Divinidad y las Manifestaciones de tu Señorío y los Tesoros de tu Revelación y los Depositarios de tu Inspiración, que nos concedas servirle y obedecerle, y nos capacites para llegar a ser los que ayuden a su Causa y dispersen a sus adversarios. Potente eres para hacer todo lo que te place. ¡No hay Dios sino Tú, el Todopoderoso, el Todo Glorioso, Aquel cuya ayuda es solicitada por todos los hombres.

Bahá'u'lláh
CONVENIO

¡Oh Señor! Líbranos de todas las tentaciones, pruebas y malas insinuaciones de aquellos que han vuelto su rostro de Ti.

¡Oh Tú, Dios Misericordioso! Confírmanos con tus huestes invisibles y fortalécenos mediante tus ángeles celestiales.

¡Oh Señor! Somos débiles, pobres, sumisos e insignificantes, concédenos fuerzas, enriquécenos y elévanos por encima de toda condición mundana.

¡Oh Señor! Tal como has iluminado nuestros corazones con la luz de tu conocimiento, haz que permanezcamos firmes en tu bendito Convenio.

En verdad Tú eres el Clemente, el que perdona.
Bahá'u'lláh

¡Oh Dios! Ayúdame con el Supremo Concurso y hazme firme y fiel en el Convenio y Testamento. Soy débil en el Convenio y Testamento; confiéreme fuerza. Soy pobre; otórgame riqueza del tesoro del reino. Soy ignorante; ábreme las puertas del conocimiento. Estoy sin vida; sopla el aliento de vida en mí. Soy inelocuente; concédeme elocuencia, para que con fluidez de expresión pueda levantar el llamamiento de tu reino y guiar a todos a la firmeza en tu Convenio. Tú eres el Generoso, el Poderoso, el Proveedor.

Bahá'u'lláh

Te imploro, ioh Tú que eres el Señor de los mundos, Bienamado de los que te han reconocido, Deseo de todos los que están en el cielo y en la tierra!, por tu Nombre -mediante el cual la súplica de cada creyente ha ascendido al cielo de tu trascendental santidad, el buscador se ha elevado hacia las sublimidades de tu unidad y de tu grandeza, los defectuosos han sido perfeccionados, los humillados exaltados, la lengua de cada tartamudo librada, los enfermos sanados y cualquier cosa incompatible con las normas de tu alteza e indigna de tu soberanía, hecha aceptable por Ti- que nos ayudes con tus invisibles huestes y con una compañía de los ángeles de tu Causa.

Acepta, pues, las obras que hemos hecho por amor hacia Ti y por complacerte. No nos rechaces, oh mi Dios, de la puerta de tu misericordia y no nos quites nuestras esperanzas en las maravillas de tu gracia y en tus favores.

Nuestros cuerpos y nuestros miembros, oh mi Dios, atestiguan tu unidad y singularidad. Haz descender sobre nosotros tu fuerza y tu poder, con el fin de lograr tesón en tu Fe y ayudarte entre tus siervos.

Ilumina nuestros ojos, oh mi Dios, con el resplandor de tu hermosura y alivia nuestros corazones con el brillo de tu ciencia y sabiduría. Inclúyenos entre aquellos que han cumplido su promesa hacia tu Convenio en tus días y entre quienes por amor a Ti se han desprendido del mundo y de todo lo que en él existe.

Poderoso eres Tú para hacer lo que te place. No hay otro Dios más que Tú, el Todopoderoso, el Omnisciente, el Supremo Regidor, el que ayuda en el peligro, el Autosuficiente.

Bahá'u'lláh

¡Oh mi Señor y mi Esperanza! Ayuda a tus amados a ser firmes en tu poderoso Convenio, a permanecer fieles a tu Causa manifiesta y a poner en práctica los mandamientos que Tú has consignado para ellos en tu Libro de Esplendores; para que lleguen a ser enseñas de guía y lámparas del Concurso de lo Alto, manantiales de tu infinita sabiduría y estrellas que guían rectamente, fulgurando desde el firmamento celestial.

Verdaderamente Tú eres el Invencible, el Todopoderoso, el Omnipotente.

'Abdu'l-Bahá
CREYENTES
¡Glorificado seas, oh Tú Señor, mi Dios!

Te ofrezco mi agradecimiento, ya que me has creado en tus días y has inculcado en mí tu amor y tu ciencia. Te imploro por tu Nombre -mediante el cual las bellas perlas de tu sabiduría y tus palabras fueron sacadas del tesoro de los corazones de aquellos siervos tuyos que se encuentran próximos a Ti y por medio del cual el astro matutino de tu Nombre, el Compasivo, ha derramado su refulgencia sobre todos los que están en tu cielo y en tu tierra-, por tu gloria y tu bondad, me concedas tus maravillosas y ocultas dádivas.

Estos días son los primeros de mi vida, oh mi Dios, que Tú has vinculado con tus días. Ya que me has conferido tan gran honor, no me prives de las cosas que has ordenado para tus elegidos.

¡Oh mi Dios! No soy más que una pequeña semilla que Tú has sembrado en el suelo de tu amor y has hecho brotar por la mano de tu bondad. Por tanto, esta semilla está sedienta en sus entrañas de las aguas de tu merced y de la fuente vivificante de tu gracia.

Haz descender sobre ella, desde el cielo de tu amorosa bondad, aquello que hará posible que florezca bajo tu sombra y dentro de los recintos de tu corte.

Tú eres quien riega los corazones de todos los que te han reconocido, con tu cuantioso torrente y con la fuente de tus aguas vivificadoras.

¡Alabado sea Dios, Señor de todos los mundos!
Bahá'u'lláh

Oh mi Dios, magnificado sea tu Nombre por cuanto has manifestado el Día que es el rey de los días; Día que Tú anunciaste a tus escogidos y a tus profetas en tus más excelsas Tablas; Día en que Tú derramaste el esplendor de la gloria de todos tus Nombres sobre todo lo creado. Grande es la bendición de cualquiera que se haya vuelto hacia Ti, alcanzado tu presencia y percibido el acento de tu voz.

Te imploro, oh mi Señor, por el nombre de Aquel a quien circunda en adoración el Reino de tus nombres, que bondadosamente ayudes a los que te son queridos a glorificar tu palabra entre tus siervos y a esparcir tu alabanza entre tus criaturas, de modo que el éxtasis de tu Revelación colme el alma de cada uno de los habitantes de tu tierra.

Oh mi Señor, ya que Tú los has guiado hacia las aguas vivientes de tu gracia, concede con tu generosidad que no sean apartados de Ti. Y puesto que los has convocado a la morada de tu trono, por tu amorosa bondad, no los alejes de tu presencia. Haz descender sobre ellos aquello que les hará desprenderse completamente de todo excepto de Ti y les capacitará para remontarse en la atmósfera de tu cercanía, de modo que ni el dominio de los opresores, ni las insinuaciones de quienes no han creído en tu muy augusto y poderosísimo Ser, sean capaces de mantenerlos lejos de Ti.

Bahá'u'lláh

¡La alabanza sea para Ti, oh mi Dios! Tú eres Aquel que con una palabra de su boca ha revolucionado la creación entera y con un trazo de su pluma ha separado a tus siervos unos de otros. Atestiguo, oh mi Dios, que mediante una palabra pronunciada por Ti en esta Revelación fueron extinguidas todas las cosas creadas y, mediante otra palabra, todos aquellos que Tú deseaste fueron dotados de nueva vida por tu gracia y munificencia.

Te doy gracias, por tanto, y te ensalzo en el nombre de todos aquellos que te son queridos, por cuanto los has hecho nacer de nuevo a causa de las aguas de vida que han manado de la boca de tu voluntad. Ya que Tú los has vivificado por tu munificencia, oh mi Dios, haz por tu gracia que se inclinen firmemente hacia tu voluntad; y ya que Tú les permitiste entrar en el tabernáculo de tu Causa, concede por tu gracia que no sean apartados de Ti.

Abre, entonces, a sus corazones, oh mi Dios, las puertas de tu conocimiento, para que te reconozcan como Aquel que está mucho más allá del alcance de la comprensión de tus criaturas e inmensamente exaltado sobre los esfuerzos de tu pueblo para indicar tu naturaleza y para que no sigan a cada impostor vociferante que pretende hablar en tu nombre. Permíteles además, oh mi Señor, que se aferren tan tenazmente a tu Causa, que puedan permanecer inmutables ante las desconcertantes sugerencias de aquellos que, impulsados por sus propios deseos, pronuncian lo que les ha sido prohibido en tus Tablas y en tus Escrituras.

Tú bien sabes, oh mi Señor, que yo oigo los aullidos de los lobos que se presentan con la vestidura de tus siervos. Protege, por tanto, a tus amados de su malicia y haz que se aferren firmemente a todo lo que haya sido manifestado por Ti en esta Revelación, que no ha sido superada por ninguna otra Revelación dentro de tu conocimiento.

Destina para ellos, oh mi Señor, aquello que les beneficie. Ilumina entonces sus ojos con la luz de tu conocimiento, para que puedan verte claramente supremo sobre todas las cosas, resplandeciente entre tus criaturas y victorioso sobre todos los que están e n tu tierra. Potente eres para hacer tu voluntad. No hay Dios sino Tú, el Todo Glorioso, cuya ayuda todos los hombres imploran.

¡Alabado seas Tú, quien eres el Señor de toda la creación!

Bahá'u'lláh

¡Glorificado seas Tú, oh Señor mi Dios! En tu altísimo Paraíso has asignado a tus siervos tales posiciones que si alguna de ellas fuera descubierta a los ojos de los hombres, todos los que están en la tierra y todos los que están en el cielo quedarían atónitos. ¡Por tu poder!, si los reyes presenciaran gloria tan grande, con seguridad se librarían de sus dominios y se adherirían a aquellos súbditos que se han puesto a la sombra de tu merced inmensurable y han buscado el amparo de tu gloriosísimo Nombre.

Te imploro, oh Tú que eres el Amado de los mundos y el Deseo de todos los que te han reconocido, por tu Nombre, mediante el cual conmueves a quien deseas y atraes hacia Ti a quien te place, que abras los ojos de todos los que te son queridos para que quizás no sean separados como por un velo de Ti, como lo están los pueblos de la tierra, sino que puedan percibir externamente los signos y las evidencias de tu poder y comprender internamente las cosas que Tú ordenaste para ellos en los dominios de tu gloria.

Potente eres Tú para hacer tu voluntad. Tú solo eres el único Amado de este mundo y el venidero. No hay Dios sino Tú, el Más Exaltado, el Todo Glorioso.

Bahá'u'lláh

¡Oh mi Dios y mi Maestro! Soy tu siervo y el hijo de tu siervo. Me he levantado de mi lecho en este amanecer en que el sol de tu unicidad ha brillado desde la aurora de tu voluntad y ha derramado su resplandor sobre todo el mundo de acuerdo con lo que ha sido ordenado en los libros de tus leyes.

Alabado seas Tú, oh mi Señor, por habernos despertado a los resplandores de la luz de tu sabiduría. Envíanos pues, oh mi Señor, lo que nos capacite para prescindir de todos excepto de Ti y nos libre de todo apego a alguien que no seas Tú. Además decreta para mí, para quienes me son queridos y para mis parientes, hombres y mujeres, el bien de este mundo y el venidero. Resguárdanos, entonces, mediante tu infalible protección, oh Tú el Bienamado de la creación entera y el Deseo de todo el universo, de aquellos a quienes has hecho manifestaciones del malvado, que susurran en el pecho de los hombres. Potente eres Tú para hacer lo que te place. Tú eres verdaderamente el Omnipotente, el que ayuda en el peligro, el que subsiste por Sí mismo.

Bendice, oh Señor mi Dios, a Aquel que has establecido sobre tus más excelentes títulos y mediante el cual Tú has separado a los justos de los perversos. Ayúdanos con tu gracia a realizar aquello que Tú amas y deseas. Bendice, además, oh mi Dios, a quienes son tus Palabras y tus Letras y a quienes han dirigido sus rostros hacia Ti, se han vuelto hacia tu semblante y han escuchado tu llamamiento.

Tú eres en verdad el Señor y Rey de todos los hombres y eres poderoso sobre todas las cosas.

Bahá'u'lláh
¡Oh Dios!

Concede que estos siervos sean aceptados en tu umbral.

Revela un nuevo Cielo y una nueva Tierra para que sea nuestra morada. Haz que descienda una nueva Jerusalén desde lo alto.

Dota a la humanidad de nuevos pensamientos y de nueva vida. Imbuye a las almas nuevas percepciones y confiéreles nuevas virtudes.

Tú eres el Donador, el Fuerte. En verdad Tú eres el Generoso.

'Abdu'l-Bahá
¡Él es Dios!

¡Oh Dios, mi Dios! Estos son tus siervos atraídos en tus días por las fragancias de tu santidad, encendidos por la llama que arde en tu árbol sagrado, que responden a tu voz, pronuncian tu alabanza, despertados por tu brisa, conmovidos por tus dulces fragancias, contemplan tus signos, comprenden tus versos, escuchan tus palabras, creen en tu Revelación y están seguros de tu cariñosa bondad. Sus ojos, oh Señor, están fijos en tu reino de gloria efulgente y sus rostros están vueltos hacia tu dominio de lo alto, sus corazones laten con el amor de tu radiante y gloriosa belleza, sus almas están consumidas por la llama de tu amor, oh Señor de este mundo y del mundo venidero; están sus vidas bullendo con el ardor de su anhelo por Ti y sus lágrimas han sido vertidas por tu Causa.

Escúdalos dentro de la fortaleza de tu protección y seguridad; presérvalos con tu vigilante cuidado; considéralos con los ojos de tu providencia y misericordia y haz de ellos signos de tu divina unidad, manifiestos en todas las regiones, estandartes de tu poder flameando sobre tus mansiones de grandeza, luces brillantes que arden con el aceite de tu sabiduría en las lámparas de tu guía, pájaros del jardín de tu conocimiento que gorjean en las más altas ramas de tu paraíso protector y gigantes del océano de tu bondad que se sumergen por tu suprema misericordia en las insondables profundidades.

¡Oh Señor, mi Dios! Estos siervos tuyos son humildes; enaltécelos en tu reino de lo alto; son débiles, fortalécelos con tu supremo poder; están humillados, concédeles tu gloria en tu más alto reino; son pobres, enriquécelos en tu gran dominio. Ordena entonces para ellos todo el bien que Tú has destinado en tus mundos visibles e invisibles, hazlos prosperar en este mundo, alegra sus corazones con tu inspiración, oh Señor de todos los seres. Ilumina sus corazones con tus buenas nuevas difundidas desde tu posición todo gloriosa, afirma sus pasos en tu Convenio Mayor y fortalece sus espaldas en tu firme Testamento, por tu munificencia y gracia prometida, oh Tú el Bondadoso y el Misericordioso. Tú eres en verdad el Bondadoso, el Todo Generoso.

'Abdu'l-Bahá
CURACIÒN

Tu nombre es mi curación, oh mi Dios, y el recuerdo de Ti es mi remedio. La proximidad a Ti es mi esperanza y el amor a Ti es mi compañero. Tu misericordia hacia mí es mi curación y mi socorro, tanto en este mundo como en el venidero.

Tú verdaderamente eres el Todo Generoso, el Omnisciente, el Sapientísimo.

Bahá'u'lláh

¡En el nombre de Dios, el Sanador, el Suficiente, el que socorre! ¡ Alabado sea Dios!

¡Oh Dios, mi amado! Yo te pido por tu Nombre, por el cual todas las cosas esperaban tu merced, y por el Sol de la belleza de tu Nombre Oculto, que ha lucido desde el horizonte de tu aparición y por el cual tu gracia fue perfeccionada sobre aquellos que están en la tierra y en el cielo, hagas descender sobre este ser doliente, desde las nubes de tu compasión, aquello que le purifique de toda enfermedad, flaqueza y prueba, sumergiéndole en el océano de tu curación.

¡Oh Tú, en cuya mano se halla el reino del destino y el poder realizador! En verdad Tú eres el que hace lo que desea y eres verdaderamente el Perdonador, el Compasivo.

Bahá'u'lláh

¡Alabado seas Tú, oh Señor mi Dios! Te imploro por tu Nombre Más Grande, por el cual conmoviste a tus siervos y construiste tus ciudades, y por tus muy excelentes títulos y por tus muy augustos atributos, que ayudes a tus pueblos a volverse hacia tus múltiples generosidades y a dirigir sus rostros hacia el Tabernáculo de tu sabiduría. Cura las enfermedades que han atacado a las almas desde todo lado y les han impedido dirigir su mirada hacia el Paraíso que hay en el amparo de tu Nombre protector, que Tú ordenaste ser el rey de todos los nombres para todos los que están en el cielo y todos los que están en la tierra. Potente eres Tú para hacer como te plazca. En tus manos está el imperio de todos los nombres. No hay Dios sino Tú, el Poderoso, el Sabio.

Sólo soy una pobre criatura, oh mi Señor, que se ha asido del borde de tus riquezas. Estoy muy enfermo; me he aferrado al cordón de tu curación. Líbrame de los males que me han circundado; lávame enteramente con las aguas de tu gracia y merced, y atavíame con la vestidura de la salud, mediante tu perdón y munificencia. Fija entonces mis ojos sobre Ti y líbrame de todo apego a otro que no seas Tú. Ayúdame a hacer lo que Tú desees y a cumplir lo que sea de tu agrado.

Tú eres verdaderamente el Señor de esta vida y la próxima. Tú eres en verdad el que siempre perdona, el Más Misericordioso.

Bahá'u'lláh
Oración para una enferma

¡Gloria sea a Ti, oh Señor mi Dios! Te ruego por tu Nombre, mediante el cual Aquel que es tu Belleza ha sido establecido en el trono de tu Causa, y por tu Nombre -por cuyo medio Tú cambias todas las cosas, pides cuenta de todas las cosas, reúnes todas las cosas, premias todas la cosas y mantienes todas las cosas- te ruego que guardes a esta sierva que ha huido a refugiarse en Ti, ha buscado la protección de Aquel en quien Tú estás manifiesto y ha puesto toda su fe y confianza en Ti.

Ella está enferma, oh mi Dios, y se ha puesto a la sombra del árbol de tu curación; está afligida y ha huído hacia la ciudad de tu protección; está dolorida y busca el manantial de tus favores; está abatida y se apresura hacia la fuente de tu tranquilidad; está cargada de pecados y ha dirigido su rostro hacia la corte de tu perdón.

Atavíala, por tu soberanía y cariñosa bondad, oh mi Dios y mi amado, con la vestidura de tu bálsamo y curación. Y hazle beber del cáliz de tu merced y favores. Protégela, además, de toda aflicción y dolencia, de todo dolor y enfermedad y de todo lo que te sea detestable.

Tú estás en verdad por encima de todo lo que hay fuera de Ti. Tú eres verdaderamente el que cura, el que todo lo satisface, el que preserva, el que siempre perdona, el Más Misericordioso.

Bahá'u'lláh

¡Oh Dios, mi Dios! Yo te pido por el océano de tu curación, por el resplandor del sol de tu gracia y por tu Nombre -por el cual sometiste a tus siervos- y por el poder penetrante de tu muy exaltada Palabra y la potencia de tu muy augusta Pluma, por tu misericordia -que ha precedido la creación de todos los que están en el cielo y en la tierra- que me purifiques con las aguas de tu generosidad de toda aflicción y dolencia y de toda debilidad y flaqueza.

Tú ves, oh mi Señor, a tu suplicante esperando a la puerta de tu munificencia y a quien ha puesto sus esperanzas en Ti aferrándose al cordón de tu generosidad. Te suplico no le niegues aquello que solicita del océano de tu gracia y del sol de tu amorosa bondad.

Poderoso eres Tú para hacer lo que te place. No hay otro Dios sino Tú, el que siempre perdona, el Más Generoso.

Bahá'u'lláh

¡Gloria sea a Ti, oh Señor mi Dios! Te imploro por tu Nombre -por el cual elevaste las enseñas de tu guía, derramaste el resplandor de tu cariñosa bondad y revelaste la soberanía de tu señorío; por el cual la lámpara de tus nombres ha aparecido en la hornacina de tus atributos y Aquel que es el tabernáculo de tu unidad y la manifestación del desprendimiento ha resplandecido; por el cual se han hecho conocer los caminos de tu guía y se han delineado los senderos de tu complacencia; por el cual se han hecho temblar los cimientos del error y los signos de la perversidad han sido abolidos; por el cual brotaron las fuentes de la sabiduría y la mesa celestial fue enviada; por el cual preservaste a tus siervos y conferiste tu curación; por medio del cual Tú manifestaste tus tiernas mercedes a tus siervos y revelaste tu perdón entre tus criaturas- te imploro que cuides a quien ha permanecido firme y se ha vuelto hacia Ti, se ha aferrado a tu misericordia y se ha asido al borde de tu cariñosa providencia. Envíale, pues, tu curación, sánalo y dótale de una constancia otorgada por Ti y una tranquilidad conferida por tu majestad.

Tú eres verdaderamente el que cura, el que preserva, el que ayuda, el Todopoderoso, el Potentísimo, el Todo Glorioso, el Omnisciente.

Bahá'u'lláh
Oración de curación larga

Se trata de una oración muy especial para enfermos graves. Tanto las invocaciones que varían como el verso que se repite deben ser recitados por la misma persona, de forma lenta y meditativa.

Él es el Sanador, el Suficiente, el Auxiliador, el que todo lo Perdona, el Todo Misericordioso.

¡Yo te invoco a Ti, el Exaltado, el Fiel, el Glorioso!

¡Tú eres el que satisface, el que cura, el que permanece, oh Tú el Perdurable!

¡Yo te invoco a Ti, oh Soberano, Creador y Juez!

¡Tú eres el que satisface, el que cura, el que permanece, oh Tú el Perdurable!

¡Yo te invoco a Ti, el Incomparable, el Eterno, el õnico!

¡Tú eres el que satisface, el que cura, el que permanece, oh Tú el Perdurable!

¡Yo te invoco a Ti, el Más Alabado, el Santificado, el Auxiliador!

¡Tú eres el que satisface, el que cura, el que permanece, oh Tú el Perdurable!

¡Yo te invoco a Ti, el Omnisciente, el Más Sabio, el Más Grande!

¡Tú eres el que satisface, el que cura, el que permanece, oh Tú el Perdurable!

¡Yo te invoco a Ti, el Clemente, el Majestuoso, el Ordenador!

¡Tú eres el que satisface, el que cura, el que permanece, oh Tú el Perdurable!

¡Yo te invoco a Ti, el Bienamado, el Deseado, el Extasiado!

¡Tú eres el que satisface, el que cura, el que permanece, oh Tú el Perdurable!

¡Yo te invoco a Ti, el Más Poderoso, el Sustentador, el Potente!

¡Tú eres el que satisface, el que cura, el que permanece, oh Tú el Perdurable!

¡Yo te invoco a Ti, el Gobernante, el Subsistente, el Omnisciente!

¡Tú eres el que satisface, el que cura, el que permanece, oh Tú el Perdurable!

¡Yo te invoco a Ti, oh Espíritu, oh Luz, oh Tú el Más Manifiesto!

¡Tú eres el que satisface, el que cura, el que permanece, oh Tú el Perdurable!

¡Yo te invoco a Ti, el Frecuentado por todos, el Conocido de todos, el Escondido de todos!

¡Tú eres el que satisface, el que cura, el que permanece, oh Tú el Perdurable!

¡Yo te invoco a Ti, el Oculto, el Triunfante, el Donador!

¡Tú eres el que satisface, el que cura, el que permanece, oh Tú el Perdurable!

¡Yo te invoco a Ti, el Todopoderoso, el Auxiliador, el Encubridor!

¡Tú eres el que satisface, el que cura, el que permanece, oh Tú el Perdurable!

¡Yo te invoco a Ti, el Modelador, el Saciador, el Desarraigador!

¡Tú eres el que satisface, el que cura, el que permanece, oh Tú el Perdurable!

¡Yo te invoco a Ti, el que levantas, el que reúnes, el que exaltas!

¡Tú eres el que satisface, el que cura, el que permanece, oh Tú el Perdurable!

¡Yo te invoco a Ti, el Perfeccionador, el Desencadenado, el Munífico!

¡Tú eres el que satisface, el que cura, el que permanece, oh Tú el Perdurable!

¡Yo te invoco a Ti, el Benéfico, el Mantenedor, el Creador!

¡Tú eres el que satisface, el que cura, el que permanece, oh Tú el Perdurable!

¡Yo te invoco a Ti, el Más Sublime, el Bello, el Dadivoso!

¡Tú eres el que satisface, el que cura, el que permanece, oh Tú el Perdurable!

¡Yo te invoco a Ti, el Justo, el Afable, el Generoso!

¡Tú eres el que satisface, el que cura, el que permanece, oh Tú el Perdurable!

¡Yo te invoco a Ti, el que todo lo apremia, el que siempre permanece, el Más Conocedor!

¡Tú eres el que satisface, el que cura, el que permanece, oh Tú el Perdurable!

¡Yo te invoco a Ti, el Magnífico, el Antiguo de los Días, el Magnánimo!

¡Tú eres el que satisface, el que cura, el que permanece, oh Tú el Perdurable!

¡Yo te invoco a Ti, el Resguardado, el Señor de Júbilo, el Deseado!

¡Tú eres el que satisface, el que cura, el que permanece, oh Tú el Perdurable!

¡Yo te invoco a Ti, el Bondadoso con todos, el Compasivo con todos, el Más Benevolente!

¡Tú eres el que satisface, el que cura, el que permanece, oh Tú el Perdurable!

¡Yo te invoco a Ti, el Refugio para todos, el Abrigo para todos, el Todo Protector!

¡Tú eres el que satisface, el que cura, el que permanece, oh Tú el Perdurable!

¡Yo te invoco a Ti, el Auxiliador de todos, el Invocado por todos, el Vivificador!

¡Tú eres el que satisface, el que cura, el que permanece, oh Tú el Perdurable!

¡Yo te invoco a Ti, el Revelador, el Asolador, el Más Clemente!

¡Tú eres el que satisface, el que cura, el que permanece, oh Tú el Perdurable!

¡Yo te invoco a Ti, mi Alma, mi Bienamado, mi Fe!

¡Tú eres el que satisface, el que cura, el que permanece, oh Tú el Perdurable!

¡Yo te invoco a Ti, el Saciador de Sed, el Señor Trascendente, el Más Precioso!

¡Tú eres el que satisface, el que cura, el que permanece, oh Tú el Perdurable!

¡Yo te invoco a Ti, el Recuerdo Más Grande, el Nombre Más Noble, el Sendero Más Antiguo!

¡Tú eres el que satisface, el que cura, el que permanece, oh Tú el Perdurable!

¡Yo te invoco a Ti, el Más Loado, el Más Sagrado, Tú el Santificado!

¡Tú eres el que satisface, el que cura, el que permanece, oh Tú el Perdurable!

¡Yo te invoco a Ti, el Desligador, el Consejero, el Libertador!

¡Tú eres el que satisface, el que cura, el que permanece, oh Tú el Perdurable!

¡Yo te invoco a Ti, el Amigo, el Médico y el Cautivador!

¡Tú eres el que satisface, el que cura, el que permanece, oh Tú el Perdurable!

¡Yo te invoco a Ti, oh Gloria y Belleza, oh Bondadoso!

¡Tú eres el que satisface, el que cura, el que permanece, oh Tú el Perdurable!

¡Yo te invoco a Ti, el Más Confiable, el Mejor Amante, el Señor de la Alborada!

¡Tú eres el que satisface, el que cura, el que permanece, oh Tú el Perdurable!

¡Yo te invoco a Ti, el que enciende, el que da brillo, el que trae las delicias!

¡Tú eres el que satisface, el que cura, el que permanece, oh Tú el Perdurable!

¡Yo te invoco a Ti, el Señor de Generosidad, el Más Compasivo, el Más Misericordioso!

¡Tú eres el que satisface, el que cura, el que permanece, oh Tú el Perdurable!

¡Yo te invoco a Ti, el Constante, el que da la vida, la Fuente de todo ser!

¡Tú eres el que satisface, el que cura, el que permanece, oh Tú el Perdurable!

¡Yo te invoco a Ti, el que penetra todas las cosas, el Dios que todo lo ve, el Señor de la Expresión!

¡Tú eres el que satisface, el que cura, el que permanece, oh Tú el Perdurable!

¡Yo te invoco a Ti, Manifiesto y sin embargo Oculto, no Visto y sin embargo Renombrado, el Observador buscado por todos!

¡Tú eres el que satisface, el que cura, el que permanece, oh Tú el Perdurable!

¡Yo te invoco a Ti, que das muerte a los amantes, oh Dios de Gracia para los Malvados!

¡Tú eres el que satisface, el que cura, el que permanece, oh Tú el Perdurable!

¡Oh Suficiente, yo te invoco a Ti, oh Suficiente!
¡Oh Sanador, yo te invoco a Ti, oh Sanador!

¡Oh Tú que permaneces, yo te invoco a Ti que permaneces!

¡Tú eres el que siempre permanece, oh Tú el Perdurable!

¡Santificado seas Tú, oh mi Dios! Yo te imploro por Tu Generosidad -por la que los portales de tu Munificencia y Gracia se abrieron de par en par, por la que el Templo de tu Santidad fue establecido sobre el trono de la eternidad- y por tu Misericordia -por la que Tú invitaste a todas las cosas creadas a la mesa de tus Mercedes y Dádivas- y por tu Gracia -por la que Tú respondiste en tu propio Yo con tu palabra "¡Sí!" de parte de todos los del cielo y de la tierra, en la hora en que tu Soberanía y tu Grandeza se revelaron al amanecer, cuando el poder de tu Dominio se manifestó-. Y nuevamente yo Te imploro por estos hermosísimos nombres, nobilísimos y sublimes atributos y por tu Más Exaltado Recuerdo, tu Belleza pura e inmaculada, tu Luz escondida en el Pabellón Más Oculto, tu Nombre, ataviado con el manto de la aflicción cada mañana y cada atardecer, que protejas al portador de esta bendita Tabla y a quien la recite y a quien la encuentre y a quien ande alrededor de la casa en que esté. Cura Tú, pues, mediante ella a cada enfermo, doliente y pobre de toda tribulación o pesar, de toda aflicción aborrecible y dolor, y guía Tú mediante ella a cualquiera que desee entrar en los senderos de tu guía y en los caminos de tu perdón y gracia.

Tú eres en verdad el Poderoso, el Todo Suficiente, el Sanador, el Protector, el Donador, el Compasivo, el Todo Generoso, el Todo Misericordioso.

Bahá'u'lláh
DESPRENDIMIENTO

Te ruego, oh mi Señor, me perdones por cualquier mención hecha aparte de la mención de Ti y por cualquier alabanza que no sea tu alabanza y por cualquier complacencia excepto la complacencia en tu cercanía y por cualquier placer que no sea el placer de la comunión contigo; por cualquier alegría fuera de tu amor y de tu complacencia y por todas las cosas que a mí me pertenecen y que no tienen relación contigo, oh Tú que eres el Señor de señores, quien provee los medios y quien abre las puertas.

Báb

¡Oh mi Dios, mi Señor y mi Maestro! Me he desprendido de mi familia y a través de Ti he buscado ser independiente de todos los que habitan en la tierra y estar siempre dispuesto a recibir lo que es digno a tus ojos. Concédeme todo el bien que me haga independiente de todo lo que no seas Tú y otórgame una porción más amplia de tus ilimitados favores. En verdad, Tú eres el Señor de gracia abundante.

Báb

Yo te imploro ¡oh mi Señor! por tu Nombre, cuyos resplandores han circundado la tierra y los cielos, que me ayudes de modo tal que renuncie a mi voluntad por aquello que Tú has decretado en tus Tablas y deje de hallar dentro de mí cualquier deseo, excepto aquello que Tú deseas, por medio del poder de tu soberanía, y otra voluntad salvo aquella que Tú has destinado para mí por tu voluntad.

Bahá'u'lláh

Muchos corazones yertos, oh mi Dios, se han encendido con el fuego de tu Causa y muchos que estaban dormidos han sido despertados por la dulzura de tu voz. ¡Cuántos son los extraños que han buscado abrigo a la sombra del árbol de tu unicidad y cuán numerosos son los sedientos que han anhelado en tus días la fuente de tu agua de vida!

Bendito es aquel que se ha dirigido hacia Ti y se ha apresurado a alcanzar la aurora de las luces de tu semblante. Bendito es aquel que con todo su afecto se ha vuelto hacia el alba de tu Revelación y el manantial de tu inspiración. Bendito es aquel que ha gastado en tu sendero lo que Tú le conferiste por tu generosidad y favor. Bendito es aquel que en su gran anhelo por Ti ha desechado todo menos a Ti. Bendito es aquel que ha gozado de comunión íntima contigo y se ha desligado de todo apego a otro que no seas Tú.

Yo te imploro, oh mi Señor, por Aquel que es tu Nombre -quien mediante la fuerza de tu soberanía y poder se ha elevado sobre el horizonte de su prisión- que ordenes para cada cual aquello que es digno de Ti y corresponde a tu exaltación.

En verdad tu poder es suficiente para todo.
Bahá'u'lláh

No sé, oh mi Dios, qué fuego es el que Tú encendiste en tu dominio. La tierra no podrá nunca nublar su resplandor ni el agua apagar su llama. Todos los pueblos del mundo son impotentes para resistir su fuerza. Grande es la bendición de quien se ha acercado a él y ha oído su fragor.

A algunos, oh mi Dios, les permitiste que se aproximaran a él mediante tu gracia fortalecedora; en tanto que a otros los retuviste en razón de lo que sus manos han hecho en tus días. Quienquiera que se haya apresurado y llegado a él, ha entregado su vida en tu sendero en su afán por contemplar tu belleza y ha ascendido a Ti enteramente desprendido de todo excepto de Ti.

Te imploro, oh mi Señor, por este Fuego que ruge llameante en el mundo de la creación, que desgarres los velos que me han impedido presentarme ante el trono de tu Majestad y permanecer a la entrada de tu puerta. Ordena para mí, oh mi Señor, todo lo bueno que Tú has enviado en tu Libro y no me permitas estar lejos del asilo de tu Misericordia.

Potente eres para hacer lo que te place. Tú eres verdaderamente el Omnipotente, el Más Generoso.

Bahá'u'lláh

¡Alabado sea tu Nombre, oh mi Dios! Te imploro por las fragancias de la vestidura de tu gracia -las que por tu mandato y en conformidad con tu deseo fueron difundidas por toda la creación- y por el sol de tu voluntad -que ha resplandecido mediante la fuerza de tu poder y soberanía sobre el horizonte de tu misericordia- que borres de mi corazón toda vana fantasía y ociosa imaginación para que con todo mi afecto me vuelva hacia Ti, oh Señor de toda la humanidad.

Soy tu siervo y el hijo de tu siervo, oh mi Dios. Me he aferrado al asidero de tu Gracia y me he asido al cordón de tu tierna misericordia. Ordena para mí las cosas buenas que son tuyas y aliméntame de la mesa que Tú enviaste desde las nubes de tu bondad y desde el cielo de tu favor.

Tú eres en verdad el Señor de los mundos y el Dios de todos los que están en el cielo y de todos los que están en la tierra.

Bahá'u'lláh

¡Alabado seas Tú, oh Señor mi Dios! Soy aquel que ha buscado el augusto designio de tu voluntad y ha dirigido sus pasos hacia el umbral de tus gracias. Yo soy aquel que ha dejado todo para cobijarse bajo tu abrigo, que ha vuelto su rostro hacia el Tabernáculo de tu Revelación y hacia el Santuario de tu Gloria. Yo te suplico, oh mi Señor, por tu llamamiento -mediante el cual los que reconocieron tu unidad han buscado el abrigo de tu muy bondadosa providencia y los sinceros han huído de ellos mismos para volverse hacia tu Nombre, el Excelente, el Glorioso, por el cual tus versículos han sido enviados, tu palabra cumplida y tu prueba manifiesta- yo te suplico me concedas el favor de ser contado entre los que han bebido de las manos de tu bondadosa providencia el vino de la verdadera vida y que se han despojado, en tu sendero, de todo lazo con tus criaturas y que han sido exaltados con tu incalculable sabiduría, y que con tu alabanza en los labios y tu recuerdo en el corazón se han apresurado a ofrecerse en los campos de la inmolación. Envíame además, oh mi Dios, aquello que me purifique de todo aquello que no es de Ti y líbrame de tus enemigos que han rehusado creer en tus signos.

Poderoso eres Tú para hacer lo que te place. No hay otro Dios más que Tú, el que ayuda en el peligro, el que subsiste por Sí mismo.

Bahá'u'lláh
¡Él es el Bondadoso, el Todo Generoso!

¡Oh Dios, mi Dios! Tu llamamiento me ha atraído y la voz de tu pluma de gloria me ha despertado. El torrente de tu Sagrada Palabra me ha arrobado y el vino de tu inspiración me ha extasiado. Tú me ves, oh Señor, desprendido de todo menos de Ti, aferrándome al cordón de tu munificencia y anhelando las maravillas de tu gracia. Te pido, por las olas eternas de tu cariñosa bondad y por las luces brillantes de tu tierno cuidado y favor, que me confieras aquello que me acerque a Ti y me enriquezca con tu riqueza. Mi lengua, mi pluma, todo mi ser atestiguan tu fuerza, tu poder, tu gracia y tu munificencia, que Tú eres Dios y no hay Dios sino Tú, el Fuerte, el Poderoso.

Soy testigo en este momento, oh mi Dios, de mi impotencia y de tu soberanía, de mi debilidad y de tu poder. Yo no sé lo que me beneficia o lo que me daña; Tú verdaderamente eres el Omnisciente, el Sapientísimo. Decreta para mí, oh Señor mi Dios y mi Maestro, aquello que hará que me sienta conforme con tu eterno decreto y me haga prosperar en cada uno de tus mundos. Tú eres en verdad el Bondadoso, el Generoso.

¡Señor! No me apartes del océano de tu riqueza y del cielo de tu misericordia. Y ordena para mí el bien de este mundo y del venidero. Verdaderamente Tú eres el Señor de la sede de misericordia entronizado en las alturas. No hay otro Dios sino Tú, el õnico, el Omnisciente, el Sapientísimo.

Bahá'u'lláh

¡Oh Señor! Ayúdame a ser humilde y sumiso. Dame fuerzas para desprenderme de todas las cosas y asirme al borde del manto de tu gloria; para que mi corazón pueda llenarse de tu amor y no quede espacio para el amor mundano ni para las ataduras de sus cualidades.

En verdad Tú eres misericordioso y en verdad Tú eres el Generoso, el que ayuda.

'Abdu'l-Bahá

¡Oh Dios, mi Dios! ¡Tú eres mi esperanza y mi amado, mi más elevado propósito y deseo! Con gran humildad y entera devoción te suplico que me hagas un minarete de tu amor en tu región, una lámpara de tu conocimiento entre tus criaturas y un estandarte de divina generosidad en tu dominio.

Cuéntame entre aquellos siervos tuyos que se han desprendido de todo menos de Ti, se han santificado de todas las cosas pasajeras de este mundo y se han librado de las insinuaciones de los voceadores de vanas fantasías.

Haz que mi corazón se dilate de alegría con el espíritu de confirmación de tu reino e ilumina mis ojos al ver las huestes de la divina asistencia descendiendo una tras otra sobre mí desde el reino de tu omnipotente gloria.

Tú eres en verdad el Todopoderoso, el Todo Glorioso, el Fuerte.

'Abdu'l-Bahá

¡Oh mi Dios, oh mi Dios! Gloria a Ti por cuanto me has confirmado para reconocer tu unicidad, me has atraído hacia la palabra de tu individualidad, me has encendido con el fuego de tu amor y has hecho que me ocupe de tu mención y del servicio a tus amigos y siervas.

Oh Señor, ayúdame a ser humilde y sumiso y fortaléceme para que pueda desligarme de todas las cosas y asirme al borde del manto de tu gloria, de modo que mi corazón se llene con tu amor sin dejar lugar para el amor al mundo y el apego a sus cualidades.

¡Oh Dios! Santifícame de todo menos de Ti, purifícame de la escoria de pecados y transgresiones y haz que posea un corazón y una conciencia espirituales.

Verdaderamente Tú eres misericordioso y verdaderamente Tú eres el Más Generoso, cuya ayuda es deseada por todos los hombres.

'Abdu'lBahá

¡Oh Dios, mi Dios! Lléname la copa del desprendimiento de todas las cosas y regocíjame con el vino del amor a Ti en la asamblea de tus esplendores y tus dádivas. Líbrame de los asaltos de la pasión y del deseo, arranca de mí los grillos de este mundo inferior, atráeme con arrobamiento a tu dominio celestial y vivifícame entre tus siervas con los hálitos de tu santidad.

¡Oh Señor! Haz brillar mi rostro con las luces de tus dádivas, ilumina mis ojos con la contemplación de los signos de tu poder todo subyugador; deleita mi corazón con la gloria de tu conocimiento que envuelve todas las cosas, alegra mi alma con tus vivificantes nuevas de gran felicidad. ¡Oh Tú, Rey de este mundo y del Reino de lo alto! ¡Oh Tú, Señor del dominio y del poder! Que pueda yo difundir por doquier tus signos y señales, proclamar tu Causa, promover tus Enseñanzas, servir a tu Ley y exaltar tu Palabra.

Verdaderamente Tú eres el Poderoso, el Siempre Otorgador, el Dispuesto, el Omnipotente.

'Abdu'l-Bahá
DÍAS INTERCALARES

Los Días Intercalares, del 26 de Febrero al 1 de Mirza inclusive, deben ser días de preparación para el Ayuno, días de hospitalidad, caridad y obsequio de regalos.

¡Mi Dios, mi fuego y mi luz! Han comenzado los días que Tú has designado en tu Libro como los Ayyám-i-Ha (1), oh Tú, que eres el Rey de los nombres, y se aproxima el ayuno que tu exaltadísima Pluma ha ordenado observar a todos los que están en el cielo de tu creación. Te suplico, oh mi Señor, por estos días y por todos aquellos que durante este período se han asido al cordón de tus mandamientos y se han aferrado al asidero de tus preceptos, que concedas que le sea asignado a cada alma un sitio dentro de los recintos de tu corte y un lugar ante la revelación de los resplandores de la luz de tu semblante.

Estos son, oh mi Señor, tus siervos a quienes ninguna inclinación corrupta ha apartado de lo que Tú enviaste en tu Libro. Ellos se han inclinado ante tu Causa y han recibido tu Libro con esa resolución que ha nacido de Ti y han observado lo que Tú les prescribiste y han optado por seguir lo que Tú les enviaste.

Tú ves, oh mi Señor, cómo han reconocido y admitido todo lo que Tú has revelado en tus Escrituras. Dales de beber, oh mi Señor, con las manos de tu gracia, las aguas de tu eternidad. Decreta para ellos, entonces, la recompensa ordenada para aquel que se ha sumergido en el océano de tu presencia y ha logrado el vino escogido de tu encuentro.

Te imploro, oh Tú, Rey de reyes y Compadecedor de los oprimidos, que ordenes para ellos el bien de este mundo y del mundo venidero. Decreta para ellos así mismo lo que ninguna de tus criaturas ha descubierto y cuéntales entre aquellos que han circulado

en tu derredor y rodean tu trono en cada mundo de tus mundos.

Tú eres verdaderamente el Todopoderoso, el Omnisciente, el Informado de todo.

Bahá'u'lláh
DIFUNTOS

Permite, oh mi Señor, que aquellos que han ascendido hacia Ti puedan dirigirse a Aquel quien es el más Exaltado Compañero y puedan habitar a la sombra del tabernáculo de tu majestad y el santuario de tu gloria. Rocía sobre ellos, oh mi Señor, del océano de tu perdón, aquello que los haga dignos de habitar, tanto tiempo como dure tu soberanía, dentro de tu muy exaltado reino y tu altísimo dominio.

Potente eres Tú para hacer lo que te place.
Bahá'u'lláh

¡Gloria sea a Ti, oh Señor mi Dios! No humilles a quien Tú has exaltado mediante el poder de tu soberanía eterna y no alejes de Ti a quien Tú has hecho entrar en el tabernáculo de tu eternidad. ¿Rechazarás, oh mi Dios, a quien Tú has protegido con tu soberanía y apartarás de Ti, oh mi deseo, a aquel para quien Tú has sido un refugio? ¿Podrás degradar a quien Tú has elevado u olvidar a quien Tú permitiste que te recordara?

¡Tú eres glorificado, inmensamente glorificado! Tú eres Aquel que desde siempre ha sido el Rey de toda la creación y su Fuerza Primordial; y eternamente permanecerás como el Señor y el Ordenador de todo lo creado. ¡Glorificado eres Tú, oh mi Dios! Si dejases de ser misericordioso con tus siervos ¿quién entonces sería misericordioso con ellos? Y si rehusaras socorrer a tus amados ¿quién entonces podría socorrerlos?

¡Tú eres glorificado, inmensamente glorificado! Tú eres adorado en tu verdad y a Ti ciertamente te veneramos todos. Tú estás manifiesto en tu justicia y a Ti verdaderamente te atestiguamos todos. Tú eres en verdad amado en tu gracia. No hay Dios sino Tú, el que ayuda en el peligro, el que subsiste por Sí mismo.

Bahá'u'lláh

Di: ¡Oh Dios, mi Dios! Tú has confiado a mi cuidado un tesoro que te pertenece y ahora, de acuerdo con el agrado de tu voluntad, pides que éste vuelva a Ti. No es que yo, que soy una sierva tuya, diga a qué viene esto o por qué motivo ha ocurrido, ya que Tú eres glorificado en todos tus actos y debes ser obedecido en tus decretos. Tu sierva, oh mi Señor, ha puesto sus esperanzas en tu gracia y generosidad. Permítele obtener aquello que le acerque a Ti y le sea provechoso en cada uno de tus mundos. Tú eres el que perdona, el Todo Generoso. No existe otro Dios más que Tú, el que ordena, el Antiguo de los Días.

Bahá'u'lláh
ORACIÒN PARA EL ENTIERRO

Cuando se lea esta oración en un acto fúnebre Bahá'í deberán permanecer de pie todos los presentes.

Si se refiere a una mujer se dirá: "Esta es tu sierva y la hija de tu sierva..."

¡Oh mi Dios! Este es tu siervo y el hijo de tu siervo que ha creído en Ti y en tus signos y ha vuelto su rostro hacia Ti, completamente desprendido de todo excepto de Ti. Tú eres verdaderamente de los que muestran misericordia, el Más Misericordioso.

Trátalo, oh Tú que perdonas los pecados de los hombres y encubres sus faltas, como corresponde al cielo de tu munificencia y al océano de tu gracia. Concédele tu admisión en los recintos de tu trascendente Misericordia que es anterior a la creación del cielo y la tierra. No hay Dios sino Tú, el que siempre perdona, el Más Generoso.

Luego se repite seis veces el saludo "Alláh'u'Abhá" y después se repite diecinueve veces cada uno de los siguientes versos:

- Todos en verdad adoramos a Dios.
- Todos en verdad nos inclinamos ante Dios.
- Todos en verdad estamos consagrados a Dios
- Todos en verdad damos alabanza a Dios.
- Todos en verdad damos gracias a Dios.
- Todos en verdad somos pacientes ante Dios.
Bahá'u'lláh

¡Él es Dios! ¡Exaltado sea Él, Señor de amorosa bondad y generosidad!

¡Gloria sea a Ti, oh mi Dios, Señor Omnipotente! Soy testigo de tu omnipotencia y poder, de tu soberanía y amorosa bondad, de tu gracia y fuerza, de la unicidad de tu Ser y la unidad de tu Esencia, de tu Santidad y exaltación sobre el mundo de la existencia y todo cuanto hay en él.

¡Oh mi Dios! Tú me ves desprendido de todo, salvo de Ti, aferrándome a Ti y volviéndome hacia el océano de tu generosidad, el cielo de tu favor y el sol de tu gracia.

¡Señor! Soy testigo de que has confiado tu depósito a tu siervo y éste es el espíritu con el que Tú has dado vida al mundo.

Te pido, por el resplandor del Sol de tu Revelación, que aceptes misericordiosamente aquello que ha realizado en tus días. Concédele, entonces, que pueda ser investido con la gloria de tu beneplácito y adornado con tu aceptación.

¡Oh mi Señor! Yo mismo y todo lo creado somos testigos de tu poder. Te ruego que no alejes de Ti a este espíritu que ha ascendido hacia Ti, hacia tu morada celestial, hacia tu exaltado Paraíso y hacia el retiro de tu cercanía, oh Tú que eres el Señor de todos los hombres.

Permite, entonces, oh mi Dios, que tu siervo pueda asociarse con tus elegidos, tus santos y tus Mensajeros, en esas moradas celestiales que ninguna pluma puede describir ni lengua alguna relatar.

¡Oh mi Señor! Verdaderamente el pobre se ha apresurado hacia el Reino de tu Riqueza, el forastero hacia su hogar dentro de tus recintos, el sediento hacia el río celestial de tu Munificencia. No lo prives, oh Señor, de su porción del banquete de tu gracia ni del favor de tu generosidad. ¡Tú eres en verdad el Todopoderoso, el Benévolo, el Todo Generoso!

¡Oh mi Dios! Tu depósito ha sido devuelto a Ti. Corresponde a tu gracia y a tu generosidad, que circundan tus dominios sobre la tierra y el cielo, conceder a tu recién llegado tus dádivas, tus dones y los frutos del árbol de tu gracia. Potente eres para hacer tu voluntad. No hay Dios sino Tú, el Benévolo, el Más Generoso, el Compasivo, el Conferidor, el Perdonador, el Apreciado, el Omnisciente.

Testifico, oh mi Señor, que Tú has ordenado a los hombres honrar a su huésped; por tanto quien ha ascendido hacia Ti, ha llegado verdaderamente hasta Ti y ha alcanzado tu presencia, trátalo entonces según tu gracia y generosidad. Por tu gloria, sé con certeza que Tú no dejarás de hacer aquello que Tú encomendaste a tus siervos, ni excluirás a quien se ha asido al cordón de tu bondad y ha ascendido hacia la aurora de tu riqueza.

No hay Dios sino Tú, el Uno, el õnico, el Poderoso, el Omnisciente, el Generoso.

Bahá'u'lláh

¡Oh mi Dios! ¡Oh Tú perdonador de los pecados, el que confiere los dones, el que disipa las aflicciones!

Verdaderamente te suplico que perdones los pecados de quienes han abandonado su vestidura física y han ascendido al mundo espiritual.

¡Oh mi Señor! Purifícalos de sus transgresiones, disipa sus tristezas y cambia su oscuridad en luz. Permítelos entrar en el jardín de la felicidad, límpialos con el agua purísima y concédeles que puedan contemplar tus resplandores sobre el monte más sublime.

'Abdu'l-Bahá

¡Oh Tú, Señor perdonador! Aunque algunas almas hayan terminado los días de su vida en la ignorancia, estuvieran apartadas y fueran egoístas, sin embargo, el océano de tu perdón es, en verdad, capaz de redimir y liberar a los pecadores con una sola de sus olas. Tú redimes a quien deseas y privas a quien no deseas redimir. Si nos trataras con justicia, todos seríamos pecadores y mereceríamos ser privados; y si quisieras dispensar misericordia, todo pecador sería purificado y todo extraño se transformaría en amigo. Por ello perdona, indulta y derrama tu misericordia sobre todos. ¡Tú eres el Perdonador, el Conferidor de luz y el Compasivo!

'Abdu'l-Bahá

¡Oh mi Dios! ¡Oh mi Dios! Este tu siervo, humilde ante la majestad de tu divina preeminencia, sumiso ante la puerta de tu unicidad, ha creído verdaderamente en Ti y en tus versículos, ha atestiguado tu palabra, ha sido encendido con el fuego de tu amor, ha sido sumergido en las profundidades del océano de tu conocimiento, ha sido atraído por tus brisas, ha confiado en Ti, ha vuelto su rostro hacia Ti, ha ofrecido sus súplicas a Ti y le han sido asegurados tu perdón y clemencia. Ha abandonado esta vida mortal y ha volado hacia el Reino de la inmortalidad, anhelando el favor de encontrarse contigo.

¡Oh Señor! Glorifica su posición, cobíjale en el pabellón de tu suprema misericordia, hazle entrar en tu glorioso paraíso y perpetúa su existencia en tu exaltada rosaleda, para que pueda arrojarse en tu mar de luz en el mundo de los misterios.

Verdaderamente Tú eres el Generoso, el Poderoso, el Perdonador y el Conferidor.

'Abdu'l-Bahá
ENSEÑANZA

¡Oh Señor! Permite que los pueblos de la tierra sean admitidos en el Paraíso de tu Fe, para que ningún ser creado pueda quedarse fuera de los límites de tu complacencia.

Desde tiempo inmemorial Tú has sido potente para hacer lo que Te place y superior a todo lo que Tú desees.

Báb

En el nombre de Dios, el Vencedor de los más victoriosos, proclamo que Dios ayudará a todos aquellos que se levanten para servirle.

Nadie tiene poder para privarle de su majestad, de su dominio y de su soberanía.

Pues en el cielo y en la tierra y en todos

los reinos de Dios Él es el Victorioso y el Conquistador.

Báb

¡Oh Dios! Abre la puerta. Provee los medios; haz seguro el sendero; muéstranos el camino, a fin de que podamos ser guiados hacia aquellas almas cuyos corazones has preparado para la Causa y que ellas puedan ser guiadas hacia nosotros.

Tú eres el Misericordioso, el Más Generoso, el Todopoderoso.

Bahá'u'lláh

La oscuridad ha envuelto a todos los pueblos, oh mi Dios, y ha hecho temblar a la mayoría de tus siervos. Te suplico, por tu Nombre Más Grande, que hagas surgir en cada ciudad una nueva creación que se vuelva hacia Ti, te recuerde entre tus siervos, despliegue por virtud de sus palabras y sabiduría las enseñas de tu victoria y se desprenda de todas las cosas creadas.

Potente eres Tú para hacer lo que te place. No hay Dios sino Tú, el Omnipotente, cuya ayuda todos los hombres imploran.

Bahá'u'lláh

¡Alabado sea tu Nombre, oh Señor mi Dios! Yo te suplico por tu Nombre -mediante el cual la hora ha sonado, la resurrección se ha realizado, el espanto y temblor se han apoderado de todos los que existen en el cielo y en la tierra- que hagas llegar desde tu cielo de misericordia y desde las nubes de tu tierna compasión aquello que causará el regocijo de los corazones de tus siervos que se han vuelto hacia Ti y que han ayudado a promulgar tu Causa.

¡Oh mi Señor! Protege a tus siervos de los dardos de las fantasías inútiles y de las ociosas imaginaciones y dales de beber, con tu mano de gracia, de las dulces aguas de tu saber.

Verdaderamente Tú eres el Todopoderoso, el Más Exaltado, el que siempre perdona, el Más Generoso.

Bahá'u'lláh

¡Oh Tú, Señor de lo visible y lo invisible, e iluminador de toda la creación! Te imploro por tu soberanía, que está oculta a los ojos de los hombres, que reveles en toda dirección los signos de tus múltiples bendiciones y las muestras de tu amorosa bondad, para que pueda levantarme con regocijo y arrobamiento y exaltar tus maravillosas virtudes, oh Tú el Más Misericordioso, conmover mediante tu Nombre todas las cosas creadas y encender a tal punto el fuego de tu glorificación entre tus criaturas, que todo el mundo se llene con el resplandor de la luz de tu Gloria y toda la existencia se inflame con el fuego de tu Causa.

No recojas, oh mi Señor, lo que ha sido extendido en tu Nombre, ni extingas la lámpara que tu propio fuego ha encendido. No impidas, oh mi Señor, que fluya el agua que es la vida misma, agua en cuyo murmullo pueden escucharse las maravillosas melodías que te ensalzan y glorifican. No niegues, además, a tus siervos la dulce fragancia del hálito que ha sido exhalado por tu amor.

¡Oh Tú que eres mi amado todo glorioso! Tú ves las olas inquietas que se agitan en el océano de mi corazón, en mi amor y anhelo hacia Ti. Te imploro, por los signos de tu majestad y las evidencias de tu soberanía, que sometas a tus siervos por este Nombre que Tú has hecho el rey de todos los nombres en el reino de tu creación. Potente eres Tú para gobernar como te place. No hay Dios sino Tú, el Todo Glorioso, el Todo Munífico.

Ordena, además, para todo aquel que se ha vuelto hacia Ti, lo que le hará firme en tu Causa, de modo que ni las ociosas imaginaciones de los infieles entre tus criaturas, ni las vanas palabras de los perversos entre tus siervos, tengan el poder de apartarlos de Ti. Tú eres verdaderamente el que ayuda en el peligro, el Todopoderoso, el Omnipotente.

Bahá'u'lláh

¡Gloria a Ti, oh Señor del mundo y Deseo de las naciones! ¡Oh Tú que te has hecho manifiesto en el Nombre Más Grande con el cual las perlas de la sabiduría y expresión han aparecido de las conchas del gran mar de tu Conocimiento y los cielos de la Divina Revelación han sido adornados con la luz de la aparición del Sol de tu Semblante!

Yo te pido, por esa Palabra mediante la cual tu prueba fue hecha perfecta entre tus criaturas y tu testimonio fue cumplido entre tus siervos, que fortalezcas a tu pueblo en aquello que haga irradiar la faz de la Causa en tu dominio y que haga establecer los estandartes de tu Poder entre tus siervos y levantar los pendones de tu guía por todos tus dominios.

¡Oh mi Señor! Tú los ves asirse del cordón de tu gracia y del borde del manto de tu beneficencia. Ordena para ellos aquello que les acerque más a Ti y guárdalos de todo salvo de Ti.

Te pido, oh Tú, Rey de la existencia y Protector de lo visible e invisible, que hagas a quienquiera se levante a servir tu Causa como un mar movido por tu deseo, encendido con el fuego de tu Órbol Sagrado que brilla desde el horizonte del cielo de tu Voluntad. Verdaderamente Tú eres el Poderoso, a quien ni la potencia de todo el mundo ni la fuerza de las naciones pueden debilitar. No hay Dios sino Tú, el Uno, el Incomparable, el Protector, el que subsiste por Sí mismo.

Bahá'u'lláh

¡Exaltado sea tu Nombre, oh mi Dios! Ya que Tú me has hecho conocer esta Verdad, yo te suplico por tu Nombre -que ningún escrito puede sostener, que ningún corazón puede imaginar, ni lengua alguna puede expresar, un nombre que permanecerá oculto y será glorificado tanto tiempo como tu propia Esencia esté oculta y será glorificado tanto tiempo como tu propio Ser sea alabado- que despliegues, antes de que el presente año llegue a su término, las insignias de tu evidente autoridad y triunfo, para que la creación entera sea beneficiada por tu riqueza y exaltada por medio de la influencia ennoblecedora de tu trascendente soberanía y para que todos se levanten y promuevan tu Causa.

Tú eres en verdad el Omnipotente, el Altísimo, el Todo Glorioso, el que todo lo domina, el que todo lo posee.

Bahá'u'lláh

¡Alabado seas, oh Señor mi Dios! Te imploro por tu Nombre -que nadie ha reconocido dignamente y cuyo significado ningún alma ha podido sondear- y te suplico por Aquel que es la Fuente de tu Revelación y la Aurora de tus signos, que hagas de mi corazón un receptáculo de tu amor y de tu recuerdo. õnelo entonces a tu gran océano, para que de él emanen las aguas vivientes de tu sabiduría y los torrentes cristalinos de tu glorificación y alabanza.

Los miembros de mi cuerpo testifican tu unidad y el pelo de mi cabeza declara la fuerza de tu soberanía y poder. He permanecido ante la puerta de tu gracia con absoluta humildad y completa abnegación, me he asido al borde de tu munificencia y he fijado mis ojos en el horizonte de tus dádivas.

Destina para mí, oh mi Dios, lo que convenga a la grandeza de tu majestad y ayúdame con tu gracia fortalecedora a enseñar tu Causa de modo tal que los muertos salgan de sus tumbas y se precipiten hacia Ti, confiando plenamente en Ti y fijando su mirada en el oriente de tu Causa y el levante de tu Revelación.

Tú eres verdaderamente el Más Poderoso, el Altísimo, el Omnisciente, el Todo Sabio.

Bahá'u'lláh

¡Oh Dios, quien eres el Autor de todas las Manifestaciones, el Origen de todos los Orígenes, la Fuente Suprema de toda Revelación y el Manantial de toda Luz! Atestiguo que por tu Nombre el cielo de la comprensión ha sido adornado y el océano de la expresión se ha agitado y las dispensaciones de tu providencia han sido promulgadas a los seguidores de toda religión.

Yo te imploro que me enriquezcas a tal punto que pueda prescindir de todo salvo de Ti y no depender de nadie excepto de Ti.

Derrama entonces sobre mí, de las nubes de tu bondad, aquello que me beneficie en cada mundo de tus mundos. Ayúdame, entonces, mediante tu gracia fortalecedora, a servir de tal modo a tu Causa entre tus siervos, que pueda yo demostrar aquello que me haga ser recordado tanto como perdure tu propio reino y persista tu dominio.

Oh mi Señor, éste es tu siervo que se ha vuelto con todo su ser hacia el horizonte de tu munificencia, el océano de tu gracia y el cielo de tus dádivas. Procede conmigo como corresponde a tu Majestad, a tu Gloria, a tu Generosidad y a tu Gracia.

Tú eres en verdad el Dios de fuerza y poder, quien es capaz de contestar a aquellos que le invocan. No hay Dios sino Tú, el Omnisciente, el Sapientísimo.

Bahá'u'lláh

¡Gloria a Ti que eres el Señor de todos los mundos y el Amado de los que te han reconocido! Tú me ves sentado bajo una espada suspendida por un hilo y tú sabes que en tal estado yo no he faltado a mi deber hacia tu Causa: ni al esparcir tu alabanza, ni al proclamar tus perfecciones y declarar todo lo que Tú me has prescrito en tus tablillas.

Aunque la espada esté dispuesta a caer sobre mi cabeza, yo llamo a los que Tú amas con tales acentos que sus corazones son llevados hacia el horizonte de tu majestad y de tu grandeza.

Purifica sus oídos, oh mi Señor, para que oigan las dulces melodías que se han elevado desde la mano derecha del Trono de tu Gloria. ¡Juro por tu poder! Aquel que quisiera sintonizar sus oídos con esta armonía, volaría hasta el reino de tu Revelación, ese reino en el que todas las criaturas proclaman que Tú eres Dios y que no hay otro Dios más que Tú, el Omnipotente, el que ayuda en el peligro, el que subsiste por Sí mismo. Limpia, oh mi Dios, los párpados de tus siervos y arróbales hasta tal punto, con la dulzura de tus palabras, que las calamidades sean impotentes para impedirles volverse hacia Ti y dirigir sus miradas hacia el horizonte de tu Revelación.

Bahá'u'lláh

¡Oh Tú, Gloria del Más Glorioso! Concede que los pueblos alcancen la capacidad de recibir tus favores, que sus corazones puedan regocijarse por medio de tus buenas nuevas, que sus ojos vean la luz de la realidad y sus oídos escuchen la llamada del reino.

'Abdu'l-Bahá
¡Oh mi Glorioso Señor!

Ayúdame a reprimir toda inclinación irregular, a dominar toda pasión rebelde, a purificar todos los impulsos de mi conducta, a conformarme a esa humildad que ninguna provocación pueda descomponer, a tener aquella paciencia que ninguna aflicción pueda abrumar, aquella integridad que intereses egoístas no puedan sacudir, para que así esté yo capacitado para servirte y enseñar tu Palabra.

En verdad Tú eres el Poderoso, el Potente.
'Abdu'l-Bahá

¡Oh Dios, mi Dios! Ayuda a tus siervos a ser leales, a que posean un corazón amante y sensible. Asísteles para que difundan, entre todas las naciones de la tierra, la luz de guía que proviene del Concurso de lo Alto. En verdad Tú eres el Fuerte, el Potente, el Poderoso, el Todo Sojuzgador, el Eterno Dador. Verdaderamente Tú eres el Generoso, el Benévolo, el Afectuoso, el Más Munífico.

'Abdu'l-Bahá
ORACIONES DE LAS
TABLAS DEL PLAN DIVINO

¡Oh Tú, Dios incomparable! ¡Oh Tú, Señor del Reino! Estas almas son tu ejército celestial. Ayúdalas y hazlas victoriosas con las cohortes de la Compañía Suprema, a fin de que cada una de ellas se convierta como en un regimiento y conquiste estos países por medio del amor a Dios y la iluminación de las enseñanzas divinas.

¡Oh Dios! Sé Tú su apoyo y su ayuda, y en el desierto, en la montaña, en el valle, en los bosques, en las praderas y en los mares, sé Tú su confidente, a fin de que ellas puedan exclamar por medio del poder del Reino y el aliento del Espíritu Santo.

Verdaderamente Tú eres el Poderoso, el Fuerte y el Omnipotente, y Tú eres el Sabio, el que escucha y el que ve.

'Abdu'l-Bahá

Quienquiera que emprenda un viaje de enseñanza a cualquier lugar que recite esta oración día y noche durante sus viajes en el extranjero.

¡Oh Dios, mi Dios! Tú me ves enamorado y atraído hacia tu glorioso reino, encendido con el fuego de tu amor entre los hombres, como un heraldo de tu reino en estos vastos y extensos países, separado de todo menos de Ti, confiando en Ti, abandonando descanso y comodidad, alejado de mi tierra nativa, un errante en estas regiones, un forastero postrado, humilde ante tu exaltado umbral, sumiso ante el cielo de tu omnipotente gloria, suplicándote en el silencio de la noche y al amanecer, rogándote e invocándote mañana y tarde, para que bondadosamente me ayudes en el servicio de tu Causa, la promoción en el extranjero de tus enseñanzas y la exaltación de tu Palabra en el oriente y occidente de la tierra.

¡Oh Señor! Fortalece mi espalda y confírmame para que te sirva con todas mis fuerzas y no me dejes solo y abandonado en estos países.

¡Oh Señor! Asóciate conmigo en mi soledad y acompáñame en mis viajes por estas tierras extranjeras.

Verdaderamente Tú confirmas a quien quieres en lo que Tú deseas y en verdad Tú eres el Todopoderoso, el Omnipotente.

'Abdu'l-Bahá

¡Oh Dios, mi Dios! Tú ves qué lóbrega oscuridad está envolviendo a todas las regiones, cómo todos los países arden con la conflagración de la discordia y el fuego de la guerra, y la matanza está encendida en el oriente y el occidente de la tierra. Se derrama la sangre, los cuerpos yacen decapitados, esparcidas sus cabezas en el polvo del campo de batalla.

¡Oh Señor! Ten compasión de estos seres ignorantes y míralos con ojos misericordiosos y de perdón. Extingue este fuego para que se dispersen estas nubes tenebrosas que oscurecen el horizonte para que brille el Sol de la Realidad irradiando conciliación, para que se disipe esta intensa oscuridad y todos los paí

ses sean iluminados con las resplandecientes luces de la paz.

¡Oh Señor! Sácalos de las profundidades del mar del odio y la enemistad, líbralos de estas tinieblas impenetrables. Establece afinidad entre sus corazones e ilumina sus ojos con la luz de la paz y la reconciliación. Rescátalos de las profundidades de la guerra y la matanza y arráncalos de la oscuridad del error. Rasga el velo de sus ojos y anima sus corazones con la luz de guía. Trátalos con tu tierna gracia y misericordia y no según tu justicia e ira que hacen temblar a los fuertes.

¡Oh Señor! Las guerras se han prolongado. La calamidad y la angustia han aumentado y cada región floreciente ha quedado en ruinas.

¡Oh Señor! Los corazones están agitados y las almas convulsas. Ten piedad de estos pobres seres y no les permitas excederse en sus propios deseos.

¡Oh Señor! Haz que se manifiesten en tus países almas humildes y sumisas que, con rostros iluminados por los rayos de guía, desprendidos del mundo, exaltando tu Nombre y pronunciando tu alabanza, difundan las fragancias de tu Santidad entre la humanidad.

¡Oh Señor! Fortalece y refuerza sus espaldas y dilata sus pechos con los signos más grandes de tu amor.

¡Oh Señor! Verdaderamente son débiles y Tú eres el Poderoso, el Fuerte; ellos son impotentes y Tú eres el que ayuda, el Misericordioso.

¡Oh Señor! El océano de la transgresión está agitado y estas tempestades no se calmarán sino por tu Gracia infinita que abarca todas las regiones.

¡Oh Señor! Verdaderamente las gentes se hallan en los abismos de la pasión y nada puede salvarles excepto tus ilimitadas generosidades.

¡Oh Señor! Disipa las tinieblas de estos deseos corruptos y alumbra los corazones con la lámpara de tu amor, que iluminará todos los países dentro de poco. Confirma, además, a aquellos amados tuyos que han dejado sus países, sus familias y sus hijos y viajan por amor a tu belleza a países extranjeros para difundir tus fragancias y promulgar tus enseñanzas. Sé Tú quien les acompañe en su soledad, quien les ayude en tierra extraña, quien disipe sus angustias, quien les consuele de sus calamidades. Sé Tú quien sacie su sed, quien cure sus males y apacigüe el ardiente anhelo de sus corazones.

En verdad Tú eres el Más Generoso, el Señor de abundante gracia y verdaderamente Tú eres el Compasivo y el Misericordioso.

'Abdu'l-Bahá

La siguiente súplica debe ser leída diariamente por los instructores y creyentes.

¡Oh Tú bondadoso Señor! Alabado seas por cuanto nos has indicado el camino de guía, has abierto las puertas del Reino y te has manifestado mediante el Sol de la Realidad. Has dado vista a los ciegos; has concedido oído a los sordos; has resucitado a los muertos; has enriquecido a los pobres; has mostrado el camino a quienes se habían extraviado; has conducido a la Fuente de la Guía a quienes tienen sus labios secos; has hecho que el pez sediento alcance el Océano de la Realidad y has invitado a los pájaros errantes al Rosedal de la Gracia.

¡Oh Tú, el Todopoderoso! Somos tus siervos y tus pobres. Estamos alejados, anhelamos tu presencia; estamos sedientos del agua de tu fuente; estamos enfermos y ansiamos tu medicina. Caminamos por tu sendero y no tenemos objetivo ni deseo salvo la difusión de tus fragancias para que todas las almas puedan elevar el grito: "¡Oh Dios, guíanos por el recto sendero!" Que abran los ojos al ver las luces y sean librados de la oscuridad de la ignorancia. Que se reúnan alrededor de la lámpara de tu guía. Que cada desproveído reciba su porción y los desposeídos lleguen a ser los confidentes de tus misterios.

¡Oh Todopoderoso! Míranos con el ojo de la misericordia. Confiérenos confirmación divina. Concédenos los hálitos del Espíritu Santo, para que seamos ayudados en tu servicio y, como estrellas resplandecientes, podamos brillar en estas regiones con la luz de tu guía.

Verdaderamente Tú eres el Potente, el Poderoso, el Sabio y el que ve.

'Abdu'l-Bahá

Cada alma que viaje por ciudades, pueblos y aldeas de estos estados y esté dedicado a difundir las fragancias de Dios deberá leer esta oración cada mañana.

¡Oh mi Dios! ¡Oh mi Dios! Tú ves que a pesar de mi insignificancia y debilidad estoy dedicado a cumplir las más grandes obras, dispuesto a exaltar tu Palabra entre las gentes y a difundir tus enseñanzas entre tus pueblos. ¿Cómo puedo tener éxito a menos que Tú me asistas con el aliento del Espíritu Santo, me ayudes a triunfar con las huestes de tu glorioso reino y hagas llover sobre mí tus confirmaciones, ya que sólo ellas pueden transformar los mosquitos en águilas, una gota en ríos y mares, y un átomo en luces y soles? ¡Oh mi Señor! Asísteme con tu victorioso y efectivo poder para que mi lengua pueda cantar tus alabanzas y atributos entre tus criaturas y mi alma rebose con el vino de tu amor y conocimiento.

Tú eres el Omnipotente y el Hacedor de todo lo que deseas.

'Abdu'l-Bahá

Aquellos que difunden las fragancias de Dios que reciten esta oración cada mañana.

¡Oh Señor, mi Dios! Alabanza y gracias te sean dadas, pues me has guiado al camino del reino, me has permitido caminar por este recto y dilatado sendero, has iluminado mi visión al ver los esplendores de tu Luz, has atraído mi oído hacia las melodías de los pájaros de santidad que provienen del reino de los misterios y con tu amor has atraído mi corazón entre los justos.

¡Oh Señor! Confírmame con el Espíritu Santo, para que en tu Nombre haga un llamamiento entre las naciones y dé las buenas nuevas de la manifestación de tu Reino entre la humanidad.

¡Oh Señor! Soy débil, fortaléceme con tu poder y potencia. Mi lengua vacila, permíteme pronunciar tu conmemoración y alabanza. Estoy abatido, hónrame admitiéndome en tu reino. Estoy alejado, haz que me acerque al umbral de tu misericordia. ¡Oh Señor! Haz de mí una lámpara brillante, una estrella resplandeciente y un árbol bendito, adornado con frutos, extendiendo sus ramas sobre todas estas regiones. Verdaderamente Tú eres el Fuerte, el Poderoso y el Libre.

'Abdu'l-Bahá

La siguiente oración debe ser leída por los que difunden las fragancias de Dios cada día.

¡Oh Dios, oh Dios! Este pájaro tiene un ala rota y su vuelo es muy lento; ayúdale a remontarse a la cúspide de la prosperidad y salvación, volar con máxima alegría y felicidad por el espacio infinito, entonar su melodía en tu Supremo Nombre por todas las regiones, regocijar los oídos con esta llamada e iluminar los ojos al ver las señales de guía.

¡Oh Señor! Estoy solo, solitario y abatido. No hay apoyo para mí salvo Tú, ni ayuda sino Tú, ni amparo fuera de Ti. Confírmame en tu servicio, asísteme con las cohortes de tus ángeles, hazme victorioso en la promoción de tu Palabra y permíteme manifestar tu sabiduría entre tus criaturas. Verdaderamente Tú eres el que ayuda a los débiles y el defensor de los pequeños y en verdad Tú eres el Poderoso, el Fuerte y el Libre.

'Abdu'l-Bahá

Los que esparcen las fragancias de Dios deberían recitar cada mañana la siguiente súplica.

¡Alabado seas Tú, oh mi Dios! Estos son tus siervos, atraídos por las fragancias de tu Misericordia, encendidos por el fuego prendido en el árbol de tu singularidad, con ojos radiantes al ver los resplandores de la luz en el Sinaí de tu unicidad.

¡Oh Señor! Desata sus lenguas al conmemorarte entre tu pueblo; permíteles, mediante tu gracia y amorosa bondad, pronunciar tu alabanza; ayúdales con las cohortes de tus ángeles, fortaléceles en tu servicio y hazlos signos de tu guía entre tus criaturas.

Verdaderamente Tú eres el Todopoderoso, el Más Exaltado, el que siempre perdona, el Todo Misericordioso.

'Abdu'l-Bahá

¡Oh Dios, mi Dios! Tú ves a este débil ser implorando la fortaleza de Tu Reino; a este pobre ser suplicando los tesoros de tu cielo; a este sediento ansiando tu fuente de vida eterna; a este enfermo invocando tu prometida mejoría por tu misericordia ilimitada, la que Tú has destinado a tus siervos elegidos en tu reino supremo.

¡Oh Señor! No tengo otra ayuda sino Tú, ni consuelo salvo Tú, ni sostenedor más que Tú. Ayúdame con tus ángeles a difundir tus santas fragancias y a diseminar tus enseñanzas entre tu pueblo elegido.

¡Oh mi Señor! Permíteme desprenderme de todo excepto de Ti, asiéndome firmemente al borde de tu generosidad, ser totalmente devoto a tu Fe, permanecer firme y seguro en tu amor y observar lo que Tú has prescrito en tu Libro.

Verdaderamente Tú eres el Fuerte, el Poderoso, el Omnipotente.

'Abdu'l-Bahá

Quienquiera que viaje por diferentes lugares para enseñar que lea esta súplica en la montaña, el desierto, la tierra y el mar.

¡Oh Dios, oh Dios! Tú ves mi debilidad, sumisión y humildad ante tus criaturas; sin embargo he confiado en Ti y me he levantado a promover tus enseñanzas entre tus siervos firmes, contando con tu fuerza y poder.

¡Oh Señor! Soy un pájaro con el ala rota y deseo remontarme en tu espacio sin límite. ¿Cómo es posible que haga esto, si no es por tu providencia y gracia, tu confirmación y ayuda?

¡Oh Señor! Apiádate de mi debilidad y fortaléceme con tu poder. ¡Oh Señor! Apiádate

de mi impotencia y ayúdame con tu fuerza y majestad.

¡Oh Señor! Si el aliento del Espíritu Santo confirmara a la más débil de las criaturas, alcanzaría todo lo que aspirase y poseería todo lo que desease. Verdaderamente Tú has ayudado a tus siervos en el pasado y, aun siendo ellos las más débiles de tus criaturas, los más humildes de tus siervos y los más insignificantes de quienes vivían sobre la tierra, mediante tu sanción y potencia, destacaron sobre los más gloriosos de tu pueblo y los más nobles de la humanidad. Mientras que antes eran como polillas, llegaron a ser halcones reales; mientras que antes eran como arroyos, se convirtieron en mares, mediante tu gracia y merced. Llegaron a ser, por tu muy grandioso favor, astros que brillan en el horizonte de tu guía, pájaros que cantan en los rosedales de la inmortalidad, leones que rugen en las selvas del conocimiento y la sabiduría, y ballenas que nadan en los océanos de la vida.

Verdaderamente Tú eres el Clemente, el Poderoso, el Fuerte y el Más Misericordioso de los Misericordiosos.

'Abdu'l-Bahá
FIRMEZA

¡Alabado y glorificado seas Tú, oh Dios! Permite que el día de la llegada a tu santa presencia se aproxime rápidamente. Alegra nuestros corazones mediante la potencia de tu amor y complacencia y danos firmeza para que podamos someternos con gusto a tu Voluntad y tu Decreto. En verdad tu conocimiento abarca a todas las cosas que Tú has creado o crearás y tu poder celestial trasciende lo que quiera que Tú hayas traído o traigas a la existencia. No hay nadie a quien orar salvo Tú; no hay nadie a quien desear excepto Tú; no hay nadie a quien adorar fuera de Ti y nada que amar salvo tu complacencia.

En verdad Tú eres el soberano Regidor, la Verdad soberana, el que ayuda en el peligro, el que subsiste por Sí mismo.

Báb

Di: Dios satisface todas las cosas por encima de todas las cosas y nada de lo que hay en los cielos o en la tierra o en cualquier cosa que exista entre ambos es en sí mismo suficiente salvo Dios, tu Señor.

En verdad Él es en Sí mismo el Conocedor, el Sostenedor, el Omnipotente.

Báb

¡Glorificado sea tu Nombre, oh Señor mi Dios! Yo te suplico por tu Poder que ha circundado todo lo creado, por tu Soberanía que ha trascendido la creación entera y por tu Palabra que estaba oculta en tu sabiduría y con la cual Tú creaste tanto tu cielo como tu tierra, nos permitas ser firmes en nuestro amor a Ti, ser obedientes hacia lo que sea de tu agrado, fijar nuestra mirada en tu rostro y celebrar tu gloria. Danos poder entonces, oh mi Dios, para esparcir por el mundo tus signos entre tus criaturas y proteger tu Fe en tu reino. Tú has existido siempre independientemente de la mención de cualquiera de tus criaturas y así permanecerás como Tú lo has sido eternamente.

He puesto mi confianza en Ti, he vuelto mi rostro hacia Ti, me he adherido al cordón de tu amorosa Providencia y me he apresurado hacia la sombra de tu Misericordia. No me abandones como un ser desilusionado fuera de tu puerta, oh mi Dios, y no me niegues tu gracia, pues sólo Te busco a Ti. No existe más Dios que Tú, el que perdona eternamente, el Más Generoso.

¡Alabado seas Tú, que eres el Amado de aquellos que te conocieron!

Bahá'u'lláh

¡Alabado seas, oh Señor mi Dios! Tú ves y sabes que he llamado a tus siervos a volverse sólo hacia tus dádivas y les he pedido que observen sólo aquello que Tú prescribiste en tu perspicuo Libro; Libro que ha sido enviado de acuerdo con tu inescrutable decreto y tu irrevocable propósito.

No puedo pronunciar palabra alguna, oh mi Dios, a menos que Tú me lo permitas; ni puedo moverme en dirección alguna si no es con tu aprobación. Eres Tú, oh mi Dios, quien me ha llamado a existir mediante la fuerza de tu Poder y me ha dotado con tu gracia para manifestar tu Causa; por lo que he sido sometido a tales adversidades que mi lengua no ha podido ensalzarte ni magnificar tu Gloria.

Toda alabanza sea para Ti, oh mi Dios, por las cosas que para mí ordenaste mediante tu Decreto y el poder de tu Soberanía. Te imploro que nos fortifiques, a mí y a quienes me aman, en nuestro amor a Ti y nos mantengas firmes en tu Causa. Juro por tu poder, oh mi Dios, que la deshonra de tu siervo es estar apartado como por un velo de Ti y su gloria es conocerte. Armado con el poder de tu Nombre nada podrá dañarme; y con tu amor en mi corazón no podrán en modo alguno alarmarme todas las aflicciones del mundo.

Por tanto, envíanos, oh mi Señor, a mí y a mis amados, aquello que nos proteja del daño de quienes han repudiado tu verdad y no han creído en tus signos.

Tú eres verdaderamente el Todo Glorioso, el Más Generoso.

Bahá'u'lláh
¡Él es el Poderoso, el Perdonador, el Compasivo!

¡Oh Dios, mi Dios! Tú ves a tus siervos en el abismo de la perdición y del error; ¿dónde está tu luz de guía divina, oh Tú el Deseo del mundo? Tú conoces su impotencia y su debilidad ¿dónde está tu poder, oh Tú en cuya mano están los poderes del cielo y de la tierra?

Te pido, oh Señor mi Dios, por el resplandor de las luces de tu amorosa bondad y las olas del océano de tu conocimiento y sabiduría y por tu Palabra, mediante la cual has regido a los pueblos de tu dominio, que me concedas ser uno de aquellos que han observado tu mandato en tu Libro. Ordena para mí lo que Tú has ordenado para tus fieles, quienes han bebido el vino de inspiración divina del cáliz de tu munificencia y se han apresurado a hacer lo que es de tu agrado y han observado tu Convenio y Testamento. Poderoso eres Tú para hacer tu voluntad. No hay otro Dios sino Tú, el Omnisciente, el Sapientísimo.

Decreta para mí, por tu generosidad, oh Señor, lo que me haga prosperar en este mundo y en el venidero y me acerque a Ti, oh Tú que eres el Señor de todos los hombres. No hay Dios sino Tú, el õnico, el Fuerte, el Glorificado.

Bahá'u'lláh

Oh Tú, cuya proximidad es mi deseo, cuya presencia es mi esperanza, cuyo recuerdo es mi anhelo, cuya corte de gloria es mi objetivo, cuya morada es mi propósito, cuyo nombre es mi curación, cuyo amor es el esplendor de mi corazón, cuyo servicio es mi más alta inspiración. Te imploro por tu Nombre -mediante el cual has permitido a aquellos que te han reconocido remontarse a las más sublimes alturas de tu conocimiento y has capacitado a quienes te adoran con devoción para ascender a los recintos de la corte de tus sagrados favores- que me ayudes a volver mi rostro hacia tu rostro, a fijar mis ojos en Ti y a hacer mención de tu gloria.

Soy aquel, oh mi Señor, que se ha olvidado de todo menos de Ti, se ha vuelto hacia la aurora de tu gracia y ha abandonado todo menos a Ti con la esperanza de acercarse a tu corte. Heme aquí, entonces, elevando mis ojos hacia la sede que brilla con los resplandores de la luz de tu rostro. Por tanto, haz descender sobre mí, oh mi Bienamado, aquello que me permita ser constante en tu Causa, de modo que las dudas de los infieles no me impidan volverme hacia Ti.

Tú eres verdaderamente el Dios de Poder, el que ayuda en el peligro, el Todo Glorioso, el Todopoderoso.

Bahá'u'lláh

¡Glorificado seas Tú, oh Señor mi Dios! Te imploro, por Aquel que es tu Nombre Más Grande, quien ha sido penosamente afligido por aquellas criaturas que han repudiado tu verdad y quien ha estado rodeado de tales infortunios que ninguna lengua puede describir, que me permitas recordarte y celebrar tu alabanza en estos días en los que todos han rechazado tu belleza, han disputado contigo y se han alejado desdeñosamente de Aquel que es el Revelador de tu Causa. Nadie hay para ayudarte, oh mi Señor, excepto Tú mismo y ningún poder para socorrerte excepto tu propio poder.

Yo te suplico que me permitas asirme fuertemente a tu amor y a tu recuerdo. Verdaderamente esto está dentro de mi poder y Tú eres el que conoce todo cuanto hay dentro de mí. Tú en verdad conoces y estás informado de todo. No me prives, oh mi Señor, de los resplandores de la luz de tu rostro, cuyo brillo ha iluminado al mundo entero. No hay Dios sino Tú, el Más Poderoso, el Todo Glorioso, el que siempre perdona.

Bahá'u'lláh

¡Gloria a Ti, oh Rey de la eternidad, Hacedor de naciones y Modelador de cada corruptible hueso! Te ruego por tu Nombre -por cuyo medio llamaste a toda la humanidad hacia el horizonte de tu majestad y gloria y guiaste a tus siervos a la corte de tu gracia y favores- que me cuentes entre aquellos que se han separado de todo excepto de Ti, se han vuelto hacia Ti y no han sido retenidos al volverse hacia tus dádivas por tales infortunios como los que fueron decretados por Ti.

Me he aferrado, oh mi Señor, al asidero de tu bondad y me he adherido firmemente al borde del manto de tu favor. Haz descender, pues, sobre mí, desde las nubes de tu generosidad, aquello que me purifique del recuerdo de cualquiera que no seas Tú y me capacite para dirigirme hacia Aquel que es el Objeto de Adoración de toda la humanidad, contra quien se han formado los agitadores de sedición que han roto tu Convenio y no han creído en Ti ni en tus signos.

No me niegues, oh mi Señor, las fragancias de tu vestidura en tus días, ni me prives de los alientos de tu Revelación ante la aparición de los resplandores de la luz de tu rostro. Poderoso eres Tú para hacer lo que te place. Nada puede resistir tu voluntad, ni frustrar lo que Tú has determinado por tu poder.

No hay Dios sino Tú, el Todopoderoso, el Sapientísimo.

Bahá'u'lláh

¡Oh Señor, mi Dios! Ayuda a tus amados a ser firmes en tu Fe, a caminar por tus senderos y a ser constantes en tu Causa. Concédeles tu gracia para que puedan resistir los asaltos del egoísmo y la pasión y seguir la luz de guía divina.

Tú eres el Poderoso, el Bondadoso, el que subsiste por Sí mismo, el Donador, el Compasivo, el Todopoderoso, el Todo Generoso.

'Abdu'l-Bahá

Haz firmes nuestros pasos, oh Señor, en tu sendero y fortalece nuestros corazones en tu obediencia. Dirige nuestros rostros hacia la belleza de tu unicidad y alegra nuestros pechos con los signos de tu divina unidad. Adorna nuestros cuerpos con el manto de tu generosidad, aparta de nuestros ojos el velo de pecado y danos el cáliz de tu gracia, para que la esencia de todos los seres pueda cantar tu alabanza ante la visión de tu grandeza. Revélate pues, oh Señor, por tu misericordiosa Palabra y el misterio de tu divino Ser, para que el sagrado éxtasis de la oración pueda henchir nuestras almas, oración que se eleve por encima de las palabras y letras y trascienda el murmullo de las sílabas y los sonidos, para que todo se convierta en la nada ante la revelación de tu magnificencia.

¡Señor! Estos son siervos que han permanecido fuertes y firmes en tu Convenio y Testamento, se han sostenido firmemente del cordón de la constancia en tu Causa y se han adherido al borde del manto de tu grandeza. Ayúdalos, oh Señor, con tu gracia, confírmalos con tu poder y fortalece sus espaldas para obedecerte.

Tú eres el Perdonador, el Benévolo.
'Abdu'l-Bahá

¡Oh Dios compasivo! Te doy gracias por haberme despertado y hecho consciente. Tú me has dado ojos para ver y me has favorecido con oídos para escuchar, me has conducido a tu reino y me has guiado hacia tu sendero. Tú me has indicado el camino recto y me has hecho entrar en el arca de liberación.

¡Oh Dios! Mantenme constante y hazme firme y leal. Protégeme de pruebas violentas, presérvame y dame amparo en la inexpugnable fortaleza de tu Convenio y Testamento. Tú eres el poderoso. Tú eres el que ve. Tú eres el que oye.

¡Oh Tú, Dios compasivo! Haz que mi corazón sea como un cristal, iluminado con la luz de tu amor, y confiéreme pensamientos que, mediante las efusiones de bondades celestiales, conviertan este mundo en un rosedal. Tú eres el Compasivo, el Misericordioso. Tú eres el Gran Dios Benéfico.

'Abdu'l-Bahá

¡Oh Tú, mi Dios! Tú, Quien guía al buscador hacia el camino que conduce rectamente, Quien libra al alma perdida y ciega de los eriales de la perdición; Tú, Quien confiere a los sinceros grandes dádivas y favores, Quien guarda a los temerosos dentro de tu inexpugnable refugio, Quien responde, desde tu altísimo horizonte, al lamento de aquellos que claman a Ti: ¡Alabado seas, oh mi Señor! Tú has guiado a los distraídos arrancándolos de la muerte del descreimiento y a aquellos que se acercan hacia Ti les has conducido a la meta del viaje, a los seguros de entre tus siervos les has regocijado concediéndoles sus más acariciados deseos y desde tu Reino de Belleza has abierto ante los que te anhelan los portales de la reunión, los has rescatado de los fuegos de la privación y la pérdida, de modo que se apresuraron a ir hacia Ti y ganaron tu presencia, arribaron a tu puerta de bienvenida y recibieron una abundante porción de dones.

¡Oh mi Señor! Ellos estaban sedientos y Tú alzaste a sus labios secos las aguas de la reunión. ¡Oh Tú, Compasivo! ¡Oh Tú, Conferidor! Tú calmaste su dolor con el bálsamo de tu munificencia y tu gracia y curaste sus dolencias con la suprema medicina de tu compasión. Oh Señor, haz firmes sus pasos en tu recto sendero, ensancha para ellos el ojo de la aguja y haz que, ataviados con vestiduras reales, marchen gloriosamente por siempre jamás.

En verdad Tú eres el Generoso, el Eterno Dador, el Apreciado, el Más Generoso. No existe otro Dios más que Tú, el Fuerte, el Poderoso, el Exaltado, el Victorioso.

'Abdu'l-Bahá
HUMANIDAD

¡Mi Dios, a quien venero y adoro! Soy testigo de tu unidad y tu unicidad y reconozco tus dádivas tanto del pasado como del presente. Tú eres el Todo Generoso y las anegantes lluvias de tu Misericordia se han vertido lo mismo sobre los pobres que sobre los ricos, y los esplendores de tu Gracia se han derramado tanto sobre los obedientes como los rebeldes.

Oh Dios de misericordia, ante cuya Puerta se ha inclinado la quintaesencia de la misericordia y alrededor del santuario de cuya Causa ha circundado la cariñosa bondad en su más íntimo espíritu, te suplicamos, rogando tu antigua gracia y anhelando tu presente favor, que tengas piedad de todos los que son las manifestaciones del mundo del ser y que no les niegues la efusión de tu gracia en tus días.

Todos son pobres y necesitados y Tú verdaderamente eres el que todo lo posee, el que todo lo domina, el Omnipotente.

Bahá'u'lláh

¡Alabado sea tu Nombre, oh Señor mi Dios! La oscuridad ha caído sobre todos los países y las fuerzas del mal han envuelto a todas las naciones. Sin embargo, por ellas percibo los resplandores de tu sabiduría y vislumbro la brillantez de la luz de tu providencia.

Aquellos que se encuentran separados de Ti como por un velo imaginan que tienen el poder de apagar tu luz, extinguir tu fuego y aquietar los vientos de tu gracia. ¡No! y esto tu poder me lo atestigua. Si cada tribulación no hubiese sido portadora de tu sabiduría y cada prueba el vehículo de tu providencia, nadie se hubiera atrevido a oponérsenos, aunque los poderes de la tierra y del cielo se unieran contra nosotros. Si desentrañara los maravillosos misterios de tu sabiduría puestos al descubierto ante mí, las riendas de tus enemigos serían destrozadas.

¡Glorificado seas entonces, oh mi Dios! Te suplico por tu Nombre Más Grande, que reúnas alrededor de la ley del agrado de tu voluntad a quienes te aman y hagas descender sobre ellos lo que afiance sus corazones.

Potente eres Tú para hacer lo que te place. Tú eres verdaderamente el que ayuda en el peligro, el que subsiste por Sí mismo.

Bahá'u'lláh

¡Oh Tú bondadoso Señor! ¡Oh Tú que eres generoso y misericordioso! Somos los siervos de tu umbral y estamos reunidos bajo la sombra protectora de tu divina unidad. El sol de tu misericordia brilla sobre todos y las nubes de tu generosidad derraman su lluvia sobre todos. Tus dádivas abarcan a todos, tu amorosa providencia mantiene a todos, tu protección cubre a todos y las miradas de tu favor iluminan a todos. ¡Oh Señor! Confiérenos tus infinitos dones y haz resplandecer la luz de tu guía. Ilumina los ojos, alegra los corazones con alegría perdurable. Confiere un nuevo espíritu a todas las gentes y dales vida eterna. Abre las puertas del verdadero entendimiento y permite que la luz de la fe brille con resplandor. Reúne a todas las gentes bajo la sombra de tu generosidad y haz que se unan en armonía, para que lleguen a ser los rayos de un solo sol, como las olas de un mismo océano y como el fruto de un solo árbol. Que beban de la misma fuente. Que se refresquen con las mismas brisas. Que obtengan iluminación de la misma fuente de luz. Tú eres el que da, el Misericordioso, el Omnipotente.

'Abdu'l-Bahá

¡Oh Tú, bondadoso Señor! Tú has creado a toda la humanidad de un mismo origen. Tú has decretado que todos pertenezcan a un mismo hogar. En tu sagrada presencia todos ellos son tus siervos y toda la humanidad se cobija bajo tu tabernáculo; todos se han reunido en tu mesa de munificencia; todos están iluminados por la luz de tu providencia.

¡Oh Dios! Tú eres bondadoso con todos, Tú has provisto para todos, das asilo a todos, confieres vida a todos. Tú has dotado a todos y a cada uno con talento y facultades y todos están sumergidos en el océano de tu misericordia.

¡Oh Tú, bondadoso Señor! Une a todos. Haz que las religiones concuerden, haz de las naciones una sola, a fin de que puedan verse unas a otras como una sola familia y a toda la humanidad como un solo hogar. Que se asocien en perfecta armonía.

¡Oh Dios! Levanta el estandarte de unidad de la humanidad.

¡Oh Dios! Establece la Paz Más Grande.
Une Tú, oh Dios, los corazones unos con otros.

¡Oh Tú, Padre bondadoso, Dios! Regocija nuestros corazones con la fragancia de tu amor. Ilumina nuestros ojos con la luz de tu guía. Alegra nuestros oídos con la melodía de tu Palabra y ampáranos a todos en el refugio de tu providencia.

Tú eres el Poderoso y el Fuerte. Tú eres el que perdona y Tú eres el único que tolera las negligencias de la humanidad.

'Abdu'l-Bahá

¡Oh Tú Señor compasivo, Tú que eres generoso y capaz! Somos siervos tuyos al abrigo de tu providencia. Dirige sobre nosotros tu mirada de favor. Da luz a nuestros ojos, percepción a nuestros oídos y comprensión y amor a nuestros corazones. Regocija y alegra nuestras almas mediante tus buenas nuevas. ¡Oh Señor! Indícanos el sendero de tu reino y resucítanos a todos con el aliento del Espíritu Santo. Concédenos vida eterna y confiérenos honor infinito. Une al género humano e ilumina al mundo de la humanidad. Que todos podamos seguir tu sendero, anhelar tu complacencia e inquirir los misterios de tu reino. ¡Oh Dios! õnenos y enlaza nuestros corazones con tu lazo indisoluble.

Verdaderamente Tú eres el que da, Tú eres el Bondadoso y Tú eres el Todopoderoso.

'Abdu'l-Bahá
ILUMINACIÒN

Tú ves, oh mi Dios, en el horizonte de tu ciudad prisión brillar el lucero de tu Palabra por la razón de que, en el interior de sus murallas, Aquel que es la Manifestación de tu propio Ser y el Manantial de la Luz de tu unidad ha elevado la voz y cantado tu alabanza. Por ello los perfumes de tu amor se han esparcido sobre tus ciudades y han envuelto a todos los habitantes de tu reino. Ya que Tú has revelado tu gracia, oh mi Dios, no impidas a tus siervos dirigir hacia ella sus miradas. No consideres, oh mi Dios, su estado, ni sus preocupaciones, ni sus obras. Considera la grandeza de tu gloria y la abundancia de tus dones, la fuerza de tu poder y la excelencia de tus favores. Yo juro por tu gloria que, si Tú los mirases con ojos de justicia, todos merecerían tu ira y la vara de tu cólera. Sostén a tus criaturas, oh mi Dios, con las manos de tu gracia y hazles conocer lo que hay de mejor para ellos en todo lo que Tú has creado en el reino de tu invención.

Bahá'u'lláh

Gloria a Ti, oh Dios, por tu manifestación de amor hacia la humanidad.

¡Oh Tú que eres nuestra vida y nuestra luz! Guía a tus siervos en tu camino y haz que nuestra riqueza seas Tú y que nos libremos de cualquier cosa que no seas Tú.

¡Oh Dios! Enséñanos tu unidad y danos facultades para comprender tal unidad, de modo que no veamos a nadie salvo a Ti. Tú eres el Misericordioso, el Donador de las dádivas.

¡Oh Dios! Crea en los corazones de tus amados el fuego de tu amor, para que destruyan el pensamiento de toda cosa menos de Ti.

Revélanos, oh Dios, tu exaltada eternidad, ya que Tú siempre has existido, siempre existirás y no existe otro Dios salvo Tú. En verdad en Ti hallamos el consuelo y la fuerza.

Bahá'u'lláh

Yo te pido, oh mi Dios, por tu poder, tu dominio y tu soberanía, que comprende a todos los que están en tu cielo y en tu tierra, que hagas conocer a tus siervos este luminoso camino y este recto sendero, para que reconozcan tu unidad y tu individualidad con certeza tal que no pueda ser alterada por las vanas imaginaciones de los que dudan, ni oscurecida por las frívolas fantasías de los porfiados. Ilumina, oh mi Señor, los ojos de tus siervos y haz que sus corazones se iluminen con los resplandores de la luz de tu sabiduría, para que puedan concebir la grandeza de esta exaltadísima posición y reconocer este luminosísimo horizonte, para que el clamor de los hombres no les disuada de volver su mirada hacia la resplandeciente luz de tu unidad, ni les impida fijar sus rostros hacia el horizonte que se destaca.

Bahá'u'lláh

¡Alabado seas, oh mi Dios! Soy uno de tus siervos que ha creído en Ti y en tus signos. Tú ves cómo me he dirigido hacia la puerta de tu gracia y he vuelto mi rostro hacia tu cariñosa bondad. Te imploro, por tus muy excelentes títulos y por tus muy exaltados atributos, que abras ante mi rostro las puertas de tus dádivas. Ayúdame entonces a hacer lo que es bueno, ¡oh Tú que eres el Poseedor de todos los nombres y atributos!

Soy pobre, oh mi Señor, y Tú eres el Rico. He vuelto mi rostro hacia Ti y me he desprendido de todo menos de Ti. Te imploro que no me prives de las brisas de tu tierna misericordia ni me niegues lo que Tú ordenaste para los elegidos entre tus siervos.

Aparta el velo de mis ojos, oh mi Señor, para que reconozca lo que Tú has deseado para tus criaturas y descubra, en todas las manifestaciones de tu obra, las revelaciones de tu fuerza todopoderosa. Arroba mi alma, oh mi Señor, con tus poderosísimos signos y sácame de la profundidad de mis deseos corruptos y perversos. Decreta, pues, para mí el bien de este mundo y el del venidero. Potente eres Tú para hacer lo que te place. No hay Dios sino Tú, el Todo Glorioso, cuya ayuda es buscada por todos los hombres.

Te doy gracias, oh mi Señor, por haberme despertado de mi sueño, por haberme conmovido y por haber creado en mí el deseo de percibir lo que la mayoría de tus siervos no han podido comprender. Capacítame por lo tanto, oh mi Señor, para atenerme, por amor a Ti y por tu agrado, a todo lo que Tú has deseado. Tú eres Aquel de quien todas las cosas atestiguan la fuerza de su poder y soberanía.

No hay Dios sino Tú, el Todopoderoso, el Benéfico.

Bahá'u'lláh
¡Alabanza a Ti, oh Señor mi Dios!

Te imploro por tus señales, que han abarcado toda la creación, y por la luz de tu semblante, que ha iluminado todo lo que se encuentra en la tierra y en el cielo, y por tu misericordia, que ha sobrepasado toda cosa creada, y por tu gracia, que ha impregnado el universo entero, hagas descorrer los velos que me han separado de Ti, para que me sea posible acercarme al manantial de tu potente inspiración, hacia la luz matinal de tu Revelación, recibir tus generosas dádivas y estar sumergido en el océano de tu proximidad y agrado.

No dejes pues, oh mi Señor, que sea privado de tu conocimiento en tus días y no me despojes de la túnica de tu guía. Dame de beber de las aguas del río de la verdadera vida -aguas que fluyen del Paraíso, en el que fue establecido el trono de tu Nombre, el Todo Misericordioso- para que mis ojos se abran, mi rostro se ilumine, mi corazón se asegure, mi alma se instruya y mis pasos sean firmes.

Tú eres Aquel que desde la eternidad ha sido, mediante la potencia de su poder, superior a todas las cosas y, mediante la acción de su voluntad, pudo ordenar todas las cosas. Nada en absoluto, esté en tu cielo o en tu tierra, puede frustrar tu propósito. Ten pues misericordia de mí, oh mi Señor, mediante tu generosa providencia y gracia, e inclina mis oídos a las dulces melodías de los pájaros que gorjean sus alabanzas hacia Ti en las ramas del árbol de tu unidad. Tú eres el Gran Dador, el que siempre perdona, el Más Compasivo.

Bahá'u'lláh
¡Oh mi Dios! Concédeme conocimiento, fe y amor.

¡Oh Bienamado! Adorna mi cabeza con la corona de tu providencia, mi corazón con la luz de conocerte a Ti, mi lengua con el decir de tu Nombre Más Grande y deja que mis oídos escuchen tu Sagrada Palabra.

Tú eres el Santificado, el que ha sido, es y será siempre glorificado y cuyos mandatos serán siempre obedecidos.

¡Oh Dios! Ayúdame a ser justo. Sácame del océano de la superstición y de las vanas imaginaciones y concédeme un claro y penetrante entendimiento para que pueda comprender tu unidad y tu verdad en todos los reinos.

'Abdu'l-Bahá

¡Oh Dios, mi Dios! Ilumina la frente de tus verdaderos amantes y sostenlos con las huestes angelicales del triunfo seguro. Afirma sus pasos en tu recto sendero y, por tu antigua munificencia, abre ante ellos los portales de tus bendiciones; pues gastan en tu sendero lo que Tú les has conferido, resguardando tu Fe, poniendo su confianza en el recuerdo de Ti, ofrendando sus corazones por amor a Ti y sin retener lo que poseen por adoración a tu Belleza y en su búsqueda de las maneras de complacerte.

¡Oh mi Señor! Ordena para ellos una porción abundante, una especial recompensa y un premio seguro.

Verdaderamente Tú eres el Sostenedor, el Auxiliador, el Generoso, el Munífico, el Conferidor Eterno.

'Abdu'l-Bahá

¡Oh Dios, mi Dios! Este es tu radiante siervo, tu cautivo espiritual, que se ha acercado a Ti y se ha aproximado a tu presencia. Ha vuelto su rostro hacia Ti, reconociendo tu unicidad y confesando tu singularidad, y ha irrumpido en tu nombre entre las naciones y ha conducido a las gentes hacia las fluyentes aguas de tu misericordia. ¡Oh Tú, generosísimo Señor! A quienes lo han pedido él les ha dado de beber del cáliz de guía que rebosa con el vino de tu gracia inmensurable.

Oh Señor, ayúdale en todas las condiciones, hazle conocer tus bien guardados misterios y derrama sobre él tus perlas ocultas. Haz de él una enseña ondeando en la cima de los castillos a los vientos de tu socorro celestial; haz de él un manantial de aguas cristalinas.

¡Oh mi Señor perdonador! Enciende los corazones con los rayos de la lámpara que vierte sus rayos por doquier, revelando las realidades de todas las cosas a los que has favorecido generosamente entre tu pueblo.

¡En verdad Tú eres el Poderoso, el Potente, el Protector, el Fuerte, el Benéfico! ¡En verdad Tú eres el Señor de todas las mercedes!

'Abdu'l-Bahá
MAÑANA

Me he levantado esta mañana por tu gracia, oh mi Dios, y he dejado mi hogar confiando plenamente en Ti y sometiéndome a tu cuidado. Haz descender pues sobre mí, desde el cielo de tu merced, una bendición de tu parte y permíteme regresar salvo a mi hogar, así como me permitiste salir bajo tu protección con mis pensamientos fijos firmemente en Ti.

No hay Dios sino Tú, el õnico, el Incomparable, el Omnisciente, el Sapientísimo.

Bahá'u'lláh

He despertado bajo tu amparo, oh mi Dios, y corresponde a quien busca tal amparo permanecer dentro del santuario de tu protección y la fortaleza de tu defensa. Ilumina mi ser interior, oh mi Señor, con los resplandores de la aurora de tu Revelación, así como iluminaste mi ser exterior con la luz matinal de tu favor.

Bahá'u'lláh

Mi alabanza sea para Ti, oh mi Dios, por haberme despertado y haberme vuelto a la vida después de mi desaparición y por haberme sacado de mi sueño. He despertado esta mañana con el rostro vuelto hacia los resplandores del sol de tu Revelación, por medio del cual los cielos de tu poder y tu majestad han sido iluminados, reconociendo tus signos, creyendo en tu Libro y aferrándome a tu cordón. Te imploro, por la potencia de tu voluntad y el poder compelente de tu propósito, que hagas de lo que Tú me revelaste en mi sueño la base más segura para la mansión de tu amor, que está dentro del corazón de tus amados, y el mejor instrumento para la revelación de los signos de tu gracia y tu cariñosa bondad.

Ordena para mí, oh mi Señor, por medio de tu muy exaltada pluma, el bien de este mundo y del venidero. Atestiguo que en tu mano están las riendas de todas las cosas. Tú las cambias como te place. No hay Dios sino Tú, el Fuerte, el Fiel.

Tú eres Aquel que cambia, por su voluntad, la humillación en gloria, la debilidad en fortaleza, la impotencia en poder, el temor en calma, la duda en certeza. No hay Dios sino Tú, el Poderoso, el Benéfico.

Tú no decepcionas a nadie que te haya buscado ni apartas a quien te haya deseado. Ordena para mí lo que sea propio del cielo de tu generosidad y del océano de tu munificencia. Tú eres verdaderamente el Omnipotente, el Más Poderoso.

Bahá'u'lláh
MATRIMONIO

El matrimonio Bahá'í es la unión y el afecto cordial entre las dos partes. Deben poner, sin embargo, la mayor atención e informarse cada uno sobre el carácter del otro. Este lazo eterno deberá asegurarse con un convenio firme y la intención deberá ser fomentar la armonía, camaradería y unidad y alcanzar vida eterna.

'Abdu'l-Bahá
¡Él es el Generoso, el Todo Munífico!

¡Alabado sea Dios, el Antiguo, el Siempre Perdurable, el Inmutable, el Eterno! Aquel que ha atestiguado en su propio Ser que verdaderamente Él es Uno, õnico, Ilimitado, Exaltado. Somos testigos de que en verdad no hay Dios sino Él, reconociendo su unicidad, confesando su singularidad. Él ha morado siempre en alturas inaccesibles, en las cumbres de su excelsitud, santificado de la mención de cualquiera salvo Él mismo, libre de la descripción de cualquiera excepto Él.

Y cuando Él deseó manifestar gracia y beneficencia a los hombres y poner el mundo en orden, reveló prácticas y creó leyes. Entre ellas estableció la ley del matrimonio, haciendo de ella una fortaleza para el bienestar y la salvación y nos la impuso entre lo que fue enviado desde el cielo de santidad de su Libro Más Sagrado. Dice Él, ¡grande es su gloria!: "Desposaos, oh pueblo, para que de vosotros aparezca aquel que me recuerde entre mis siervos. Este es uno de los mandamientos que os doy; obedecedlo como ayuda para vosotros mismos".

Bahá'u'lláh

¡Él es Dios! ¡Oh Señor incomparable! En tu omnipotente sabiduría has ordenado el matrimonio a los pueblos para que las generaciones de los hombres se sucedan unas a otras en este mundo contingente y para que siempre, mientras exista el mundo, se ocupen ante el umbral de tu unicidad en servidumbre y veneración, salutación, adoración y alabanza. "No he creado a los espíritus y a los hombres sino para que me adoren" (2). Por tanto, desposa en el cielo de tu misericordia a estos dos pájaros del nido de tu amor y haz de ellos el medio de atraer gracia perpetua, para que de la unión de estos dos mares de amor surja una ola de ternura que vierta en la playa de la vida perlas de pura y hermosa descendencia. "Él ha soltado los dos mares para que se encuentren. Entre ellos hay una barrera que no sobrepasan. Así pues ¿cuál de los dones de vuestro Señor negaréis? Saca de ambos perlas mayores y menores" (3).

¡Oh Tú, Bondadoso Señor! Haz que este matrimonio produzca corales y perlas. Tú eres verdaderamente el Todopoderoso, el Más Grande, el que siempre perdona.

'Abdu'l-Bahá

¡Gloria sea a Ti, oh mi Dios! Verdaderamente este siervo tuyo y esta sierva tuya se han reunido a la sombra de tu misericordia y están unidos por tu favor y generosidad. ¡Oh Señor! Ayúdales en este mundo tuyo y en tu reino, y destina para ellos todo bien por tu gracia y bondad. ¡Oh Señor! Confírmales en tu servidumbre y ayúdales en tu servicio. Permíteles llegar a ser en tu mundo los signos de tu Nombre y protégelos mediante tus dádivas que son inagotables en este mundo y en el mundo venidero. ¡Oh Señor! Ellos suplican al reino de tu misericordia e invocan al dominio de tu unicidad. Verdaderamente se han desposado en obediencia a tu mandato. Haz que lleguen a ser los signos de armonía y unidad hasta el fin del tiempo.

Verdaderamente Tú eres el Omnipotente, el Omnipresente y el Todopoderoso.

'Abdu'l-Bahá

¡Oh mi Señor, oh mi Señor! Estos dos astros brillantes están desposados en tu amor, juntos en el servicio a tu Sagrado Umbral, unidos en la atención de tu Causa. Haz que este matrimonio sea como un haz de luz de tu abundante gracia, oh mi Señor, el Todo Misericordioso, y como rayos luminosos de tus dádivas, oh Tú, el Benéfico, el Siempre Dador. Que de este árbol crezcan ramas que se vuelvan verdes y florecientes por medio de los dones que descienden de tus nubes de gracia.

En verdad Tú eres el Generoso; en verdad Tú eres el Todopoderoso; en verdad Tú eres el Compasivo, el Todo Misericordioso.

'Abdu'l-Bahá
MUJER EMBARAZADA
¡Mi Señor! ¡Mi Señor!

Te alabo y te doy gracias, rogando y suplicándote por aquello con que has favorecido a tu humilde sierva, porque Tú verdaderamente la has guiado a tu reino, la has hecho escuchar tu exaltado llamamiento entre los contingentes del mundo y la has hecho reconocer tus signos que comprueban tu dominio victorioso sobre todas las cosas.

¡Oh mi Señor! Te dedico lo que está en mi seno. Haz de él un niño digno para tu reino y un afortunado de tu favor y de tu generosidad; que crezca y se desarrolle bajo el cuidado de tu educación.

Verdaderamente Tú eres el Generoso.
Verdaderamente Tú eres el Señor de Gran Favor.
'Abdu'l-Bahá
NAW-RÚZ

Naw-Rúz es la fiesta que se celebra el 21 de Mirza. Significa Año Nuevo y es el primer día del año bahá'í.

Alabado seas Tú, oh mi Dios, por haber ordenado Naw-Rúz como festividad para aquellos que han observado el ayuno por amor a Ti y se han abstenido de todo lo que Tú detestas. Permite, oh mi Señor, que el fuego de tu amor y el calor producido por el ayuno ordenado por Ti les inflame en tu Causa y les haga ocuparse de tu alabanza y tu recuerdo.

Ya que Tú les has adornado, oh mi Señor, con el ornamento del ayuno prescrito por Ti, adórnales también con el ornamento de tu aceptación mediante tu gracia y generoso favor, pues los hechos de los hombres dependen de tu complacencia y están condicionados a tu mandato. Si Tú considerases a quien ha quebrantado el ayuno como si lo hubiese observado, tal hombre sería contado entre los que han observado el ayuno desde toda la eternidad. Y si Tú decretases que aquel que ha observado el ayuno lo ha quebrantado, aquella persona sería considerada entre los que han hecho que el manto de tu Revelación sea manchado con el polvo y han sido alejados de las aguas cristalinas de esta Fuente de Vida.

Tú eres Aquel por quien se ha levantado el emblema "Loable eres Tú en tus obras" y se ha desplegado el estandarte "Obedecido eres Tú en tu mandato". Haz conocer esta posición tuya, oh mi Señor, a tus siervos, para que se den cuenta de que la excelencia de toda cosa depende de tu mandato y de tu Palabra y de que la virtud de todo acto está condicionada a tu permiso y a la complacencia de tu voluntad y reconozcan que las riendas de los hechos de los hombres son empuñadas por tu aceptación y tu mandamiento. Hazles saber esto para que nada en absoluto les aparte de tu belleza en estos días en que Cristo exclama: "Todo dominio es tuyo, oh Tú el Engendrador del Espíritu" (4) y tu Amigo (5) exclama: "¡Gloria sea a Ti, oh Tú el Bienamado!, porque has revelado tu belleza y has decretado para tus elegidos aquello que les haga alcanzar la sede de la revelación de tu Nombre Más Grande, por el cual se han lamentado todos los pueblos, con excepción de quienes se han desprendido de todo menos de Ti y se han vuelto hacia Aquel que es el Revelador de Ti mismo y la Manifestación de tus atributos".

Aquel que es tu Rama y toda tu compañía, oh mi Señor, han finalizado su ayuno en este día, después de haberlo observado dentro de los recintos de tu corte y en su ansia por complacerte. Ordena para Él y para ellos y para todos los que han entrado en tu presencia en estos días todo el bien que Tú destinaste en tu Libro. Provéeles, entonces, con lo que les beneficie en esta vida y en la venidera.

Tú eres en verdad el Omnisciente, el Sapientísimo.

Bahá'u'lláh
NIÑOS

¡Oh Dios! Educa a estos niños. Ellos son las plantas de tu huerto, las flores de tu prado, las rosas de tu jardín. Haz que tu lluvia descienda sobre ellos. Haz que el Sol de la Realidad brille con tu amor sobre ellos. Haz que tu brisa les refresque para que se eduquen, crezcan, se desarrollen y se manifiesten en su mayor belleza.

Tú eres el Donador. Tú eres el Compasivo.
'Abdu'l-Bahá

¡Oh Dios! Guíame, protégeme, ilumina la lámpara de mi corazón y haz de mí una estrella brillante.

Tú eres el Fuerte y el Poderoso.
'Abdu'l-Bahá

¡Oh Dios! Cría a esta pequeña criatura en el seno de tu amor y amamántala del pecho de tu providencia. Cultiva esta tierna planta en el rosedal de tu amor y ayúdale a crecer mediante las lluvias de tu generosidad. Haz de ella una criatura del reino y condúcela a tu dominio celestial.

Tú eres poderoso y bondadoso. Y Tú eres el Munífico, el Generoso, el Señor de incomparable generosidad.

'Abdu'l-Bahá

¡Oh mi Señor! ¡Oh mi Señor! Soy un niño de tierna edad. Nútreme del pecho de tu misericordia, instrúyeme en el seno de tu amor, edúcame en la escuela de tu guía y desarróllame a la sombra de tu munificencia. Líbrame de la oscuridad; haz de mí una luz brillante; libérame de la desdicha; haz de mí una flor del rosedal; permite que me convierta en siervo ante tu umbral y confiéreme el carácter y la naturaleza de los justos; haz de mí un motivo de munificencia hacia el mundo de la humanidad y corona mi cabeza con la diadema de la vida eterna.

Verdaderamente Tú eres el Fuerte, el Poderoso, el que ve y el que oye.

'Abdu'l-Bahá

¡Oh incomparable Señor! Sé Tú un amparo para este pobre niño, un maestro bondadoso y perdonador para esta alma errante e infeliz. ¡Oh Señor! A pesar de ser plantas inútiles, sin embargo nos encontramos en tu jardín de rosas. Aunque somos arbolitos sin hojas ni flores, sin embargo somos parte de tu huerto. Nutre esta planta, entonces, con las efusiones de las nubes de tu tierna misericordia y vivifica y refresca este arbolito con el aliento de tu primavera espiritual. Permite que llegue a ser atento, perspicaz y noble, y haz que alcance vida eterna y more para siempre en tu reino.

'Abdu'l-Bahá
NOCHE

¡Oh mi Dios, mi Maestro y el objeto de mi deseo! Este siervo tuyo desea dormir al amparo de tu misericordia y reposar bajo el dosel de tu gracia, implorando tu cuidado y tu protección.

Yo te ruego, oh mi Señor, por tus ojos que no duermen, que guardes los míos para que no miren a otro fuera de Ti. Fortalece pues su visión, para que puedan distinguir tus signos y contemplar el horizonte de tu Revelación.

Tú eres Aquel, ante cuya omnipotencia, al revelarse, se ha estremecido la quintaesencia del poder.

No hay Dios sino Tú, el Todopoderoso, el que todo lo subyuga, el Incondicionado.

Bahá'u'lláh

¿Cómo puedo yo desear dormir, oh Dios, mi Dios, cuando los ojos de aquellos que te anhelan están despiertos debido a su separación de Ti? ¿Y cómo puedo yo reposar, mientras que las almas de quienes te aman están doloridas por hallarse alejadas de tu presencia?

Oh mi Señor, he encomendado mi espíritu y todo mi ser a la diestra de tu poder y tu protección. Y pongo mi cabeza sobre la almohada por medio de tu poder y la levanto de acuerdo con tu voluntad y tu complacencia. Tú eres en verdad el que preserva, el Guardián, el Omnipotente, el Poderosísimo.

¡Por tu poder! Yo sólo pido, sea dormido o despierto, aquello que Tú deseas. Soy tu siervo y estoy en tus manos. Ayúdame bondadosamente a realizar aquello que pueda derramar la fragancia de tu agrado. Ésta es en verdad mi esperanza y la esperanza de aquellos que gozan de tu cercanía. ¡Alabado seas Tú, oh Señor de los mundos!

Bahá'u'lláh

¡Oh buscador de la verdad! Si deseas que Dios abra tu ojo, debes suplicarle, orar y comulgar con Él a medianoche, diciendo:

Oh Señor, he vuelto mi rostro hacia tu reino de unidad y estoy sumergido en el océano de tu misericordia. Oh Señor, ilumina mi visión en esta noche oscura con la contemplación de tus luces y hazme feliz con el vino de tu amor en esta edad maravillosa. Oh Señor, hazme oír tu llamada y abre ante mi rostro las puertas de tu cielo para que pueda ver la luz de tu gloria y ser atraído hacia tu belleza.

Verdaderamente Tú eres el Donador, el Generoso, el Compasivo, el que perdona.

'Abdu'l-Bahá
OBEDIENCIA

¡Oh Dios mío! Tú nos ves buscando tu voluntad y mirando hacia el horizonte de tu merced, suplicando tu luz y anhelando tu iluminación.

Te imploramos, oh Tú, el Amado de los corazones y la Esperanza de los que te aman, que logremos ser puros y limpios de malos deseos, acatando tu mandamiento, dejando nuestros placeres que han perdido su atractivo, para buscar tu santa voluntad.

¡Oh Dios! Adórnanos con la túnica de tus virtudes e ilumínanos con la luz del desprendimiento.

Ayúdanos, oh Dios, con las huestes de la sabiduría y el don de la palabra, para que podamos propagar tu merced entre tu pueblo y establecer tu mandato entre tus siervos.

Tú eres el Poder de todas las cosas y tus manos dirigen todos los asuntos.

No hay más Dios que Tú, el que perdona, el que ama.

Bahá'u'lláh

¡Oh nuestro Dios! Te rogamos por el Rey de los nombres y el Hacedor del cielo y la tierra, por el susurrar de las hojas del Órbol de la Vida y por tus palabras -mediante las cuales se nos revela la realidad de todas las cosas- nos concedas que la unidad en el amor de Dios sea rápidamente establecida por todas las partes del mundo; que Tú nos guíes siempre y sin falta hacia cualquier cosa que desees que hagamos; y que podamos siempre permanecer fuertes y plenamente preparados para observar exacta, inmediata y completa obediencia.

Bahá'u'lláh

¡Alabado seas, oh mi Dios! Te imploro, por Aquellos que son los Tabernáculos de tu divina santidad, que son las Manifestaciones de tu trascendente unidad y los Manantiales de tu inspiración y de tu Revelación, nos concedas que tus siervos no se encuentren impedidos para obedecer esta Ley divina que, según tu voluntad y de acuerdo con tu agrado, ha brotado de tu océano más grande. Ordena pues para ellos aquello que hayas ordenado para tus elegidos y para las criaturas que son justas, cuya fidelidad a tu Causa ninguna tempestad o prueba puedan hacer vacilar y que los cúmulos de aflicciones no les impidan exaltar tu más elevada Palabra... Palabra por la que han sido rasgados los cielos de las fantasías humanas y las vanas imaginaciones. Tú eres en verdad el Todopoderoso, el Todo Glorioso, el Omnisciente.

Bahá'u'lláh

¡Glorificado seas Tú, oh mi Dios! Te doy gracias por haberme hecho conocer a Aquel que es la Aurora de tu misericordia, el Alba de tu gracia y el Receptáculo de tu Causa. Te imploro por tu Nombre -por el cual los rostros de quienes están cerca de Ti se han esclarecido y los corazones de aquellos que están consagrados a Ti han emprendido su vuelo hacia Ti- que me permitas asirme a tu cordón en todo tiempo y en toda condición, estar libre de toda atadura a cualquiera fuera de Ti y pueda mantener mis ojos dirigidos hacia el horizonte de tu Revelación y cumplir lo que Tú me has prescrito en tus Tablas.

Atavía, oh mi Señor, mi ser interior y exterior con la vestidura de tus favores y tu cariñosa bondad. Protégeme entonces de todo lo que sea detestable y a mí y a mis parientes ayúdanos benignamente a obedecerte y a eludir todo lo que pueda provocarnos un deseo malo y corrupto.

Tú verdaderamente eres el Señor de toda la humanidad y el Poseedor de este mundo y del venidero. No hay Dios sino Tú, el Omnisciente, el Sapientísimo.

Bahá'u'lláh
ORACIONES OBLIGATORIAS

Las oraciones obligatorias diarias reveladas son tres. El creyente está completamente libre para escoger cualquiera de estas tres oraciones, pero está obligado a recitar una de ellas y de acuerdo con todas las indicaciones específicas que las acompañan (6).

Por "mañana", "mediodía" y "atardecer", al mencionarse en relación con las Oraciones Obligatorias, se designan respectivamente los intervalos que median entre la salida del sol y el mediodía, entre el mediodía y la puesta del sol, y desde la puesta del sol hasta dos horas después de ella (7).

ORACIÒN OBLIGATORIA CORTA

Debe ser recitada una vez cada veinticuatro horas, entre el mediodía y la puesta del sol (8).

Soy testigo, oh mi Dios, de que Tú me has creado para conocerte y adorarte. Soy testigo en este momento de mi impotencia y tu poder, de mi pobreza y tu riqueza.

No hay otro Dios más que Tú, el que ayuda en el peligro, el que subsiste por Sí mismo.

Bahá'u'lláh
ORACIÒN OBLIGATORIA MEDIANA

Para recitar diariamente: por la mañana, al mediodía y al atardecer.

Quien desee orar, debe lavarse las manos y decir mientras se las lava:

Fortalece mi mano, oh mi Dios, para que se aferre a tu Libro con tal firmeza que las huestes del mundo no tengan poder sobre ella. Cuídala entonces para que no se ocupe en aquello que no le sea propio.

Tú eres verdaderamente el Todopoderoso, el Omnipotente.

Y mientras se lava la cara debe decir:

He vuelto mi rostro hacia Ti, oh mi Señor. Ilumínalo con la luz de tu semblante. Proté

gelo, pues, para que no se vuelva hacia otro sino hacia Ti.

Luego poniéndose de pie en dirección al Qiblih -punto de adoración en Bahjí, 'Akká- debe decir:

Dios atestigua que no hay Dios sino Él. Suyos son los reinos de la Revelación y de la Creación. Él en verdad ha manifestado a Aquel quien es la Aurora de la Revelación, quien conversó en el Sinaí, por medio de quien ha brillado el Supremo Horizonte y ha hablado el Órbol del Loto, más allá del cual no hay paso, por medio de quien ha sido proclamado a todos los que están en el cielo y en la tierra el llamamiento: "¡He aquí: el que todo lo posee ha llegado! La tierra y el cielo, la gloria y el dominio son de Dios, Señor de todos los hombres y Poseedor del Trono de lo alto y de la tierra".

Luego, inclinándose y con las manos sobre las rodillas, debe decir:

¡Exaltado eres Tú por encima de mi alabanza y la alabanza de cualquier otro aparte de mí, por encima de mi descripción y la descripción de todos los que están en el cielo y todos los que están en la tierra!

Luego, de pie y con las manos abiertas y las palmas frente al rostro, debe decir:

No decepciones, oh mi Dios, a quien con dedos suplicantes se ha aferrado al borde de tu misericordia y de tu gracia. ¡Oh Tú que, entre aquellos que muestran misericordia, eres el más Misericordioso!

Luego sentándose debe decir:

Soy testigo de tu unidad y tu unicidad y de que Tú eres Dios y no hay Dios sino Tú. Verdaderamente Tú has revelado tu Causa, cumplido tu Convenio y has abierto de par en par la puerta de tu gracia a todos los que habitan en el cielo y en la tierra. Bendición y paz, parabienes y gloria sean para tus amados, a quienes ni los cambios ni azares del mundo les han impedido volverse hacia Ti, quienes han dado todo con la esperanza de obtener aquello que hay junto a Ti. Tú eres en verdad el que siempre perdona, el Todo Generoso.

Si alguien desea recitar en vez del verso largo las siguientes palabras: "Dios atestigua que no hay Dios sino Él, el que ayuda en el peligro, el que subsiste por Sí mismo", sería suficiente. Bastaría también, si al estar sentado decide recitar estas palabras: "Soy testigo de tu unidad y unicidad, de que Tú eres Dios y no hay Dios sino Tú".

Bahá'u'lláh
ORACIÒN OBLIGATORIA LARGA

Para ser recitada una vez cada veinticuatro horas.

Quien desee recitar esta oración debe ponerse de pie, dirigiéndose a Dios y permaneciendo en su lugar debe mirar a derecha e izquierda, como si esperase la misericordia de su Señor, el Compasivo. Luego debe decir:

¡Oh Tú que eres el Señor de todos los nombres y el Hacedor de los cielos! Te suplico por Aquellos que son las auroras de tu invisible Esencia, la más Exaltada, la Todo Gloriosa, que hagas de mi oración un fuego que consuma los velos que me han apartado de tu belleza y una luz que me conduzca hacia el océano de tu presencia.

Luego, levantando las manos en súplica hacia Dios, bendito y exaltado sea, debe decir:

¡Oh Tú, Deseo del mundo y Amado de las naciones! Tú me ves volviéndome hacia Ti, libre de todo apego a otro que no seas Tú y aferrándome a tu cordón, por cuyo movimiento ha sido conmovida toda la creación. Soy tu siervo, oh mi Señor, y el hijo de tu siervo. Heme aquí decidido a hacer tu voluntad y tu deseo, no anhelando nada más que tu complacencia. Te imploro, por el océano de tu misericordia y el sol de tu gracia, que procedas con tu siervo de acuerdo con tu voluntad y deseo. ¡Por tu poder, que está por encima de toda mención y alabanza! Todo lo que sea revelado por Ti es el deseo de mi corazón y lo amado por mi alma. ¡Oh Dios, mi Dios! No consideres mis esperanzas ni mis actos; antes bien, considera tu voluntad, que ha abarcado los cielos y la tierra. ¡Por tu Nombre Más Grande, oh Tú Señor de todas las naciones! He deseado sólo lo que Tú deseaste y amo sólo lo que Tú amas.

Luego, arrodillándose e inclinando la frente hasta el suelo, debe decir:

Exaltado eres sobre la descripción de cualquiera que no seas Tú y la comprensión de alguien fuera de Ti mismo.

Luego poniéndose de pie debe decir:

Haz de mi oración, oh mi Señor, una fuente de aguas vivas, con las cuales pueda vivir tanto como dure tu soberanía y hacer mención de Ti en cada mundo de tus mundos.

Levantando nuevamente las manos en señal de súplica debe decir:

¡Oh Tú, por cuya separación los corazones y las almas se han consumido y por el fuego de cuyo amor todo el mundo se ha inflamado! Te imploro por tu Nombre, por medio del cual Tú has subyugado a la creación entera, que no me prives de lo que hay junto a Ti, oh Tú que reinas sobre todos los hombres. Tú ves, oh mi Señor, a este extraño apresurándose hacia su más exaltado hogar, bajo el dosel de tu majestad y dentro de los recintos de tu merced; a este transgresor anhelando el océano de tu perdón; a este ser humilde ansiando la corte de tu gloria; y a esta pobre criatura buscando el oriente de tu riqueza. Tuya es la autoridad para ordenar todo lo que sea tu voluntad. Atestiguo que Tú debes ser alabado por tus hechos, obedecido en tus mandatos y permanecer libre en tus órdenes.

Entonces debe levantar las manos y repetir tres veces el Nombre Más Grande (9). Y luego debe decir ante Dios, bendito y exaltado sea, inclinándose con las manos sobre las rodillas:

Tú ves, oh mi Dios, cómo mi espíritu ha sido conmovido dentro de mis extremidades y miembros, en su ansia de adorarte y ensalzarte; cómo da testimonio de lo que la Lengua de tu Mandamiento ha atestiguado en el reino de tu Palabra y en el cielo de tu conocimiento. Cuánto anhelo pedirte en este estado, oh mi Señor, todo lo que Tú posees, para demostrar mi pobreza y magnificar tu generosidad y tus riquezas, para declarar mi impotencia y manifestar tu fuerza y tu poder.

Luego debe ponerse de pie, levantar las manos dos veces en actitud de súplica y decir:

No hay Dios sino Tú, el Todopoderoso, el Todo Generoso. No hay Dios sino Tú, el que ordena tanto en el principio como en el fin. ¡Oh Dios, mi Dios! Tu perdón me ha alentado y tu misericordia me ha fortalecido; tu llamamiento me ha despertado y tu gracia me ha levantado y me ha conducido hacia Ti. Por lo demás ¿quién soy yo para atreverme a permanecer ante la puerta de la ciudad de tu cercanía o fijar mi rostro en las luces que brillan en el cielo de tu voluntad? Tú ves, oh mi Señor, a esta desgraciada criatura llamando a la puerta de tu gracia y a esta alma efímera anhelando el río de vida eterna de manos de tu generosidad. Tuyo es el mando en todo tiempo, oh Tú que eres el Señor de todos los nombres, y mía es la resignación y voluntaria sumisión a tu voluntad, oh Creador de los cielos.

Luego, levantando las manos tres veces, debe decir:

¡Dios es el Más Grande de todos los grandes!

Luego, arrodillándose e inclinando la frente hasta el suelo, debe decir:

Demasiado elevado eres Tú para que la alabanza de aquellos que están cerca de Ti ascienda al cielo de tu cercanía o para que los pájaros de los corazones de quienes están consagrados a Ti alcancen la entrada de tu puerta. Atestiguo que Tú has sido santificado más allá de todo atributo y consagrado por encima de todo nombre. No hay Dios sino Tú, el Más Exaltado, el Todo Glorioso.

Luego sentándose debe decir:

Atestiguo lo que han atestiguado todas las cosas creadas, la Compañía de lo Alto, los moradores del más alto Paraíso y más allá de ellos la misma Lengua de Grandeza, desde el Horizonte todo glorioso: que Tú eres Dios, que no hay Dios sino Tú y que Aquel quien ha sido manifestado es el Misterio Oculto, el Símbolo Atesorado, por cuyo medio se han unido y enlazado las letras de SÉ. Atestiguo que es Aquel cuyo nombre ha sido señalado por la Pluma del Altísimo y quien ha sido mencionado en los Libros de Dios, el Señor del Trono de lo alto y de la tierra.

Luego irguiéndose debe decir:

¡Oh Señor de toda la existencia y Poseedor de todo lo visible e invisible! Tú percibes mis lágrimas y los suspiros que profiero; oyes mi gemido, mi sollozo y el lamento de mi corazón. ¡Por tu poder! Mis transgresiones me han impedido acercarme a Ti y mis pecados me han mantenido lejos de la corte de tu santidad. Tu amor, oh mi Señor, me ha enriquecido; la separación de Ti me ha destruído y el alejamiento de Ti me ha consumido. Te suplico, por tus pasos en este desierto y por las palabras "Aquí estoy, aquí estoy" que tus Elegidos han pronunciado en esta inmensidad, por los alientos de tu Revelación y las suaves brisas del amanecer de tu Manifestación, que ordenes pueda yo contemplar tu belleza y observar todo lo que está en tu Libro.

Luego debe repetir el Nombre Más Grande tres veces e inclinándose con las manos sobre las rodillas debe decir:

Alabado seas Tú, oh mi Dios, que me has ayudado a recordarte y alabarte, me has hecho conocer a Aquel que es la Aurora de tus signos e inclinarme ante tu Señorío, humillarme ante tu Deidad y reconocer lo que ha sido pronunciado por la Lengua de tu grandeza.

Luego levantándose debe decir:

¡Oh Dios, mi Dios! Mi espalda está inclinada por la carga de mis pecados y mi negligencia me ha destruído. Cada vez que pienso en mis malos actos y tu benevolencia, mi corazón se consume dentro de mí y mi sangre hierve en mis venas. ¡Por tu belleza, oh Tú el Deseo del mundo! Me ruborizo al levantar mi rostro hacia Ti y mis manos anhelantes se avergüenzan de extenderse hacia el cielo de tu generosidad. Tú ves, oh mi Dios, cómo mis lágrimas me impiden recordarte y ensalzar tus virtudes, ¡oh Tú Señor del trono de lo alto y de la tierra! Te imploro por los signos de tu reino y los misterios de tu dominio que procedas con tus amados como sea propio de tu generosidad, ¡oh Señor de todo lo existente!, y sea digno de tu gracia, ¡oh Rey de lo visible y lo invisible!

Luego debe repetir el Nombre Más Grande tres veces y arrodillándose con la frente hasta el suelo decir:

Alabado seas, oh nuestro Dios, ya que Tú nos has enviado aquello que nos acerca a Ti y nos provees con todo lo bueno enviado por Ti en tus Libros y tus Escrituras. Te suplicamos, oh mi Señor, que nos protejas de las huestes de vanas fantasías y ociosas imaginaciones. Tú en verdad eres el Poderoso, el Omnisciente.

Luego, levantando la cabeza y sentándose, debe decir:

Atestiguo, oh mi Dios, aquello que tus Elegidos han atestiguado. Y reconozco lo que los moradores del más alto Paraíso y aquellos que han circulado alrededor de tu poderoso trono han reconocido: ¡Los reinos de la tierra y del cielo son tuyos, oh Señor de los mundos!

Bahá'u'lláh
ORACIÒN POR LOS PADRES

Bendito es aquel que recuerde a sus padres cuando comulga con Dios

Báb

¡Oh Señor! En ésta, la Manifestación Más Grande, Tú aceptas la intercesión de los hijos en nombre de sus padres. Este es uno de los infinitos dones especiales de esta Dispensación. Por tanto, oh Tú bondadoso Señor, acepta la súplica de este siervo tuyo en el umbral de tu unidad y sumerge a su padre en el océano de tu gracia, porque este hijo se ha levantado a rendirte servicio y se está esforzando, en todo momento, en el sendero de tu amor.

Verdaderamente Tú eres el Donador, el Perdonador y el Bondadoso.

'Abdu'l-Bahá
PERDÒN

¡Alabado seas Tú, oh Señor! Perdónanos nuestros pecados, ten misericordia de nosotros y permítenos volver a Ti. No dejes que dependamos de otro más que de Ti y concédenos, mediante tu bondad, lo que Tú amas y deseas y aquello que es digno de Ti. Exalta la posición de aquellos que verdaderamente han creído y redímeles con tu generoso perdón. Verdaderamente Tú eres el que ayuda en el peligro, el que subsiste por Sí mismo.

Báb

¡Oh mi Dios, oh mi Señor, oh mi Maestro! Te suplico que me perdones por buscar otro placer que no sea tu amor, o consuelo alguno que no sea tu cercanía, o alegría alguna que

no sea tu complacencia, o existencia alguna que no fuera la comunión contigo.

Báb

Tú me ves, oh mi Señor, con el rostro vuelto hacia el cielo de tu munificencia y el océano de tu favor, separado de todo excepto de Ti. Te pido por los resplandores del sol de tu revelación en el Sinaí y por los fulgores del astro de tu gracia que brilla desde el horizonte de tu Nombre, el Siempre Perdonador, que me otorgues tu perdón y tengas compasión de mí. Decreta entonces para mí con tu pluma de gloria, aquello que me exalte por medio de tu Nombre en el mundo de la creación. Ayúdame, oh mi Señor, a dirigirme hacia Ti y a escuchar la voz de tus amados, a quienes los poderes de la tierra no han podido debilitar y a quienes el dominio de las naciones ha sido impotente para apartarlos de Ti, quienes avanzando hacia Ti han dicho: "Dios es nuestro Señor, el Señor de todos los que es

tán en el cielo y todos los que están en la tierra".

Bahá'u'lláh

¡Glorificado eres, oh Señor, mi Dios! Te suplico por tus escogidos y por los Portadores de tu Mandato y por Aquel a quien Tú has ordenado ser el Sello de tus Profetas y de tus Mensajeros, que hagas de tu recuerdo mi compañero; de tu amor, mi propósito; de tu rostro, mi meta; de tu Nombre, mi lámpara; de tu anhelo, mi deseo y de tu placer, mi deleite.

Soy un pecador, oh mi Señor y Tú eres el que siempre perdona. En cuanto te reconocí, me apresuré para alcanzar la exaltada corte de tu cariñosa bondad. Perdóname, oh mi Señor, los pecados que me han impedido caminar por los senderos de tu complacencia y alcanzar las playas del océano de tu unicidad.

¡Oh mi Señor! No hay quien me trate con bondad, hacia quien pueda volver mi rostro; nadie que tenga compasión de mí, para que pueda implorar su misericordia. Te imploro que no me alejes de la presencia de tu gracia, ni apartes de mí las efusiones de tu generosidad y munificencia. Ordena para mí, oh mi Señor, lo que Tú has ordenado para los que te aman y decreta para mí lo que Tú has decretado para tus escogidos. Mi mirada en todo tiempo ha estado fija en el horizonte de tu bondadosa providencia y mis ojos vueltos hacia la corte de tus tiernas mercedes. Trátame como es propio de Ti. No hay Dios sino Tú, el Dios de poder, el Dios de gloria, cuya ayuda todos los hombres imploran.

Bahá'u'lláh

Yo soy Aquel, oh mi Señor, que ha vuelto su rostro hacia Ti y ha fijado su esperanza en las maravillas de tu gracia y en las revelaciones de tu munificencia. Te ruego que no permitas que me aleje desilusionado de la puerta de tu misericordia, ni me dejes a merced de aquellas criaturas tuyas que han repudiado tu Causa.

¡Oh mi Señor! Yo soy tu siervo y el hijo de tu siervo. He reconocido tu verdad en tus días y he dirigido mis pasos hacia las orillas de tu individualidad, confesando tu unidad, reconociendo tu unicidad y esperando tu clemencia y perdón. Poderoso eres Tú para hacer tu voluntad. No hay Dios fuera de Ti, el Todo Glorioso, el que siempre perdona.

Bahá'u'lláh

¡Oh Tú, el Todopoderoso! Soy un pecador, pero Tú eres el Perdonador. Lleno de flaquezas estoy, mas Tú eres el Compasivo. Me encuentro en las tinieblas del error, pero Tú eres la Luz del Perdón.

¡Oh Tú, Dios Benévolo! Perdóname mis pecados; concédeme tus dádivas; pasa por alto mis faltas; abrígame y sumérgeme en las fuentes de tu paciencia y cúrame de toda enfermedad y dolencia. Purifícame, santifícame y dame una porción del manantial de tu santidad, para que la tristeza y el dolor puedan desvanecerse y la dicha y la alegría desciendan sobre mí.

Haz que la desesperación y el desaliento se transformen en confianza y regocijo. Y concede que el miedo se transforme en valor.

En verdad Tú eres el Perdonador, el Compasivo y eres el Generoso, el Amado.

'Abdu'l-Bahá

¡Oh Tú que todo lo perdonas! Aunque algunas almas hayan terminado los días de su vida en la ignorancia, estuvieran alejadas y fueran egoístas, sin embargo el océano de tu perdón puede en verdad, con una de sus olas, redimir y hacer libres a los pecadores. Tú redimes a cualquiera que Tú deseas y privas a cualquiera que no deseas redimir. Si Tú nos trataras con justicia, todos seríamos pecadores y mereceríamos ser privados. Y si Tú quisieras la misericordia, todo pecador sería purificado y todo extraño llegaría a ser un amigo. Por eso perdona e indulta y derrama tu misericordia sobre todos. Tú eres el que todo lo perdona, el que da la luz y el Compasivo.

'Abdu'l-Bahá

¡Oh Tú, Señor perdonador! Tú eres el refugio de todos estos siervos tuyos. Tú conoces los secretos y estás enterado de todas las cosas. Todos somos impotentes y Tú eres el Fuerte, el Omnipotente. Todos somos pecadores y Tú eres el Perdonador de los pecados, el Misericordioso, el Clemente. ¡Oh Señor! No consideres nuestras faltas. Trátanos de acuerdo con tu gracia y generosidad. Son muchas nuestras faltas, pero es sin límites el océano de tu perdón. Es penosa nuestra debilidad, pero son claras las evidencias de tu ayuda y asistencia. Por lo tanto, confírmanos y fortalécenos. Capacítanos para hacer aquello que sea digno ante tu sagrado umbral. Ilumina nuestros corazones, concédenos ojos juiciosos y oídos atentos. Resucita a los muertos y cura a los enfermos. Concede riqueza al pobre y da paz y seguridad al temeroso. Acéptanos en tu reino e ilumínanos con la luz de guía. Tú eres el Poderoso y el Omnipotente. Tú eres el Generoso. Tú eres el Clemente. Tú eres el Bondadoso.

'Abdu'l-Bahá

¡Oh Dios, mi Dios! Me he vuelto arrepentido hacia Ti y verdaderamente Tú eres el Perdonador, el Compasivo.

¡Oh Dios, mi Dios! He regresado hacia Ti y verdaderamente Tú eres el que siempre perdona, el Bondadoso.

¡Oh Dios, mi Dios! Me he aferrado al cordón de tu bondad y junto a Ti está el abastecimiento de todo cuanto hay en el cielo y en la tierra.

¡Oh Dios, mi Dios! Me he apresurado hacia Ti y verdaderamente Tú eres el Perdonador, el Señor de abundante gracia.

¡Oh Dios, mi Dios! Estoy sediento del vino celestial de tu gracia y verdaderamente Tú eres el Donador, el Generoso, el Bondadoso, el Todopoderoso.

¡Oh Dios, mi Dios! Atestiguo que Tú has revelado tu Causa, cumplido tu promesa y derramado desde el cielo de tu gracia aquello que ha atraído hacia Ti los corazones de tus favorecidos. ¡Bienaventurado aquel que se ha asido a tu firme cordón y se ha adherido al borde de tu manto resplandeciente!

Te pido, oh Señor de todos los seres y Rey de lo visible y lo invisible, por tu poder, tu majestad y tu soberanía, permitas que mi nombre sea registrado por tu pluma de gloria entre aquellos que están dedicados a Ti, a quienes los escritos de los pecadores no han impedido volverse hacia la luz de tu semblante, oh Dios que escuchas y contestas las oraciones.

'Abdu'l-Bahá
PROTECCIÒN

En el nombre de Dios, el Señor de grandiosa majestad, el que todo lo ordena.

Bendito sea el Señor, en cuya mano se encuentra la fuente de todo dominio. Él crea lo que Él desea mediante su orden de mando "Sé", y es. Suyo ha sido el poder de autoridad en el pasado y suyo seguirá siendo en el futuro. Él hace victorioso a quienquiera Él desea, mediante la potencia de su voluntad.

Él es en verdad el Potente, el Todopoderoso.

A Él pertenecen toda gloria y majestad en los reinos de la Revelación y de la Creación y todo lo que existe entre ellos.

En verdad Él es el Potente, el Todo Glorioso.

Desde toda eternidad Él ha sido la Fuente de fortaleza inquebrantable y así seguirá siéndolo eternamente.

Él es en verdad el Señor de fuerza y poder.

Todos los reinos del cielo y de la tierra y lo que existe entre ambos son de Dios y su poder es superior a todas las cosas. Todos los tesoros de la tierra y del cielo y todo lo que existe entre ambos son suyos y su protección abarca todas las cosas.

Él es el Creador de los cielos y de la tierra y de todo lo que existe entre ambos y verdaderamente Él es el testigo de todas las cosas.

Él es el Señor de las cuentas de todos los que habitan en los cielos y en la tierra y de todo lo que existe entre ambos y en verdad Él es rápido en las cuentas.

Él establece la medida asignada a todos los que están en los cielos y en la tierra y a todo lo que existe entre ambos.

En verdad Él es el Supremo Protector.

En su mano están las llaves del cielo y de la tierra y de todo lo que existe entre ambos. Mediante el poder de su mandato otorga dones según su placer.

Verdaderamente, su gracia abarca a todos. Él es el que todo lo sabe.

Di: Dios me es suficiente. Él es quien sostiene en su mano el reino de todas las cosas. Mediante el poder de sus huestes del cielo y de la tierra y de todo lo que existe entre ambos, Él protege a quienquiera Él desea de entre sus siervos. En verdad Dios vigila todas las cosas.

¡Inmensurablemente exaltado eres Tú, oh Señor! Protégenos de lo que hay delante y detrás de nosotros, sobre nuestras cabezas, a nuestra derecha, a nuestra izquierda, bajo nuestros pies y a cualquier otro lado al que estemos expuestos. Verdaderamente tu protección sobre todas las cosas es infalible.

Báb

¡Alabado sea tu Nombre, oh Señor mi Dios! Te suplico por tu Nombre -mediante el cual la Hora ha sonado, la Resurrección ha tenido lugar y el miedo y el estremecimiento se han apoderado de todos los que están en el cielo y en la tierra- que hagas llover del cielo de tu misericordia y de las nubes de tu tierna compasión aquello que alegre los corazones de tus siervos que se han vuelto hacia Ti y han ayudado a tu Causa.

Protege a tus siervos y a tus siervas, oh mi Señor, de los dardos de ociosas fantasías y vanas imaginaciones y dales de las manos de tu gracia un sorbo de las tranquilas aguas de tu sabiduría.

Tú eres en verdad el Todopoderoso, el Más Exaltado, el que siempre perdona, el Más Generoso.

Bahá'u'lláh

¡Oh Tú que eres el Omnipotente! Aunque hayamos perdido el camino, todavía nos aferramos a tu generosidad. Y aunque seamos ignorantes, todavía volvemos los rostros hacia el océano de tu sabiduría. Tú eres el Generoso, a quien la multitud de nuestros pecados no impide que nos des tu generosidad y el flujo de tus dones no se detiene, a pesar de la deserción de los pueblos del mundo. Desde la eternidad la puerta de tu gracia ha estado abierta de par en par. Una gota de rocío del océano de tu misericordia puede adornar todas las cosas con el ornamento de la santidad y unas gotas del agua de tu generosidad pueden ser la causa de que toda la creación obtenga la verdadera riqueza.

Desde la eternidad los signos de tu generosidad han abrazado el universo y los esplendores de tu Gran Nombre han sido derramados sobre todas las cosas creadas. No niegues a tus siervos las maravillas de tu gracia. Haz que se vuelvan a Ti para que puedan atestiguar tu unidad y permite que te reconozcan para que puedan apresurarse hacia Ti. Tu misericordia ha abrazado a toda la creación y tu gracia ha penetrado en todas las cosas. Desde las olas del mar de tu generosidad fueron revelados los mares de ansiedad y entusiasmo. Tú eres lo que Tú eres. Todo fuera de Ti es indigno de mención, si no se encuentra bajo tu sombra y si no recibe entrada en tu corte.

Cualquier cosa que nos suceda, rogamos tu antiguo perdón y buscamos tu gracia que todo lo penetra.

Bahá'u'lláh

¡Alabado seas, oh Señor mi Dios! Éste es tu siervo que ha bebido de las manos de tu gracia el vino de tu tierna merced y ha gustado de tu amor en tus días. Yo te imploro por aquellos que son las encarnaciones de tus nombres -a quienes ninguna aflicción puede impedir que se regocijen en tu amor o que contemplen tu rostro y a quienes todas las huestes de los negligentes son impotentes para apartarlos del sendero de tu agrado- que proveas a tu siervo con las cosas buenas que Tú posees y lo eleves a tales alturas que considere el mundo como una sombra que se desvanece más rápido que un abrir y cerrar de ojos.

Protégelo también, oh mi Señor, por el poder de tu inmensurable majestad, de todo lo

que Tú detestas. Tú eres verdaderamente su Señor y el Señor de todos los mundos.

Bahá'u'lláh

¡Oh Dios, mi Dios! He dejado mi hogar asiéndome fuertemente al cordón de tu amor y me he encomendado enteramente a tu cuidado y protección. Te imploro por tu poder -por medio del cual Tú protegiste a tus amados del descarriado y del perverso, de todo opresor contumaz y de todos los malvados que se han apartado lejos de Ti- que me protejas con tu munificencia y tu gracia. Permíteme entonces regresar a mi hogar por tu fuerza y tu poder. Tú eres en verdad el Todopoderoso, el que ayuda en el peligro, el que subsiste por Sí mismo.

Bahá'u'lláh

¡Oh mi Señor! Tú sabes que la gente está rodeada de dolor y calamidades y envuelta en aflicción y dificultades. Toda prueba asedia al hombre y toda adversidad le asalta como el ataque de una serpiente. No hay para él abrigo ni asilo sino bajo el ala de tu protección, de tu preservación, resguardo y cuidado.

¡Oh Tú, el Misericordioso! ¡Oh mi Señor! Haz de tu protección mi armadura, de tu preservación mi escudo, de la humildad ante la puerta de tu unicidad mi resguardo; y de tu cuidado y defensa, mi fortaleza y mi morada. Presérvame de las insinuaciones de mi yo y del deseo y guárdame de toda enfermedad, prueba, dificultad y trance.

¡Verdaderamente Tú eres el Protector, el Guardián, el Preservador, el Abastecedor y en verdad Tú eres el Misericordioso de mayor misericordia!

'Abdu'l-Bahá

¡Oh Dios, mi Dios! Escuda a tus siervos leales contra los males del egoísmo y la pasión; protégelos, con el ojo avizor de tu cariñosa bondad, de todo rencor, odio y envidia; ampáralos dentro de la inexpugnable fortaleza de tu cuidado y, libres de los dardos de la duda, hazlos las manifestaciones de tus gloriosos signos; ilumina sus rostros con los refulgentes rayos emanados de la Aurora de tu divina unidad; alegra sus corazones con los versos revelados desde tu sagrado reino; fortalece sus espaldas con tu poder que todo lo domina proveniente de tu reino de gloria. Tú eres el Todo Generoso, el Protector, el Todopoderoso, el Benévolo.

'Abdu'l-Bahá

¡Oh Tú, bondadoso Señor! Somos siervos de tu Umbral, que nos hemos puesto al amparo de tu sagrada Puerta. No buscamos otro refugio que no sea este firme pilar; no recurrimos a ningún abrigo salvo tu resguardo. Protégenos, bendícenos, sostennos; haznos de un modo tal que no amemos sino tu complacencia, que no manifestemos sino tu alabanza, que sólo transitemos el sendero de la verdad, que podamos llegar a ser lo suficientemente ricos como para prescindir de todo salvo de Ti, recibir nuestros dones del mar de tu beneficencia, que siempre nos esforcemos por exaltar tu Causa y por difundir tus dulces fragancias por doquier, para que lleguemos a olvidarnos del yo y nos ocupemos tan sólo de Ti, que detestemos todo lo demás y quedemos aprisionados en Ti.

¡Oh Tú, Proveedor! ¡Oh Tú, Perdonador! Concédenos tu gracia y tu bondad, tus dones y tus dádivas. Y sostennos para que alcancemos nuestra meta. Tú eres el Poderoso, el Capaz, el Conocedor, el Escrutador; verdaderamente Tú eres el Generoso; verdaderamente Tú eres el Todo Misericordioso; verdaderamente Tú eres el Siempre Perdonador, Aquel a quien se le debe arrepentimiento, Aquel que perdona hasta el más grave de los pecados.

'Abdu'l-Bahá
PROYECTOS
¡Oh mi Señor!
Abre la puerta.
Provee los medios.

Haz seguro el camino para que sea posible realizar nuestros proyectos.

'Abdu'l-Bahá
PRUEBAS Y DIFICULTADES

¿Quién puede librarnos de las dificultades salvo Dios?

Di: ¡Alabado sea Dios! Él es Dios.

Todos somos sus siervos y todos acatamos su mandato.

Báb

¡Oh Señor! Tú eres quien disipa todas las penas y elimina todas las aflicciones. Tú eres el que destierra cualquier pena y libera a todo esclavo, el Redentor de cada alma. ¡Oh Señor! Concédeme la libertad mediante tu misericordia y cuéntame entre aquellos siervos tuyos que han obtenido la salvación.

Báb

¡Alabado y glorificado seas, oh mi Dios! Te suplico por los suspiros de quienes te aman y por las lágrimas derramadas por aquellos que anhelan verte, que no me prives de tus tiernas mercedes en tu Día, ni de las melodías de la paloma que exalta tu unicidad ante la luz que irradia de tu rostro. Estoy en desgracia, oh Dios; mírame aferrado a tu Nombre, el todo Poseedor. Estoy seguro de perecer; mírame asido a tu Nombre, el Imperecedero. Te imploro entonces por tu Ser, el Exaltado, el Altísimo, que no me abandones a mí mismo ni a los deseos de una inclinación corrupta. Retén mi mano en la mano de tu poder, líbrame de las profundidades de mis fantasías y vanas imaginaciones y purifícame de todo lo que Tú detestas.

Haz entonces que me vuelva completamente hacia Ti, que ponga en Ti toda mi confianza, que te busque como mi refugio y que huya hacia tu rostro.

Tú eres verdaderamente Aquel quien, por la fuerza de su poder, hace lo que quiere y ordena lo que desea por la potencia de su voluntad. Nadie puede resistir la acción de tu decreto; nadie puede desviar el curso de tu designio.

Tú eres en verdad el Todopoderoso, el Todo Glorioso, el Más Generoso.

Bahá'u'lláh

¡Oh Tú, cuyas pruebas son la curación para quienes están cerca de Ti, cuya espada es el deseo ardiente de todos los que te aman, cuyo dardo es el más caro deseo de los corazones que te anhelan, cuyo decreto es la única esperanza de quienes han reconocido tu verdad! Yo te imploro, por tu divina dulzura y por los resplandores de la gloria de tu rostro, que nos envíes desde tus aposentos de lo alto aquello que nos haga acercarnos a Ti. Haz, entonces, que nuestros pies sean firmes en tu Causa, oh mi Dios. Ilumina nuestros corazones con el resplandor de tu conocimiento y alumbra nuestros pechos con el brillo de tus nombres.

Bahá'u'lláh

¡Glorificado seas Tú, oh Señor, mi Dios! Todo hombre de discernimiento confiesa tu soberanía y tu dominio. Y todo ojo perspicaz percibe la grandeza de tu majestad y la fuerza compelente de tu poder. Los vientos de las pruebas son impotentes para impedir que aquellos que gozan de tu cercanía vuelvan sus rostros hacia el horizonte de tu gloria. Y las tempestades de las tribulaciones no podrán alejar ni impedir acercarse a tu corte a quienes acatan completamente tu voluntad.

Pienso que la lámpara de tu amor arde en sus corazones y la luz de tu ternura está encendida en sus pechos. Las adversidades son incapaces de alejarlos de tu Causa y las vicisitudes de la suerte jamás podrán desviarlos de tu agrado.

Te imploro, oh mi Dios, por ellos y por los suspiros que exhalan sus corazones en su separación de Ti, que los protejas del mal de tus adversarios y que alimentes sus almas con lo que Tú has ordenado para tus amados, a quienes no sobrevendrá temor ni dolor alguno.

Bahá'u'lláh

Los corazones de los que te anhelan, oh mi Dios, se consumen en el fuego de su añoranza hacia Ti y los ojos de los que te aman lloran apenados a causa de su abrumadora separación de tu corte. La voz de las lamentaciones de los que han puesto sus esperanzas en Ti se ha elevado por doquier en tus dominios.

¡Oh mi Dios! Tú mismo, por tu soberano poder, les has protegido de los dos extremos: es decir, si no fuese por el fuego que quema sus almas y los gemidos de sus corazones, estarían ahogados en el torrente de sus lágrimas; y si no fuera por estas lágrimas, el ardor del fuego de sus corazones y el abrasar de sus almas les consumiría.

Creo que son como ángeles hechos de fuego y de nieve a la vez. ¿Serías capaz, oh mi Dios, de privar a tales almas de tu presencia, no obstante su gran fervor, o rechazarlas de la puerta de tu merced? En los corazones de tus elegidos toda esperanza está pronta a extinguirse. ¿De dónde entonces soplarán las brisas de tu gracia? Sus enemigos les cercan por todos lados ¿dónde se hallan las enseñas

de tu triunfo que nos has prometido en tus Tablas?

¡Tu gloria es mi testigo! Por haber creído en Ti y haber reconocido tus señales, los que te aman se despiertan encontrando el cáliz de las aflicciones colocado delante de sus rostros. Aunque creo firmemente que tu compasión hacia ellos es mayor que la que ellos tienen de sí mismos y aunque les has afligido, no es con otro fin que el de proclamar tu Causa, hacerles ascender al cielo de tu eternidad y hacerles penetrar en los recintos de tu corte.

Por tanto, Tú conoces plenamente las flaquezas de algunos de ellos y percibes su impaciencia en los sufrimientos. Te ruego, oh mi Dios, les ayudes mediante tu gracia fortalecedora, para que puedan sufrir con resignación en su amor por Ti. Descubre ante sus ojos lo que les has decretado desde el tabernáculo de tu infalible protección, de modo que se apresuren al encuentro de lo preordenado para ellos en tu sendero y que compitan entre sí, en afanosa búsqueda de la tribulación por amor hacia Ti. Y si no, despliega ante ellos los estandartes de tu ascendencia y hazles victoriosos sobre tus enemigos, para poder manifestar tu soberanía a todos los moradores de tu reino y que el poder de tu dominio luzca entre tus criaturas.

Poderoso eres Tú para hacer lo que te place. No existe otro Dios más que Tú, el Omnisciente, el Todosapiente. Oh mi Dios, haz que tu siervo, que cree en Ti, se mantenga firme y ayúdale a servir a tu Causa. Guárdalo, en la fortaleza de tu custodia y protección, de todo peligro en esta vida y en la venidera. En verdad Tú reinas como deseas. No hay otro Dios salvo Tú, el que siempre perdona, el Más Generoso.

Bahá'u'lláh

¡Gloria sea a Ti, oh mi Dios! Si no fuera por las tribulaciones sufridas en tu sendero ¿cómo podrían ser reconocidos quienes verdaderamente te aman? Y si no fuera por las pruebas sufridas por amor a Ti ¿cómo podría revelarse la posición de aquellos que te anhelan? ¡Tu poder me lo atestigua! Las lágrimas vertidas son la compañía de todos aquellos que te adoran; los lamentos proferidos, el consuelo de aquellos que te buscan y los pedazos de sus corazones rotos, el alimento de aquellos que se apresuran para encontrarte.

¡Cuán dulce es la amargura de la muerte sufrida en tu sendero y cuán preciados son para mí los dardos de tus enemigos, al enfrentarlos por la exaltación de tu Palabra! Déjame beber en tu Causa todo lo que Tú has deseado, oh mi Dios, y envíame, por tu amor, todo lo que Tú ordenaste. ¡Por tu gloria! Sólo deseo lo que Tú deseas y anhelo lo que Tú anhelas. En Ti he puesto siempre toda mi fe y confianza.

Te imploro, oh mi Dios, que levantes a aquellos que sean dignos de tu Nombre y soberanía, para que ayuden a esta Revelación, me recuerden entre tus criaturas e icen los emblemas de tu victoria en tu tierra.

Potente eres Tú para hacer lo que te place. No hay Dios sino Tú, el que ayuda en el peligro, el que subsiste por Sí mismo.

Bahá'u'lláh

Disipa mi pena por tu munificencia y generosidad, oh Dios, mi Dios, y destierra mi angustia por medio de tu soberanía y tu poder. Tú me ves, oh mi Dios, con el rostro dirigido hacia Ti en un momento en que las aflicciones me han envuelto por todos lados. Te imploro, oh Tú que eres el Señor de todos los seres y proteges todas las cosas visibles e invisibles, por tu Nombre -mediante el cual Tú has sometido los corazones y las almas de los hombres- y por las olas del océano de tu misericordia y los esplendores del sol de tu generosidad, que me cuentes entre aquellos a quienes absolutamente nada ha impedido dirigir su rostro hacia Ti, oh Tú Señor de todos los nombres y Hacedor de los cielos.

Tú ves, oh mi Señor, lo que me ha sucedido en tus días. Te suplico por Aquel que es la Aurora de tus nombres y el Punto de Amanecer de tus atributos, que ordenes para mí aquello que me haga levantar para servirte y exaltar tus virtudes. ¡Tú eres verdaderamente el Todopoderoso, el Omnipotente, quien acostumbra a responder a las oraciones de todos los hombres!

Finalmente te pido, por la luz de tu semblante, que bendigas mis asuntos, redimas mis deudas y satisfagas mis necesidades. Tú eres Aquel cuyo poder y dominio toda lengua ha atestiguado y cuya majestad y soberanía todo corazón inteligente ha reconocido. No hay Dios sino Tú, quien escucha y está dispuesto a contestar.

Bahá'u'lláh

¡Oh mi Dios! No te alejes de mí, porque las tribulaciones me rodean. ¡Oh Dios, mi Dios! No me dejes sujeto a mí mismo, porque la extrema adversidad me ha visitado. Aliméntame con la leche pura de tu tierna bondad, porque la sed me ha abrasado enteramente. Bajo la sombra de tu misericordia abrígame, porque todos mis adversarios, con unánime opinión, han caído sobre mí. Guárdame cerca del trono de tu majestad, cara a cara con la revelación de los signos de tu gloria, porque el infortunio me ha alcanzado gravemente. Hazme comer el fruto del árbol de tu eternidad, porque la más extrema debilidad me posee. Aliméntame con las copas de la alegría ofrecidas por la mano de tu tierna misericordia, porque múltiples penas se han abatido pesadamente sobre mí. Revísteme con la vestidura ricamente bordada de tu omnipotente soberanía, porque la pobreza me ha despojado completamente. Permite que duerma, arrullado por el canto de la paloma de tu eternidad, porque los más negros dolores me han asaltado. Ante el trono de tu unidad, en el fuego de la belleza de tu rostro, hazme vivir, porque el temor y el temblor me han sacudido violentamente y, cuando me sea preciso enfrentarme al tumultuoso, que tus palabras me vistan de gloria. Sumérgeme en el océano de tu perdón, porque mis pecados me han condenado enteramente.

Bahá'u'lláh
¡Él es el Compasivo, el Todo Generoso!

¡Oh Dios, mi Dios! Tú me ves, Tú me conoces; Tú eres mi asilo y mi refugio. A nadie he buscado, ni a nadie buscaré salvo a Ti; ningún sendero he hollado ni sendero alguno hollaré, sino el sendero de tu amor. En la lúgubre noche de la desesperación mi expectante mirada llena de esperanza se dirige hacia la aurora de tu ilimitado favor y al amanecer mi alma lánguida es vivificada y fortalecida por el recuerdo de tu belleza y perfección. Aquel que es ayudado por la gracia de tu misericordia, aunque sólo sea por una gota, se convertirá en un océano sin límites y el más insignificante átomo que sea ayudado por la efusión de tu cariñosa bondad brillará como una estrella radiante.

Cobija bajo tu protección, oh Tú Espíritu de Pureza, Tú que eres el Proveedor Todo Generoso, a este cautivo e inflamado siervo tuyo. Ayúdale en este mundo de la existencia a permanecer constante y firme en tu amor. Y permite que este pájaro de alas rotas alcance un refugio y amparo en tu divino nido que se encuentra en el árbol celestial.

'Abdu'l-Bahá

¡Oh mi Señor, mi amado, mi deseo! Sé mi amigo en la soledad y acompáñame en mi exilio. Aleja mis aflicciones. Haz que me consagre a tu belleza. Apártame de todo excepto de Ti. Atráeme con tus fragancias de santidad. Haz que me asocie en tu reino con aquellos que se han desprendido de todo salvo de Ti, quienes anhelan servir en tu sagrado umbral y se levantan para trabajar en tu Causa. Permíteme ser una de tus siervas que han alcanzado tu complacencia. Verdaderamente Tú eres el Bondadoso, el Generoso.

'Abdu'l-Bahá

¡Oh Señor, mi Dios y mi refugio en la aflicción! ¡Mi escudo y mi amparo en mis desgracias! ¡Mi asilo y protección en la necesidad, y en la soledad mi compañero! ¡En mi angustia mi consuelo y en mi desamparo un amigo cariñoso! ¡El que elimina el dolor de mis tristezas y el que perdona mis pecados!

Me dirijo completamente hacia Ti, implorándote fervientemente con todo mi corazón, mi mente y mi lengua, que me protejas de todo aquello que es contrario a tu voluntad en este ciclo de tu divina unidad, y que me purifiques de toda contaminación que me impida buscar, limpio e inmaculado, la sombra del árbol de tu gracia.

Oh Señor, ten piedad del débil, sana al enfermo y apaga la sed que abrasa.

Alegra el pecho donde está encendido el fuego de tu amor y avívalo con la llama de tu espíritu y amor celestial.

Adorna los tabernáculos de divina unidad con la vestidura de santidad y pon sobre mi cabeza la corona de tu favor.

Ilumina mi rostro con el resplandor del astro de tu generosidad y ayúdame bondadosamente a servir ante tu sagrado umbral.

Haz que mi corazón rebose de amor por tus criaturas y permite que pueda convertirme en el signo de tu misericordia, en el símbolo de tu gracia, en el promovedor de concordia entre tus amados, consagrado a Ti, conmemorándote y olvidándome de mí mismo pero siempre atento a lo que es tuyo.

¡Oh Dios, mi Dios! No alejes de mí las suaves brisas de tu perdón y gracia y no me prives de los manantiales de tu ayuda y favor.

Déjame anidar bajo la sombra de tus alas protectoras y fija en mí la mirada de tu ojo que todo lo protege.

Desata mi lengua para que alabe tu Nombre en medio de tu pueblo, para que mi voz pueda elevarse en grandes asambleas y mane de mis labios el flujo de tu alabanza.

Tú eres verdaderamente el Benévolo, el Glorificado, el Poderoso, el Omnipotente.

'Abdu'l-Bahá
REUNIONES

¡Glorificado seas Tú, oh Señor mi Dios! Te imploro, por los impetuosos vientos de tu gracia y por Aquellos que son las auroras de tu propósito y los puntos de amanecer de tu inspiración, que me envíes a mí y a todos aquellos que han buscado tu rostro, lo que corresponda a tu generosidad y munífica gracia y sea digno de tus dádivas y favores. Estoy pobre y desolado, oh mi Señor; sumérgeme en el océano de tu riqueza. Estoy sediento; permíteme beber de las aguas vivas de tu cariñosa bondad.

Te suplico, por tu propia Esencia y por Aquel a quien Tú designaste como la Manifestación de tu propio Ser y tu Palabra discernidora para todos los que están en el cielo y la tierra, que reúnas a tus siervos a la sombra del árbol de tu bondadosa providencia. Ayúdales entonces a compartir sus frutos, a inclinar sus oídos hacia el murmullo de sus hojas y hacia la dulce voz del Ave que canta en sus ramas. Tú eres verdaderamente el que ayuda en el peligro, el Inaccesible, el Todopoderoso, el Más Generoso.

Bahá'u'lláh

¡Oh Dios! Disipa todo aquello que sea causa de discordia y prepáranos todo lo que sea causa de unidad y acuerdo.

¡Oh Dios! Haz descender sobre nosotros la fragancia celestial y cambia esta reunión en una reunión del cielo. Otórganos toda merced y todo alimento. Prepara para nosotros el sustento del amor. Danos el manjar del conocimiento. Concédenos la subsistencia de la iluminación celestial.

'Abdu'l-Bahá

¡Oh mi Dios! ¡Oh mi Dios! Verdaderamente estos siervos se vuelven hacia Ti, suplicando tu reino de misericordia. Verdaderamente están atraídos por tu santidad y encendidos con el fuego de tu amor, buscando la confirmación de tu maravilloso reino y esperando alcanzar tu dominio celestial. Verdaderamente anhelan que descienda tu gracia y desean la iluminación del Sol de la Realidad. ¡Oh Señor! Haz de ellos lámparas radiantes, signos misericordiosos, árboles fructíferos y estrellas luminosas. Para que puedan levantarse en tu servicio y estar ligados a Ti mediante los vínculos y lazos de tu amor, anhelando las luces de tu favor. ¡Oh Señor! Haz de ellos signos de guía, estandartes de tu reino inmortal, olas del océano de tu merced, espejos de la luz de tu majestad.

Verdaderamente Tú eres el Generoso. Verdaderamente Tú eres el Misericordioso. Verdaderamente Tú eres el Apreciado, el Amado.

'Abdu'l-Bahá

¡Oh Tú bondadoso Señor! Estos son tus siervos que han concurrido a esta reunión, se han vuelto hacia tu reino y necesitan tus dones y tu bendición. ¡Oh Tú, Dios! Manifiesta y haz evidentes los signos de tu unidad que han sido depositados en todas las realidades de la vida. Revela y despliega las virtudes latentes y ocultas que Tú has puesto en estas realidades humanas.

¡Oh Dios! Somos como plantas y tu generosidad es como la lluvia; refresca estas plantas y hazlas crecer mediante tu gracia. Somos tus siervos; líbranos de las cadenas de la existencia material. Somos ignorantes; haznos sabios. Estamos muertos; vivifícanos. Somos de materia; dótanos de espíritu. Estamos excluidos; haznos los confidentes de tus misterios. Estamos necesitados; enriquécenos y bendícenos con tu tesoro infinito. ¡Oh Dios! Resucítanos; danos vida; danos oído; familiarízanos con los misterios de la vida, para que los secretos de tu reino nos sean revelados en este mundo de la existencia y podamos confesar tu unicidad. Toda gracia emana de Ti; toda bendición es tuya.

Tú eres fuerte. Tú eres poderoso. Tú eres el Donador y Tú eres el Todo Generoso.

'Abdu'l-Bahá

¡Oh Tú, Dios perdonador! Estos siervos se vuelven hacia tu reino y buscan tu gracia y generosidad. ¡Oh Dios! Haz que sus corazones sean buenos y puros para que lleguen a ser merecedores de tu amor. Purifica y santifica los espíritus para que la luz del Sol de la Realidad pueda brillar a través de ellos. Purifica y santifica los ojos para que puedan percibir tu luz. Purifica y santifica los oídos para que puedan oír el llamamiento de tu reino.

¡Oh Señor! Verdaderamente somos débiles pero Tú eres el Poderoso. Verdaderamente somos pobres pero Tú eres el Rico. Somos los buscadores y Tú eres Aquel a quien buscamos. ¡Oh Señor! Ten compasión de nosotros y perdónanos; dótanos de tal capacidad y receptividad que seamos dignos de tus favores, seamos atraídos a tu reino, bebamos intensamente del agua de vida, seamos encendidos con el fuego de tu amor y resucitados en este siglo radiante por el hálito de tu Espíritu Santo.

¡Oh Dios, mi Dios! Pon tus miradas de amorosa bondad sobre esta reunión. Cuida a todos y a cada uno en tu custodia y bajo tu protección. Derrama sobre estas almas tus bendiciones celestiales. Sumérgelas en el océano de tu misericordia y vivifícalas con los soplos del Espíritu Santo.

¡Oh Señor! Confiere tu bondadosa ayuda y confirmación a este gobierno justo. Este país se halla bajo la sombra protectora de tu protección y este pueblo está a tu servicio. ¡Oh Señor! Concédeles tu generosidad celestial y haz copiosas y abundantes las efusiones de tu gracia y favor. Haz que esta estimada nación sea respetada y capacítala para ser admitida en tu reino.

Tú eres el Fuerte, el Omnipotente, el Misericordioso y Tú eres el Generoso, el Benéfico, el Señor de abundante gracia.

'Abdu'l-Bahá

¡Oh Tú, Señor del Reino! Aunque nuestros cuerpos están aquí reunidos, nuestros hechizados corazones son arrobados por tu amor y somos transportados por los rayos de tu faz resplandeciente. Aunque somos débiles, esperamos las revelaciones de tu fuerza y poder. Aunque somos pobres, sin bienes ni medios, obtenemos la riqueza de los tesoros de tu Reino. Aunque somos como gotas, buscamos ayuda en las profundidades de tu océano. Aunque somos partículas de polvo, fulguramos en la gloria de tu espléndido Sol.

¡Oh Tú, nuestro Proveedor! Haz descender tu ayuda; que cada uno de los aquí reunidos llegue a ser un cirio encendido; cada uno, un centro de atracción; cada uno, un emplazador ante tus reinos celestiales, hasta que finalmente hagamos de este mundo inferior la imagen reflejada de tu Paraíso.

'Abdu'l-Bahá

¡Oh Divina Providencia! Esta asamblea está compuesta por tus amigos, que se sienten atraídos por tu belleza y están encendidos con el fuego de tu amor. Convierte a estos seres en ángeles celestiales, resucítalos mediante el hálito de tu Espíritu Santo, concédeles lengua elocuente y corazón resuelto, confiéreles poder celestial y sentimientos misericordiosos. Haz que lleguen a ser los promulgadores de la unidad del género humano y la causa de amor y de concordia en el mundo de la humanidad, para que la peligrosa oscuridad del prejuicio ignorante se desvanezca mediante la Luz del Sol de la Verdad, este lóbrego mundo llegue a ser iluminado, este reino material absorba los rayos del mundo del espíritu, estos diferentes colores se confundan en un único color y la melodía de la alabanza se eleve hacia el reino de tu santidad.

¡En verdad Tú eres el Omnipotente y el Todopoderoso!

'Abdu'l-Bahá
TABLA DE AHMAD
¡Él es el Rey, el Omnisciente, el Sabio!

He aquí que el Ruiseñor del Paraíso canta sobre las ramas del Órbol de la Eternidad dulces y sagradas melodías, proclamando a los sinceros las buenas nuevas de la proximidad de Dios, llamando a los creyentes en la Unidad Divina a la corte de la Presencia del Generoso, informando a los desprendidos sobre el mensaje que ha sido revelado por Dios, el Rey, el Glorioso, el Incomparable, guiando a los amantes hacia la sede de santidad y hacia esta resplandeciente Belleza.

En verdad ésta es la Belleza Más Grande predicha en los Libros de los Mensajeros, por cuyo medio la verdad será distinguida del error y la sabiduría de cada mandato será probada. En verdad Él es el Órbol de la Vida que da los frutos de Dios, el Exaltado, el Poderoso, el Grande.

¡Oh Ahmad! Atestigua que ciertamente Él es Dios y no hay Dios sino Él, el Rey, el Protector, el Incomparable, el Omnipotente. Y que Aquel a quien Él manifestó con el nombre de 'Alí (10) fue el verdadero Enviado de Dios, cuyos mandatos todos acatamos.

Di: Oh pueblo, sé obediente a las ordenanzas de Dios que han sido establecidas en el Bayán por el Glorioso, el Sabio. Verdaderamente Él es el Rey de los Mensajeros y su Libro es el Libro Madre, si lo supierais. Así os profiere el Ruiseñor su llamamiento desde esta prisión. Él sólo tiene que dar a conocer este claro mensaje. Quienquiera que lo desee, que se aparte de este consejo y quienquiera que lo desee, que elija el sendero que conduce hacia su Señor.

Oh pueblo, si niegas estos versos ¿por medio de qué prueba crees en Dios? Producidla, oh asamblea de falsos.

No. ¡Por aquel en cuya mano está mi alma! Ni pueden ni jamás podrán hacer esto,

aunque se unieran para ayudarse unos a otros.

¡Oh Ahmad! No olvides mis generosidades mientras estoy ausente. Recuerda mis días durante tus días y mi angustia y destierro en esta remota prisión. Y sé tan firme en mi amor que tu corazón no vacile, aunque las espadas de los enemigos descarguen golpes sobre tí y todos los cielos y la tierra se levanten en tu contra.

Sé como una llama de fuego para mis enemigos y un río de vida eterna para mis amados y no seas de los que dudan.

Y si te sobreviniese aflicción en mi sendero o degradación por mi Causa, no te preocupes por ello.

Confía en Dios, tu Dios y el Señor de tus padres. Pues los hombres vagan por los senderos del error, privados de discernimiento para ver a Dios con sus propios ojos o escuchar su Melodía con sus propios oídos. Así los hemos encontrado, como tú también lo atestiguas.

Así sus supersticiones se han convertido en velos que se interponen entre ellos y sus propios corazones, apartándolos del sendero de Dios, el Exaltado, el Grande.

Ten por cierto que de verdad aquel que se aleja de esta Belleza se ha alejado también de los Mensajeros del pasado y muestra orgullo ante Dios, desde toda eternidad hasta toda eternidad.

Aprende bien esta tabla, oh Ahmad. Recítala durante tus días y no te separes de ella. Pues en verdad Dios ha ordenado para aquel que la recita la recompensa de cien mártires y un servicio en ambos mundos.

Estos favores te los hemos conferido como una generosidad de nuestra parte y una misericordia de nuestra presencia, para que seas de los agradecidos.

¡Por Dios! Si alguien que esté afligido o con pena lee esta Tabla con absoluta sinceridad, Dios disipará su tristeza, resolverá sus dificultades y alejará sus aflicciones.

Verdaderamente Él es el Misericordioso, el Compasivo. Alabado sea Dios, Señor de todos los mundos.

Bahá'u'lláh
TABLA DEL FUEGO

En el Nombre de Dios, el Más Antiguo, el Más Grande.

En verdad, los corazones de los sinceros se han consumido por el fuego de la separación. ¿Dónde está el resplandor de la luz de tu semblante? ¡Oh Bienamado de los mundos!

Los que están cerca de Ti han sido abandonados en las tinieblas de la desolación. ¿Dónde está el alba de la reunión contigo? ¡Oh Deseo de los mundos!

Los cuerpos de tus escogidos yacen temblando en las arenas lejanas. ¿Dónde está el océano de tu presencia? ¡Oh Encantador de los mundos!

Las manos anhelantes están levantadas hacia el cielo de tu gracia y de tu generosidad. ¿Dónde están las lluvias de tu dádiva? ¡Oh Respondedor de los mundos!

Los infieles se han levantado con tiranía por todas partes. ¿Dónde está el poder apremiante de tu pluma ordenadora? ¡Oh Conquistador de los mundos!

El ladrido de los perros se oye fuerte por todos lados. ¿Dónde está el león de la selva de tu poder? ¡Oh Castigador de los mundos!

La frialdad se ha apoderado de toda la humanidad. ¿Dónde está el calor de tu amor? ¡Oh Fuego de los mundos!

La calamidad ha llegado hasta el colmo. ¿Dónde están las señales de tu socorro? ¡Oh salvación de los mundos!

La obscuridad ha envuelto a la mayoría de los pueblos. ¿Dónde está la luz de tu refulgencia? ¡Oh Esplendor de los mundos!

Los cuellos de los hombres se han erguido con maldad. ¿Dónde están las espadas de tu venganza? ¡Oh Destructor de los mundos!

La degradación ha llegado a su más profundo abismo. ¿Dónde están los emblemas de tu gloria? ¡Oh Gloria de los mundos!

Las penas han afligido al Revelador de tu Nombre, el Todo Misericordioso. ¿Dónde está

la alegría del alba de tu revelación? ¡Oh Deleite de los mundos!

La angustia ha sobrecogido a todos los pueblos de la tierra. ¿Dónde están las insignias de tu júbilo? ¡Oh Alegría de los mundos!

Tú ves cómo el Lugar del Amanecer de tus signos está velado por insinuaciones malévolas. ¿Dónde están los dedos de tu fuerza? ¡Oh Poder de los mundos!

Una sed acuciante ha dominado a todos los hombres. ¿Dónde está el río de tu generosidad? ¡Oh Misericordia de los mundos!

La codicia ha esclavizado a toda la humanidad. ¿Dónde están las personificaciones del desprendimiento? ¡Oh Señor de los Mundos!

Tú ves a este Agraviado solitario en el exilio. ¿Dónde están las huestes del cielo de tu mandato? ¡Oh Soberano de los mundos!

He sido abandonado en una tierra extranjera. ¿Dónde están los emblemas de tu fidelidad? ¡Oh Confianza de los mundos!

Las agonías de la muerte se han apoderado de todos los hombres. ¿Dónde está el oleaje de tu océano de vida eterna? ¡Oh Vida de los mundos!

Los susurros de Satanás han soplado al oído de todas las criaturas. ¿Dónde está la estrella fugaz de tu fuego? ¡Oh Luz de los mundos!

La embriaguez de la pasión ha pervertido a la mayor parte de la humanidad. ¿Dónde están las alboradas de la pureza? ¡Oh Deseo de los mundos!

Tú ves a este Agraviado velado por la tiranía entre los sirios. ¿Dónde está el esplendor de tu aurora? ¡Oh Luz de los mundos!

Tú me ves obligado a guardar silencio. ¿De dónde, entonces, brotarán tus melodías? ¡Oh Ruiseñor de los mundos!

La mayoría de la gente está envuelta en fantasías y vanas imaginaciones. ¿Dónde están los exponentes de tu certeza? ¡Oh Seguridad de los mundos!

Bahá se está ahogando en un mar de tribulaciones. ¿Dónde está el arca de tu salvación? ¡Oh Salvador de los mundos!

Tú ves el Alba de tu expresión en la obscuridad de la creación. ¿Dónde está el sol del cielo de tu gracia? ¡Oh Iluminador de los mundos!

Las lámparas de la verdad y de la pureza, de la lealtad y del honor han sido apagadas. ¿Dónde están los signos de tu cólera vengadora? ¡Oh Promotor de los mundos!

¿Puedes ver a alguno que sea tu defensor, o que reflexione sobre lo que le ocurrió a Él en el sendero de tu amor? Aquí se detiene mi pluma. ¡Oh Bienamado de los mundos!

Las ramas del Divino Órbol del Loto yacen rotas por los impetuosos vientos del destino. ¿Dónde están las banderas de tu socorro? ¡Oh Defensor de los mundos!

Este Rostro está oculto en la polvareda de la calumnia. ¿Dónde están las brisas de tu compasión? ¡Oh Misericordia de los mundos!

La túnica de santidad ha sido mancillada por la gente de la mentira. ¿Dónde está la vestidura de tu santidad? ¡Oh Embellecedor de los mundos!

El océano de la gracia está inmóvil por lo que las manos de los hombres han hecho. ¿Dónde están las olas de tu munificencia? ¡Oh Deseo de los mundos!

La puerta que conduce a la Divina Presencia está cerrada, debido a la tiranía de tus adversarios. ¿Dónde está la llave de tu dádiva? ¡Oh Liberador de los mundos!

Las hojas están amarillentas por los vientos venenosos de la sedición. ¿Dónde está el aguacero de las nubes de tu generosidad? ¡Oh Donador de los mundos!

El universo se obscurece con la polvareda del pecado. ¿Dónde están las brisas de tu perdón? ¡Oh Perdonador de los mundos!

Este joven está solitario en una tierra desierta. ¿Dónde está la lluvia de tu gracia celestial? ¡Oh Donador de los mundos!

¡Oh Pluma Suprema! Hemos oído tu dulcísima llamada desde el Reino Eterno. Escucha lo que profiere la Lengua de Grandeza. ¡Oh Agraviado de los mundos!

Si no fuera por el frío, ¿cómo podría prevalecer el calor de tus palabras? ¡Oh Expositor de los mundos!

Si no fuera por la calamidad, ¿cómo podría brillar el sol de tu paciencia? ¡Oh Luz de los mundos!

No te quejes de los malvados, puesto que fuiste creado para soportar y resistir. ¡Oh Paciencia de los mundos!

Cuán dulce fue tu amanecer en el horizonte del Convenio entre los fomentadores de sedición y tu anhelo por Dios. ¡Oh Amor de los mundos!

Por Ti fue enarbolado el estandarte de la independencia en las cimas más altas y se agitó el mar de la munificencia. ¡Oh Arrobador de los mundos!

Por tu soledad brilló el sol de la unidad y por tu destierro la tierra de la unidad fue ataviada. ¡Ten paciencia, oh Tú, Desterrado de los mundos!

Hemos hecho de la humillación la vestidura de gloria y de la aflicción el ornamento de tu templo. ¡Oh orgullo de los mundos!

Tú ves que los corazones están llenos de odio y está en tus manos perdonarlos. ¡Oh Tú, Encubridor de los pecados de los mundos!

Cuando las espadas centelleen, ¡avanza! Cuando vuelen los dardos, ¡apresúrate! ¡Oh Tú, Sacrificio de los mundos!

¿Te lamentas Tú o me lamentaré Yo? Más bien lloraré Yo por la escasez de tus defensores. ¡Oh Tú, que has causado el lamento de los mundos!

En verdad, he oído tu llamada, ¡oh Gloriosísimo Bienamado! Y ahora la faz de Bahá está ardiendo con el calor de la tribulación y con el fuego de tu radiante palabra y Él se ha levantado con fidelidad en el lugar del sacrificio, mirando cómo agradarte. ¡Oh Ordenador de los mundos!

¡Oh 'Alí-Akbar! Da gracias a tu Señor por esta Tabla, de la que puedes aspirar la fragancia de mi humildad y por la que puedes conocer aquello que Nos ha acaecido en el sendero de Dios, el Adorado de todos los mundos

A todos los siervos que la lean y mediten, se les encenderá en las venas un fuego que hará arder los mundos.

Bahá'u'lláh
TABLA DE VISITACIÒN -I-

Esta Tabla, revelada por Bahá'u'lláh, se lee en los Sepulcros de Bahá'u'lláh y del Báb. También se lee con frecuencia al conmemorar sus aniversarios.

La alabanza que ha amanecido en tu muy augusto Ser y la gloria que ha brillado en tu muy resplandeciente belleza descansen sobre Ti, ¡oh Tú que eres la Manifestación de Grandeza, el Rey de la Eternidad, el Señor de todos los que están en el cielo y en la tierra! Atestiguo que por Ti fueron reveladas la soberanía de Dios y su dominio, la majestad de Dios y su grandeza; y los Soles de antiguo esplendor han derramado su brillo en el cielo de tu decreto irrevocable; y la belleza del Invisible ha resplandecido sobre el horizonte de la creación. Atestiguo, además, que con un solo trazo de tu pluma se ha hecho cumplir tu mandato: "sé Tú"; ha sido divulgado el secreto oculto de Dios; han sido traídas a la existencia todas las cosas creadas y han sido enviadas todas las Revelaciones.

Así mismo atestiguo que por tu belleza ha sido descubierta la belleza del Adorado y por tu rostro ha resplandecido el rostro del Deseado y por una palabra procedente de Ti has juzgado entre todas las cosas creadas, haciendo que quienes están dedicados a Ti asciendan a la cumbre de gloria y los infieles desciendan al más profundo abismo.

Atestiguo que quien te ha conocido ha conocido a Dios y quien ha alcanzado tu presencia ha alcanzado la presencia de Dios. Grande es entonces la bendición de aquel que ha creído en Ti y en tus signos, se ha humillado ante tu soberanía y se ha honrado al conocerte, ha alcanzado el agrado de tu voluntad ha circulado a tu alrededor y ha permanecido ante tu trono. Ay de aquel que ha transgredido contra Ti, te ha negado y ha repudiado tus signos, ha contradecido tu soberanía y se ha levantado contra Ti; se ha mostrado altivo ante tu rostro y ha refutado tus testimonios, ha huído de tu autoridad y tu dominio y ha sido contado entre los infieles, cuyos nombres han sido grabados por los dedos de tu mandato en tus Tablas sagradas.

Exhala entonces sobre mí, oh mi Dios y mi amado, de la diestra de tu merced y de tu cariñosa bondad, los santos alientos de tus favores, para que me aparten de mí mismo y del mundo llevándome hacia las cortes de tu proximidad y de tu presencia. Potente eres Tú para hacer lo que te place. Tú verdaderamente eres supremo sobre todas las cosas.

¡El recuerdo de Dios y su alabanza, la gloria de Dios y su esplendor sean para Ti, oh Tú, que eres su belleza! Atestiguo que el ojo de la creación nunca ha contemplado a un agraviado como Tú, que estuviste todos los días de tu vida sumido bajo un océano de tribulaciones. En cierta época estuviste con cadenas y grillos; en otra fuiste amenazado por la espada de tus enemigos. Sin embargo, a pesar de todo esto, Tú ordenaste que todos los hombres observaran lo que te había sido prescrito por Aquel que es el Omnisciente, el Sapientísimo.

¡Que mi espíritu sea sacrificado por los agravios que Tú sufriste y mi alma sea redimida por las adversidades que soportaste! Suplico a Dios -por Ti y por aquellos cuyos rostros han sido iluminados por los resplandores de la luz de tu semblante y quienes por amor a Ti han observado todo lo que les ha sido ordenado- que aparte los velos que se han interpuesto entre Tú y tus criaturas, y que me provea con el bien de este mundo y del venidero. Tú eres en verdad el Todopoderoso, el Más Exaltado, el Todo Glorioso, el que siempre perdona, el Más Compasivo.

Bendice Tú, oh Señor mi Dios, al divino Órbol del Loto y a sus hojas y a sus vástagos y a sus ramas y a sus tallos y a sus renuevos, mientras duren tus muy excelentes títulos y perduren tus muy augustos atributos. Protégelo pues del daño del agresor y de las huestes de tiranía. Tú en verdad eres el Todopoderoso, el Omnipotente.

Bendice además, oh mi Señor, a tus siervos y a tus siervas que han llegado a Ti. Tú eres verdaderamente el Todo Munífico, cuya

gracia es infinita. No hay Dios sino Tú, el que siempre perdona, el Más Generoso.

Bahá'u'lláh
TABLA DE VISITACIÒN -II-

Esta oración, revelada por 'Abdu'l-Bahá, se lee en su Tumba. También se usa como oración privada.

"Aquel que recite esta oración con humildad y fervor traerá alegría y regocijo al corazón de este Siervo; será lo mismo que si se encontrase cara a cara con él".

¡Él es el Todo Glorioso!

¡Oh Dios, mi Dios! Humildemente y con lágrimas levanto mis manos suplicantes hacia Ti y hundo mi rostro en el polvo de tu umbral, exaltado por encima del conocimiento de los doctos y de la alabanza de todos los que a Ti te glorifican. Mira bondadosamente a tu siervo, humilde y sumiso ante tu puerta, con la mirada del ojo de tu misericordia y sumérgelo en el océano de tu gracia eterna.

¡Señor! Él es un pobre y humilde siervo tuyo, esclavizado e implorante, cautivo en tu mano; orándote fervorosamente, confiando en Ti y con lágrimas ante tu rostro te llama y te implora diciendo:

¡Oh Señor, mi Dios! Dame tu gracia para servir a tus amados, fortaléceme en la servidumbre hacia Ti, ilumina mi frente con la luz de adoración en tu corte de santidad y de oración a tu reino de grandeza. Ayúdame a ser desprendido en la entrada celestial de tu puerta, a separarme de todo dentro de tus sagrados recintos. ¡Señor! Dame de beber del cáliz del desprendimiento, atavíame con su manto y sumérgeme en su océano. Conviérteme en polvo en el sendero de tus amados y permite que ofrezca mi alma en aras de la tierra ennoblecida por los pasos de tus elegidos en tu sendero, oh Señor de gloria en lo más alto.

Con esta oración tu siervo te llama al amanecer y por la noche. Cumple el deseo de su corazón, oh Señor. Ilumina su corazón, alegra su pecho, enciende su luz, para que pueda servir a tu Causa y a tus siervos.

¡Tú eres el Donador, el Piadoso, el Más Generoso, el Benévolo, el Misericordioso, el Compasivo!

'Abdu'l-Bahá
UNIDAD

¡Oh mi Dios, oh mi Dios! Une los corazones de tus siervos y revélales tu gran propósito. Que sigan tus mandamientos y se atengan a tu ley. Ayúdales, oh Dios, en sus esfuerzos y confiéreles fuerza para servirte. ¡Oh Dios! No los abandones a sí mismos, sino guía sus pasos con la luz de tu conocimiento y anima sus corazones con tu amor. Verdaderamente Tú eres su ayuda y su Señor.

Bahá'u'lláh

Haz que se reúnan, oh Señor, por medio del poder de tu Convenio y que termine su dispersión por la fuerza de tu promesa.

Unifica sus corazones por el dominio de tu amor. Haz que se amen, para que sacrifiquen sus espíritus, gasten sus bienes y se asocien con amor los unos con los otros.

¡Oh Señor! Haz descender sobre ellos la tranquilidad y la paz. Haz que lluevan sobre ellos en gran abundancia las nubes de tu misericordia.

¡Oh Señor! Permítenos permanecer firmes en tu noble mandato y concédenos tus dádivas mediante tu bondad, tu gracia y tu munificencia.

En verdad Tú eres el Generoso, el Misericordioso, el Benévolo.

'Abdu'l-Bahá

¡Oh mi Dios, oh mi Dios! Verdaderamente yo te invoco y suplico ante tu umbral, rogando que todas tus mercedes desciendan sobre estas almas. Elígelas para tu favor y tu verdad.

¡Oh Señor! Une y enlaza los corazones, aúna todas las almas en armonía y regocija los espíritus por medio de los signos de tu santidad y unidad.

¡Oh Señor! Haz radiantes estos rostros mediante la luz de tu unidad.

Fortalece las espaldas de tus siervos en el servicio de tu reino.

¡Oh Señor, poseedor de infinita misericordia! ¡Oh Señor de clemencia y perdón! Absuelve nuestros pecados, perdona nuestras faltas y haz que nos volvamos hacia el reino de tu misericordia, invocando el reino de poder y fuerza, humildes ante tu altar y sumisos ante la gloria de tus evidencias.

¡Oh Señor, Dios! Haznos como las olas del mar, como las flores de un jardín, unidos, armonizados por los dones de tu amor. ¡Oh Señor! Dilata los pechos mediante los signos de tu unidad y haz a toda la humanidad como estrellas brillando desde la misma altura de gloria, como frutos perfectos que crecen en tu Órbol de vida.

Verdaderamente Tú eres el Todopoderoso, el que subsiste por sí mismo, el Donador, el Perdonador, el Omnisciente, el õnico Creador.

'Abdu'l-Bahá
1. Los Días de Há, Días Intercalares.
2. Corán, 51, 56.
3. Corán, 55, 19-22.
4. Jesús.
5. Muhammad.

6. De una carta escrita en nombre de Shoghi Effendi.

7. Sinopsis y Codificación del Kitáb-i-Aqdas, pág. 36.

8. La actitud adecuada para la Oración Obligatoria, en sus tres modalidades, es en posición de pie y mirando hacia Tierra Santa. La expresión externa de lavarse las manos y la cara debe preceder a cualquiera de las tres, pero las frases que se indican en la página siguiente sólo son obligatorias en caso de escoger la Oración Mediana.

9. Alláh'u'Abhá.
10. El Báb.

Table of Contents: Albanian :Arabic :Belarusian :Bulgarian :Chinese_Simplified :Chinese_Traditional :Danish :Dutch :English :French :German :Hungarian :Íslenska :Italian :Japanese :Korean :Latvian :Norwegian :Persian :Polish :Portuguese :Romanian :Russian :Spanish :Swedish :Turkish :Ukrainian :